Capítulo 46

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Un sentimiento de vacío invadía el pecho de la joven rubia, no dejaba de cuestionarse sin parar el por que del sentir de tal sentimiento, ella era libre. Ella por fin había logrado romper el lazo que la unía con William y ahora se encontraba regresando a casa junto con sus padres, con su familia, pero aún así ella se sentía tan dolida y triste. Es que ella conciente de la propia verdad, no quería alejarse de él pero, no dejaba de sentirse culpable, no dejaba de sentir que todo era su culpa y que si seguía a su lado las cosas seguirían así, aprisionandolo, obligando a actuar de una manera tan impropia de su parte, era conciente de que él no quería nada que ver con su reino para aprisionarse pero, se vio en vuelto en la traición de su tía, tuvo que lidiar con la princesa que quería formar una rebelión, al final fue ejecutada pero aún así tuvo que lidiar con algunos relvedes, con el caos del palacio y el hecho de que fuera tomado como el siguiente en la línea de sucesor sabía que le era agobiante así que lo mejor era dejarlo ir, renunciar a todo y que fuese libre o al menos de eso trataba de convencerse.
Los sentimientos de dolor no eran desapercibido por nadie, en especial por sus padres.

-Aún podemos regresar.- sugerio la mujer con una leve sonrisa de apoyo mientras tomaba la mano de su hija.- Lo que sucedió en Londres, se que ha sido un completo caos para tu mente y tu corazón.

-No se como sentirme respecto a todo.

-¿Hablas sobre tu verdadera familia o por el joven Benforth?.

-Logre volver a traer la honra que se merece a nuestra familia, pero aún asi, yo no siento con orgullo.- confesó la joven mientras varias lágrimas recorrían sus mejillas.- Les falle, perdonenme, pero, yo, en mi corazón en verdad llegue a amar a aquel hombre.

-No tienes que lamentar jamás los buenos deseos del corazón. Aquel joven en verdad era alguien de encomio, deberías sentirte honrada por haber llegado a amar a alguien tan bueno como él.

- Quiero estar con él, pero...

-Shh.- la silencio la mujer al saber cuáles serían sus palabras lo último que necesitaba era que ella recordará su dolorosa situación.

-Madre yo.- la joven callo, llevo su mano a su boca mientras sentía como su estómago se revolvia, se sentía mareada y con un sabor amargo recorriendo su garganta, ella miró alrededor en busca de algo para poder vomitar, pero las náuseas eran demaciado, se agachó rápidamente y terminó vomitando el suelo del barco, pero a pesar de eso la sensación seguía sin desaparecer.

-Miu.- la mujer asiática pronunció con pánico el nombre de su hija mientras se acerca a ella como apoyo, sentía como sus manos temblaban por la respuesta a la pregunta que ella iba a pronunciar.- ¿Tuviste coito con aquel hombre?.

La joven sólo pudo asentir con algo de vergüenza por la pregunta de su madre, era de esperar aquella respuesta afirmativa después de todo estaban casados y aquello era algo normal.
Incluso la joven aún podía sentir las manos de William recorrer su cuerpo mientras le susurraba en el oído como estaba él locamente enamorado de ella, aún recordaba todo con lujo de detalle incluso el como se sentia.

- Miu, creo que tu, podrías estar en cinta. ¿Desde cuando tienes síntomas como estos?.

Aquella concedió por parte de su madre la desconecto por un momento del mundo, pero tan rápido como se fue volvió en a sí misma.
¿Desde cuando se había estado sintiendo así de mal?.
Desde el baile que organizó Barbara para presentarla como la esposa de William, ella se sentía así de mal desde hace más de tres meses pero todo tiempo pensaba que eran aquellos síntomas que el doctor le había advertido que podría tener por el cambio de entorno.

-Hace más de tres meses.- respondió casi en un susurro, pero fue suficiente alto para la mujer que miraba a su hija con tristeza.- ¿Tenemos que volver?.- pregunto con temor la joven, sentía como su cabeza era un completo caos, no sabía si estar feliz o triste por el descubrimiento o por tener que volver a ver a William.

-No, no podemos eso sería bastante...

-Esta bien, lo entiendo.

Aquellas palabras no eran nada creíbles para la mujer y mucho menos para la joven, pero lo último que ambas necesitaban eran ponerse en riesgo, no debían volver a poner en duda el honor de la familia Nakamura, en especial no podían poner en riesgo la vida de aquel pequeño ser cuando aún no se encontraba con exactitud al culpable que estaba llendo detrás de la familia Lethood, lo más perspicaz era continuar con el camino que la joven había tomado desde el principio.

🔅🔅🔅

-Hijo mío te vez tan lamentable.- La duquesa abrió las cortinas de la habitación y observó a su hijo tumbado aún en la cama.- Oi que llegaron nuevas caballerizas, ¿que tal si damos un paseo?

-Ah ella le encantaba montar a caballo.- William palpo aquel lugar vacío de la cama que una vez ocupó aquella joven mujer rubia.- Decía que era como caminar en el cielo, ¿me pregunto como es eso?.- pregunto con cierta gracia cuando recordó aquella vez que montaron por primera vez a caballo.

-Entonces piensas quedarte toda tu vida en esta habitación tan sólo para recordar a ex-esposa extranjera.

-¿Por qué te dijires a ella de esa manera? No importa lo que haya sucedido, ella sigue siendo mi esposa o al menos para mi- dijo William mirando a su madre ante su confusa declaración.

-Exacto, ahora mismo se que en ti hay un conflicto por la petición que ella te hizo de dejarla ir pero,tu mismo te diste la respuesta, sigue siendo tu esposa, en tu corazón que es lo más importante.- La duquesa abrió el armario y lanzó la ropa en el rostro a su hijo.-Ahora levanta ese trasero tuyo y ve por Miu, creo que lo que realmente importa es que ella es la persona que amas, te acabo de dar la respuesta a tu cuestionamiento de la vida, ahora te toca a ti escoger que haras, ¿te quedarás aquí o irás por ella?.

El joven le sonrió a su madre con complicidad y ella al saber lo que haría lo observó orgullosa.

-Le diré a tu padre que te prepare una nave.

Con esto la duquesa salió con rapidez, William no era la única persona que extrañaba la presencia de la joven, ella había logrado ser más que la esposa de un futuro duque.

-¿ A donde vas William?.- pregunto Verónica al observar al futuro duque correr hacia la salida.

-Voy por mi esposa- respondió con una sonrisa saliendo de la gran mansión.

-Ya era hora.- respondió la pelirroja con una enorme sonrisa mientras le lanzaba un pergamino.

—¿Que es esto?—pregunto confuso William mirando a la joven.

—Eres libre, ya no eres parte de la línea de sucesión, tu familia te saco de tu linaje aunque no se si eso es bueno o malo.

—Parece que su majestad realmente cumple todas tus peticiones.

—Solo espero que esté reino no se vaya a la mierda con esta reina suya que tiene.

—Estarás bien... Y Verónica, gracias.

—¿Por qué? Anda no te pongas sentimental y se feliz con ella, te lo mereces aunque, por cierto si la dejas ir otra vez te mandaré a ejecutar.

Aquello hizo reír a William mientras se marchaba con la ansiedad de ir por su amada esposa.

A un Océano de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora