Era el primer día en la villa y a diferencia de la capital, el clima era mucho mas cálido que arrullaba a la joven entre las sábanas, giro para observar a su esposo a su lado y aquello la hizo sonreír. La noche anterior él mismo se ofreció dormir en otra habitación pero ella aun se sentía algo temerosa por lo sucedido, no conocía a nadie y temía a que alguien entrase, la única persona en la que confiaba era William y solamente él le transmitía segura por lo que le pidió quedarse y aunque al principio fue incómodo tener que compartir la cama poco a poco la tranquilidad la invadió al igual que el sueño por lo que cayo rendida, y ahora que despertaba totalmente descansada no pudo evitar sonreír, se acercó lentamente esperando no despertarlo hasta recargar su cabeza sobre su hombro. Williams por su parte casi no pudo dormir estuvo tentado mas de una vez en cambiarse de lugar pero temia en despertar a la joven y en hacerla sentir insegura por lo que solo se resigno hasta que el sueño lo invadió sin embargo despertó al sentir a la joven a su lado. Estaba tentado en levantarse pero no quería despertarla asi que trato de calmarse y respirar profundamente pero aquello despertó a la joven quien se levantó de la cama, se pudo escuchar como alguien toco la puerta para que después esta fuese abierta.
—Es hora de despertar duquesa, arriba—mencionó Martha mientras se adentraba a la habitación a lo cual Miu miro perpleja, eso no había sucedido antes en el ducado, las sirvientas siempre tocaban y esperaban afuera hasta que ella le indicaba que pasaran, sintió que aquello fue muy grosero pero como no era consciente de las costumbres del lugar decidió guardar silencio.
—¿Que haces aquí, Martha? —preguntó William molesto mientras se levantaba.
—Mi padre dijo que serviría a la duquesa.
—Aun asi no puedes entrar asi, es grosero.
—Oh perdón, ¿interrumpí algo?
Pregunto bromista avergonzando a Miu, por otra parte William tomo una almohada y se la arrojo a la joven.
—Sal de aquí y entra hasta que lo indique.
—Antes de casarte eras divertido.
El joven miro apenado a su amiga quien se alejaba mientras que la joven aún estaba algo confundida, miro a su esposo y le sonrió.
—Buen día, William.
—Buen día, ¿dormiste bien?
—De maravilla, ¿que tal tu?
—Bien, yo tomare mi ropa para vestirme en otro lugar. Te espero abajo para el desayuno.
—Esta bien.
William tomo sus cosas y se marchó a su oficina mientras que la joven entro nuevamente observando a la duquesa con una media sonrisa.
—Pareces feliz, debe ser lindo estar casada con un duque.
—Realmente no se lo que implica los deberes o compromisos de un duque, por lo que trato de esforzarme en desempeñar mi papel como duquesa.
—Había escuchado que eras una extranjera —comentó la joven acercándose al armario.
—Asi es. Yo fui encontrada por mis padres adoptivos dentro de una barca, mi madre biológica había muerto así que fue tomada como primogénita de una familia extranjera.
—Eso significa que no sabes tu origen. Interesante.
—Eso creo—mencionó confusa Miu ante la atención de la joven pelirroja.
—¿Que tal este? Opino que se vera lindo en ti.
—Gracias Martha. Yo aun no estoy acostumbrada a este entorno pero puedo ver tu amabilidad.
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A un Océano de ti
Historical FictionUna ley impuesta para mantener el honor en el clan Una joven extranjera se convierta en la hija del proximo líder del clan. Toda una vida complaciendo a los demas para mantenerse a la altura de la família. Un error, Una ley y Un castigo. ¿Prefieres...