✘Capitulo 32✘

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Kail

Amelie vuelve a abrazarme por quinta vez en menos de cinco minutos y yo dejo que lo haga pues imagino cuánto ha sufrido. Veo de reojo a Dana, está apoyada en la pared mordiéndose una uña mientras no me quita ojo de encima. No confía en mí.

Seth se ha quedado en una de las habitaciones donde tenemos a James, vigilándolo. Para darnos unos minutos para ponernos al día. Tampoco tengo mucho que hablar con el ángel.

-Oh cariño, no sabes cuanto me alegro. -repite Amelie.

Le sonrío porque no sé qué más puedo decir.

Lia que parecía contenta al verme consciente no se separa a más de tres metros de Dana, intenta protegerla. "Protegerla de ti" susurra una voz en mi cabeza y me estremezco al pensarlo.

-¿Las esposas mantendrán a James controlado? -pregunta Lia.

-Si, es solo un impuro no puede luchar contra algo tan poderoso. Ni habiendo jurado lealtad a Lucifer. -me encojo de hombros. -Con las esposas puestas es tan frágil como un humano.

-¿Cómo conseguiste quitartelas tú?

La miro con algo de sorpresa, no me esperaba que me dirigiera la palabra. Parece enfadada conmigo, y no me extraña.

-No creo que haya nada en este mundo que pueda retenerme. -suspiro agotado. -Las esposas son poderosas, pero no tanto.

Ella se limita a apartar la vista de mi, incómoda. No se molesta en contestarme.

-¿Cómo te encuentras? -pregunta Amelie cambiando de tema. Parece realmente feliz y relajada.

-Estoy aquí. -me limito a decir.

-¿Lo estás? -pregunta Dana frunciendo el ceño. Lo pregunta con ironía.

Está muy diferente, parece otra persona. Por fuera sigue siendo tal y como era mi Dana, pero por dentro... Lo noto, su esencia ha cambiado. Y parece más segura de si misma, más valiente. Más dura.

-Kail. -me llama haciéndome alejarme de mis pensamientos.

-Estoy aquí. -repito. -Siento la barrera que Lucifer creó en mi cabeza desvanecerse cada vez más, poco a poco voy recordando cosas... Cosas que hice o dije. -mantengo la vista fija en sus ojos y la veo tragar con dificultad. -Aún hay lagunas aunque estoy recuperándome.

-¿Pero...? -pregunta ella.

Cómo puede saber qué algo va mal. Es tan lista, siempre lo ha sido. Sonrio ante ese pensamiento.

-Desde que recuperé la consciencia lucho cada maldito minuto que pasa por no rendirme. Aún lo noto en mi cabeza, intentando dirigir todo lo que hago.

-Irá desapareciendo a medida que vayas recuperando el control en tu cabeza. -me asegura Amelie.

-¿Por qué? -pregunta Layla que se había mantenido en silencio hasta este momento. Y sé a lo que se refiere.

-Prometió no matar a Dana. Yo creía que os daba tiempo... Tenía un plan, llegaría al infierno y entorpecería la misión de Lucifer todo lo que pudiera, pero él...

-Sabia que no sería tan fácil y tomó precauciones. -termina al chica por mi.

-¿Sabes cómo parar lo que has iniciado? -pregunta Dana de repente.

-No. -suspiro. -Yo no sé si esto puede pararse ya...

-Es una estupidez, el último sello no ha sido roto. -se queja ella.

-Y eso no soluciona nada. Al no romperlo lo que pasará es que la tierra se quedará así. No acabará el apocalipsis, solo se quedará en pausa. A parte, tú volverás a ser él objetivo principal.

-Mejor yo, que una niña de un año. -replica.

-Encontraremos una solución. -interviene Amelie. -Si el mundo se pausará, en lo que buscamos cómo arreglarlo, deberíamos pensar en cómo ayudar a James.

-Ya sabemos como, tenemos que buscar algo que lo afecte para bajar sus defensas, y luego que su padre entre en su cabeza y le muestre todo como hizo Dana contigo. -suelta Lia.

-No le hicieron lo mismo que a mí.

Las cabezas de las tres mujeres se giran bruscamente hacia mi. Me imaginaba que pensaban que nos habían hecho lo mismo, pero sorpresa, no.

-No jugaron con sus recuerdos, ellos apagaron su humanidad. James recuerda quiénes sois y lo que vivió con todos, pero no siente nada. -explico. -No lo supe hasta que él mismo me lo contó en el infierno.

-¿Sabes cómo arreglarlo? -pregunta Dana de nuevo. Vaya, sigue gustandole lo de no parar de preguntar cosas.

-Debe ver algo que le active la humanidad. Algo que le duela, que lo haga volver.

-Alis. -dice ella. -Si cree que ha muerto... Él la adoraba.

-Estuvo a punto de matarla, no creo que funcione. -niega Lia.

-Él no sabe que su humanidad puede volver, quizás al matarla la hubiera recuperado. -digo.

-Debe verla morir.

-Dana no digas estupideces. -se horroriza Layla.

-Tiene razón, él tiene que verlo. Podríamos jugar con su cabeza, matarla sin matarla. -apoyo su idea.

-Amelie ¿podrías mantener su alma? -pregunta Lia. -El tiempo suficiente hasta que James crea que está muerta.

-Puedo, pero es arriesgado. -suspira mi madre.

-Ella querrá hacerlo. -dice Dana. -Haria cualquier cosa por James.

-Bien... Llamaré a Daeve para contarle que James está aquí y nuestro plan.

Amelie me da un apretón en la rodilla y desaparece de mi vista. Entonces me permito sujetarme la sien, lleva dandome punzadas la cabeza desde hace rato, pero no quería preocupar a la mujer.

-Voy con Evelyn. -dice Layla antes de desaparecer.

-¿Qué pasa? -pregunta Dana cuando se fija en mi gesto de dolor. Ahora parece preocupada, ¿pero le preocupa que esté bien o que vaya a perder el control de nuevo?

-Siento que hay algo, que Lucifer enterró en lo más profundo de mi cabeza. El recuerdo de algo importante. -le explico. -Me esfuerzo en recordarlo porque...

-¿Por qué? -me insiste para que termine la frase.

-No sé que es, pero tiene que ver con Eyden...

Perdición (Inferno III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora