Capítulo 44

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Con el miedo invadiendo todo su cuerpo Miu se acercó, sus piernas temblaban a medida que se acercaba,apenas y tocó las sábanas para comenzar a retirarlas lentamente, soltó un pequeño grito cuando vio el cuerpo de su majestad el rey, cayó de espaldas mientras seguía contemplando el cuerpo de su majestad el rey, no lo entendía, el porqué el rey se encontraba ahí en vez del archiduque. Se levantó con rapidez para salir de la habitación, necesitaba informar sobre esto pero, se quedó de pie al observar a su padre el archiduque.

—No deberías estar aquí.

Miu tenía tanto que decir, tantas preguntas, tenía tantos sentimientos mesclados pero, no podía decir nada, era como si su voz hubiera desaparecido, trago saliva un tanto nerviosa pero aún así no apartaba la mirada de su padre, estaba al pendiente de cada uno de sus movimientos. Ella tragándose su miedo saco el broche de su bolsillo y se lo mostró.

—¿Por qué atacaste el carruaje? Al ver que no estaba, debiste dejar ir a lady Verónica.

El archiduque guardo silencio, no sabía de lo que hablaba su hija, se quedó en silencio contemplando el broche, lo había perdido hace mucho tiempo, el único recuerdo que tenía su esposa lo tenía su hija y si ella hablaba de un ataque solo significaba una sola cosa, sonrió con cierta ironía, pues se había dado cuenta que ya había sido traicionado.

—Mi hermano está muerto y su majesyel rey también, incluso me quiere a mi muerta, hace todo esto, ¿solo por poder? ¿porque quieres ser el próximo rey?

Algo dentro de Miu sintió un enorme dolor acompañado de traición, ella ni siquiera estaba interesada en el trono y mucho menos su esposo, así que sentía que todo esto ya no tenía sentido, ser princesa y llegar a este lugar se había convertido en su peor pesadilla.

—Dime, ¿realmente crees que vale la pena? Asesinar a todos solo para ocupar un puesto.

El archiduque miró a su hija, esa mirada era la misma que su esposa le dedicó cuando se enteró de la verdad, y vaya que dolía volver a ser visto con odio de esa manera

—En verdad que eres igual a tu madre, Leonor... Pero, no hago esto por poder, lo hago por nuestra familia.

—¡¿Y dónde está tu familia ahora?! Mamá está muerta, al igual que mi hermano, incluso trataste de asesinarme a mi, ¿realmente crees que voy a creer que haces esto por nuestra familia?

El archiduque guardo silencio, incluso esa manera en la que se enojaba, soltó una risa con cierto dolor, tantos años y seguía sin olvidarla, la recordaba en todo y ver a su hija solo le hacía recordar su más grande error, el como había perdido todo lo que amaba por tan poco, ciertamente había hecho todo por poder para ser alguien digno para Theodosia pero, ¿acaso importaba tener ese poder si ya no tenía a los que quería a su lado? Había asesinado a su esposa por nada.

—No... Yo, ciertamente soy un monstruo, creo que por eso nunca te agrade pero—miró el cuerpo del rey por un segundo antes de volver su mirada a su hija—yo no fui quien asesino al rey, de hecho también hace poco descubri el cuerpo... Tal como traicione yo fui traicionado, todo esto es una trampa.

El sonido de la puerta siendo golpeada con fuerza captó la atención del archiduque.

—¡Guardia real!

Escucho gritar y entonces el archiduque miró a su hija antes de que ella pudiera hacer algo la sostuvo con fuerza de las manos y cubrió su boca, de una patada tiro la lámpara para comenzar un incendio en la habitación, comenzó a correr junto con su hija, entro en su oficina la cual también prendió fuego,retiró un mueble para poder abrir el pasadizo, empujó a Miu para que entrara y una vez dentro los dos cerró la puerta para comenzar a caminar mientras sostenía su mano.

—Este es tu plan, ¿tomarme de rehén?

—Estabas conmigo en la escena de un crimen que no tiene perdón, no te hubieran cuestionado simplemente te hubieran ejecutado.

—¿Cuál es tu intención de mantenerme con vida? ¿Que acaso no querías asesinarme? ¿Que es lo que...

—¡Ya basta Theodosia!—le gritó mientras sostenia sus hombros, negó mientras la sostaba lentamente —Leonor, no fue mi intención...

—¿Es tu única justificación, archiduque?
Que no era tu intención.

—No quería que las cosas terminarán así, yo...

El sonido de varios pasos alarmó al archiduque, tomo la mano de su hija para comenzar a correr con ella, si habían encontrado este pasadizo significaba que tenían a un guía, realmente estaban decididos a asesinarlo y si la encontraban a ella con él posiblemente correría el mismo destino, con preocupación apretó la mano de su hija mientras seguía corriendo hasta la salida.

—Ve por el bosque, si caminas por el sur llegarás hasta la villa del Marqués Forth, di que fuiste atacada.

—¿Por qué me dejas ir?

—No es momento, Leonor.

—Quiero la verdad, es lo único que pido de ti. ¿Que está pasando?

—¡El archiduque está aquí!

Grito un soldado mientras comenzaba a lanzar flechas, ambos fueron corriendo hacia el bosque sin embargo el archiduque se quedó de pie al ver a un hombre enmascarado, cubrió a su hija mientras sacaba su espada.

—En cuento tengas la oportunidad, debes huir—dijo el archiduque pero solo vio como aquel hombre enmascarado quitaba su máscara para dejar al descubierto a William.

—Miu.

En cuento escucho su nombre ella corrió en dirección a los brazos de su esposo pero un pequeño ruido alarmó al archiduque giro para ver a un soldado con una flecha apuntando a su hija, corrió conas prisa para empujarla, ella cayó al suelo cuando se levantó vio a su padre con una flecha en su pecho y a William asesinando a aquel soldado. Miu se acercó al archiduque quien solo pronuncio un solo nombre antes de morir, Miu se acercó para cerrar sus ojos, miró a William quien se había acercado a ella, Miu se apresuró para abrazarlo.

—Debemos irnos, no es seguro estar aquí.

Ella asintio mientras se marchaba con su esposo, el camino fue un profundo silencio y es que la muerte d archiduq había dejado muy confundida a la joven, él le había salvado la vida pero, también le había quitado tanto.
Al llegar al lugar que su esposo le indico miró solo el bosque lo vio abrir un pequeño pasadizo subterráneo y ella entro con cuidado, era algo oscuro pero luego poco a poco la luz se hizo presente ella se quedó de pie cuando miró a su hermano conversando con otro hombre, por las vendas en sus manos supo que estaba herido, noto una gran cicatriz pero en especial la enorme sonrisa de él cuando sus miradas se cruzaron.

—Duque...

El joven se quedó con las palabras en la boca cuando sintió los brazos de su hermana alrededor de él,la abrazo con cuidado y palmeo su cabeza.

—Está bien, tranquila... Estoy bien.

—Papá está muerto... Murió salvando me y...

—Está bien—dijo limpiando las lágrimas de su hermana —No es tu culpa... Además, ese es el trabajo de un padre de proteger a sus hijos, incluso si este es un tirano, sigue siendo ese su deber... Por algo sigo con vida, el también salvó mi vida.

—Con el archiduque muerto,¿que es lo que haremos? ¿Cómo encontraremos pruebas y se las haremos llegar a su majestad?—interrogó el hombre con el que antes el hermano de Miu había estado conversando ella les miró con cierta pena.

—Su majestad el rey, también está muerto—hubo un gran silencio ante la confesión de Miu—La razón por la cual fui a ver al archiduque es porque hubo un ataque, en su recamara se encontraba el rey muerto.

Todos comenzaron a murmurar con preocupación, sentía que todo lo que habían hecho era en vano.

—El dijo que no era el culpable, que de hecho fue traicionado... Antes de morir, el archiduque dijo el nombre de la primera princesa Constanza.

A un Océano de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora