Capítulo 27

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Miu comía con tranquilidad un aperitivo en compañía con su esposo. Dejó su taza con delicadeza al escuchar un gran estruendo en la gran sala, ella sólo giro por un momento para después mirar a su esposo quien se encontraba comiendo una galleta tranquilamente.

—¿Realmente está bien en no ayudarles?

—Mi abuela quiere sorprendernos, estará bien ella es una experta en este tipo de cosas.

Mencionó William mientras escuchaba otro gran estruendo ella volvió a ver la gran sala antes de un escuchar como Bárbara soltaba una gran maldición.

—Williams.

—Esta bien, estoy seguro que mi abuela hizo algo que a mí madre no le agrado.

—Realmente no hay nada de lo cual debamos preo...—el gran grito de su abuela sobresalto al joven—de acuerdo, necesito ver que sucede.

Miu fue detrás de su esposo para entrar al gran salón, vio a su madre en el suelo mientras varios manteles le cubrían mientras que su abuela estaba de rodilla mientras sostenía una caja.

—¿Que sucedió?

—Bárbara era una reliquia familiar —le riño su madre.

—No fue mi intención, fue un accidente.

—El collar de perlas de mi madre está arruinado
—mencionó la duquesa como queja mientras miraba la caja—. Ahora tendré que buscar otro collar para la boda. Esto es un completo desastre.

—No creo que todo esté completamente arruinado, Duquesa si me lo permite creo que tengo el adorno perfecto.

—Parece que Miu ya tiene la solución
—mencionó tranquila Bárbara mientras se ponía de pie.

—Cariño agradezco tu gentileza pero en la familia Denforth hay una gran tradición, la novia solo debe portar un collar que sea una gran historia y valor sentimental.

—El collar que tengo tiene un gran valor, era de mi madre... De mi verdadera madre, mis padres adoptivos me dieron ese collar cuando fui lo suficiente mayor como para cuidar de el, tiene un gran valor sentimental ya que es el único recuerdo que tengo de ella y creo que su historia de como surco los mares por mi bienestar es una gran historia.

William tomó la mano de su esposa pues sabía que decir algo así no era sencillo para ella.
La gran duquesa le sonrió a la joven.

—Suena a algo perfecto.

—Lo traeré enseguida para terminar los preparativos.

Miu dio un par de pasos pero se detuvo, giro para ver a su esposo quien aún sostenía su mano, él le sonrió apenado sin embargo no la soltó al contrario camino junto a su lado para recorrer todo el camino hasta su habitación. Al llegar ella se soltó de su agarre para buscar entre sus cosas aquel pequeño cofre donde se encontraba el collar.

—Es precioso, como tu
—William se acercó a ella para abrazarla por la espalda.

—Es mi más grande tesoro, nunca llegue a ponerme, tenía tanto miedo de dañarlo o perderlo que siempre lo mantenía en el mismo lugar, sentía que era una manera de mantener a mi madre cerca.

William no dijo nada solo la arrullo entre sus brazos para ver aquella gema azul bañada en oro.

—Tu madre, ¿alguna vez te contaron como era ella?

—Mi madre me contó que ese día que me encontró había una gran tormenta, la peor del año pero aún así de aquel feroz lugar un pequeño bote navegaba en dirección a la orilla. Dice que aquella mujer rubia que una gran mirada azulada la miraba ferozmente mientras me protegía entre sus brazos y que incluso en sus pocos minutos de vida solo velo por mí... Mi madre adoptiva dice que le bastó ese corto tiempo para darse cuenta que mi madre era alguien feroz con una gran espíritu.

A un Océano de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora