Capítulo 20

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Después del incidente habían decidido partir de inmediato a la villa, no querían escuchar el murmurar de las personas, tampoco las visitas inoportunas, no quería observar las miradas de los empleados debido a lo sucedido, solo querían un poco de paz.
Williams acarició con cuidado el cabello de Miu, ella se había quedado dormida durante el trayecto y aquello solo tranquilizo un poco al joven después de incidente no había podido dejar de hervir debido a la furia, si no fuese por su madre intervino habria golpeado a su amigo hasta la muerte, se habia descuidado solo por un par de segundos y eso provocó un gran daño que pudo haber sido un completo desastre.
Al percartarse que se encontraban cerca de la villa, con delizadeza llamo a su esposa,ella abrió los ojos lentamente mientras se levantaba con cuidado.

—Hemos llegado a la villa—abrio un poco la pequeña cortina dejando a la vista la hermosa vista del campo, ella sonrio levemente contemplando la escena. Era una casa en medio de un extenso campo, se veis en buenas condiciones y tal como la duquesa habia prometido se podía contemplar el hermoso jardín.

—Es hermosa.

—Te encantara.

Prometió William. Cuando llegaron , varios sirvientes se encontraban afuera para recibirlos todos tenian la curiosidad por conocer a la esposa de su patrón, al ver al duque bajar miraron ansiosos a la joven rubia, era hermosa sin dudar algunas y su esencia reflejaba mucha elegancia sin embargo su vestimenta dejaba mucho que desear y no es porque hubiese algo malo en ella, de hecho se veía muy bien pero era ropa extranjera sobre una joven inglesa y aquello los dejo un tanto impresionados, después de todo siempre se imaginaron a la futura duquesa pero nunca a alguien como ella.

—Debes estar cansada—Williams la tocaba con tanta delicadeza que impresiono a mas de uno
—¿Quieres ir a tu habitación?

—Fue un largo viaje pero estare bien.

—¿Tienes hambre?

—Estoy bien Williams, ademas escuche por la duquesa que también habia trabajo por hacer.

—Podemos encargarnos de eso mañana.

Mencionó mientras le seguía explicando los alrededores, Daniel quien era el encargado de la mansión se quedo con la boca abierta al ser completamente ignorado por Williams, y es que cada vez que el joven amo visitaba la villa siempre se dirigía a él para comenzar a trabajar en lo que hubiera falta, le gustaba ese entusiasmo sin embargo ahora fue completamente ignorado por una joven y aquello no supo como tomarlo puesto que por un lado se alegraba que aquel espíritu libre por fin fuese acompañado pero por el otro lado no le gusto el sentimiento de ser invisible. Supuso que podria ir después de que descansaran un poco.
Al llegar a la habitación William la dirigio hacia la ventana para que observará mejor el jardín.

—Tiene una bella vista, ¿que si hacemos un recorrido mañana?

—Me parece bien.

—Te va a encantar. Incluso te llevare a los alrededores y...

—William—le llamo un tanto apenada Miu por tener que interrumpirlo
—estoy bien. No tienes porqué hacer todo esto por lo que pasó. No paso nada.

—Si paso—toco su mejilla con cierto terror de asustarla—te prometi protegerte.

—Eso hiciste.

—No, no fue asi.

—Si, si lo hiciste y lo sigues haciendo —coloco su mano sobre la de él para regalarle una media sonrisa. No le gustaba ess nueva faceta de William, tan timido, restringido y temeroso, quería volver a ver esa actitud traviesa y aventurera. Se acercó a él lentamente para abrazar como si de esta manera pudiese percibir toda la seguridad que él le transmitía.
La puerta fue tocada interrumpiendo tan tierna escena, William se levanto para abrir la puerta donde algunas criadad entraron para guardar las maletas, él les dio las clara orden de mantener todo en su lugar y de preparar algunas merendias, exte dio su mano hacia su esposa y la guio fuera de la habitación.

—¿Que tal un breve recorrido por el piso de arriba? Aunque sinceramente no hace falta saber mucho, todo los pisos de la planta alta son habitaciones —mencionó mientras bajaban los escalones—por otro lado el primer piso es todo un laberinto, recuerdo que de niño solia perderme y Daniel siempre tenia que buscarme.

—¿Quien es Daniel?

—Es el encargado de administrar la villa y
—William guardo silencio al percartarse de su groseria, él no habia salido a la persona que consideraba como un segundo padre.

—Por un momento pense que te dedicaría a solo dormir —se escucho uns voz bromista a sus espaldas. El hombre mayor le sonreío al joven al percartarse de su vergüenza.

—Como lo siento Daniel, yo solo.

—Lo entiendo, ¿como no distraerse por tan bella dama? —mencionó observando a la joven por un par de segundos
—Daniel Ritch, a su servicio duquesa.

—Miu Deforth. Es un placer conocerlo señor Ritch.

—Por favor solo Daniel. Espero que disfruten de su estadia.

—Asi sera. El lugar es muy hermoso y...

—Padre, él —una joven pelirroja atraveso por la puerta y con gran emoción observo al joven
—. William.

Chillo emocionada mientras se acercaba sin embargo fue detenida por su padre quien se venia un tanto apenado.

—Querida, debes saludar al duque y la duquesa con respeto.

—Asi que ed cierto, ¿realmente te casaste? —mencionó la joven sin ocultar su digusto, miro a Miu y aunque no quiso si sintio algo de envia, era uns mujer brutalmente hermosa, ojos grandes de un hermoso azul cielo, tez blanca, mejillas rosada, nariz pequeña, con una hermosa cabellera rubia y aunque su extraña vestimenta trataba de ocultar podia notar un hermoso cuerpo. Sintio como su padre apreto su brazo puesto que aun no se había presentado.

—Es un verdadero placer conocerla duquesa Deforth. Mi nombre es Martha.

—En verdad es un verdadero placer Martha.

Ella en verdad queria maldecir, incluso la voz de la duquesa era hermosa, tenia mucho que envidiarle.

—Martha es mi amiga de la infancia, realmente solia meterme en problemas —le comento a su espoda haciéndola reir.

—Espero que podamos ser buenas amigas.

—Pero no lo suficiente, no quiero que metas a mi esposa en problemas.

—No lo hare William.

Su padre solto un suspiro cansado pues lo había llamado por su nombre, aquello ers un falta de respeto sin embargo no fue algo que Miu noto pues si eran amigos de la infancia penso que seria natural ser llamados de esa manera.

—Si me disculpan, acompañaré a mi esposa.

Mencionó Willism mientras de retiraba junto con Miu. Martha quien aun seguia indignada se cruzo de brazos.

—¿Que demonios le pasa? ¿Desde cuando es tan cortez?

—El amor puede cambisr a cualquiera.

—Ese no es William.

—Martha no interfieras, sin importar si William cambio o no, lo verdaderamente importante es su felicidad y su esposa lo es ahora. Asi que espero que te comportes.

—Si, padre.

Al menos eso habia mencionado pero dentro de si ya estaba imaginando el plan que llevaría a cabo. 

A un Océano de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora