Capítulo 15

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Los pasos eran un poco mas abiertos, la postura era la misma a como a ella le habian enseñado sin embargo el calzado era distinto, se sentia tan extraño eran un tanto ligeros pero al mismo tiempo doloroso y la forma en la que ella debia hacer reverencia era todo lo contrario a lo que una vez le enseñaron sin embargo parecia ser todo una regla de etiqueta y elegancia en su nuevo país.

-Bellísimo-le alago la mujer mientras aplaudia, Miu le sonrio acompañara de una leve reverencia-. Cuando escuche la notícia de que te habias casado con una extranjera entre en panico pero ahora veo que me habia equivocado por completo.

-¿Cuando dices que vuelves madre?-pregunto Barbara a su madre pero ella tan solo le ignoro mientras que por otra parte William solamente se limitaba a ver a su esposa.

Cuando habian llegado de su paseo por el jardin, la pareja habia encontrado un gran escandalo en la mansión del duque, la madre de Barbara, la duquesa Anastasia habia llegado causando un gran revuelo por la notícia que le habia llegado, para ella William, su unico nieto varón, quien era el unico capaz de manejar la herencia del gran linaje de Duques se habia casado y con una extranjera habia resultado ser un gran revuelo, pero cuando su vista se fijo en la jovem rubia quedo totalmente perpleja no era nada a lo que se imaginaba, incluso la joven Miu habia resultado ser mejor de lo que vez penso en una mujer para su nieto, cumplia muy bien sus expectativas, era callada, hermosa y muy educada, incluso aunque sus modales no eran los mismos que los de una mujer inglesa podia notar que era una mujer fina y el hecho de que ella estuviese dispuesta a aprender habia resultado ser todo un encanto para ella.
La duquesa Anastasia queria convertirla en un instante en toda una mujer inglesa y aunque la joven rubia estaba dispuesta a cooperar habia resultado un tanto incomodo, reacción que William noto por lo que sugerio ir a pasos pequeños, empezaron con la etiqueta de la mesa para terminar con el andar con los tradicionales tacones, cosa que no habia resultado ser de todo el agrado de Miu ya que sus piernas dolían.

-Necesitamos hacer el debut de tu esposa William.

-¿Por que?-pregunto un tanto a la defensiva el joven. El simple hecho de que él ya se hubiese causado tanto revuelo y ahora no queria imaginarse la atencion que produciría el hecho de que Miu fuese todo lo contrario a lo que imaginaron y captaria la atención de personas no deseas para William.

-Ella debe ser presentada a la sociedad como se debe. Esa esposa del futuro duque, tienen que saber que ella esta totalmente adapta-menciono la duquesa Anastasia captando la atención de la joven rubia.

-El murmurllo de las damas nobles nunca es del agrado de nadie, son como serpientes que siempre tratan de morderte- dijo Barbara.

-Lo unico que tu tenias de bueno es que siempre fuiste muy astuta para hablar-la duquesa se quedo meditando un momenro mientras miraba a la joven-aunque concuerdo contigo, se querran comer viva a la esposa del duque.

Miu miro a su esposo asustada, no entendia a lo que se referian y aunque era consiente de que no lo mencionaban de forma literal aun asi causaba bastante terror.

-Para empezar deberia presentarse con otro nombre.

-¿Hay algun inconveniente con mi nombre, duquesa Anastasia?-pregunto preocupada Miu.

-No hay ninguno, tu nombre es hermoso-se apresuro a decir William antes que se abuela dijese algo que dañara a su esposa-. Por ahora creo que hemos tenido suficientes lección, mande a preparar la ducha y ya debe estar lista, toma un baño y descansa un poco.

-Le agradezco su cortesia, joven William. Duquesa Anastasia, duquesa Barbara, me despido-hablo con un voz suave y con pequeñas reverencias. La joven tomo el libro de su cabeza para cocarlo en un mueble antes de marcharse en direccion hacia su alcoba, una vez que ella entro William giro a ver a su abuela con desaprobación.

-Mi esposa es alguien muy frágil, deberias tener cuidado con tus palabras-le advirtio William asu abuela quien sonrio con cierta burla en vez de ofensa.

-Cada mujer tiene debilidades pero en tu esposa no veo ninguna, lo unico que ella necesita en la confianza para actuar como toda una Barbara-hablo un tanto orgullosa mientras miraba a su hija-. Deberias enseñarle cosas buenas a tu nuera.

-Todas mis practicas sin buenas
-alardeo Barbara provocando la risa de su madre con un rostro de negación.

-Querida tienes ganado un puesto en el infierno y no precisamente como prisionero... Por ahora me retirare y Barbara por favor ponte unos zapatos.

Le regaño su madre como si ella fuese una niña pequeña, Barbara metió por completo la parte de su pie descalzo la cual la habia delatado, miro a su madre y sonrio son cierta pena. Una vez que la duquesa Anastasia se marcho de la mansion la joven Barbara suspiro aliviada.

-Necesito relajarme de tanto estres con mi madre. No me llames durante la noche-le advirtio con diversión la duquesa haciendo reir a su hijo con un poco de vergüenza.

-Eso no es digno de una dama.

-¿Y es digno de un caballero resaltar las faltas de una dama?
-pregunto burlona la buquesa antes de marcharse.

William rio al ver el actuar tan infantil de su madre se dirigio a su habitación penso en las palabras de su abuela, tenia razon tarde que temprano tenia que presentar a su esposa ante la sociedad y seria dificil hacerlo sin un debut de antemano, necesitaba buscar mas aliadas para su esposa para que cuándo él no estuviese cerca o su madre, Miu pudiera actuar con valor por tener a mas de un aliado. Entró a su alcoba olviando por completo el tocar, miro a la joven rubia que miraba sus pies adoloridos pero tambien como ella trataba de evitar el dolor.

-Mi madre siempre me menciono que esos zaparos eran todo un armal mortal-. William se acerco con cautela antes terminar arridilladl frente a ella
-. Al principio siempre sera incimodo y doloroso, pero te acostumbraras.

-Muchas gracias por el consejo.

-Tranquila. Ahora mismo lo que debemos hacer es relajar un poco tu dolor-. William tomo su pierna y aunque esto la sorprendió al principio no rechazo el tacto de su esposo. Sus manos eran fuertes, grandes pero su tacto era gentil, con delicadeza acompañada de una delicada corriente eléctrica que recorrio a la joven. Se sentía apenada, era la primera vez que un hombre la tocaba con tanta delicadeza, trato de pensar en otra cosa o tratar de restarle importancia, solo era su pie, solamente le ayudaba con el dolor de haber usado un calzado diferente al habitual y con ese simple hecho ella trató de tranquilizarse pero cuando ella giro al ya no sentir su tacto y se cruzo con su mirada que la observaba tan fijamente su corazón comenzo a latir con tanta prontitud.

-Estas bastante roja, ¿tienes fiebre nuevamente? Llamare al medico de mi família.

-No hace falta-le detuvo inconcientemente mientras tomaba su mano-. Solo debe ser el cansancio, tomare una ducha y despues ire a dormir.

-De acuerdo. Que tengas dulces sueños Miu.

Y con un beso en su mejilla provocando que aquel sonrojo se volviese mas intenso en la joven, William se retiro hacia su oficina para descansar ahi sin percartarse que esas pequeñas acciones provocaban tantos sentimientos en la joven que no queria admitir.

A un Océano de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora