La Marca del Ejército (#LMDLR2)

15. ALEXIA

Cuando me enteré de que Charline había puesto también como pago el perdón de vida a todo el rebelde que me entregase, a su familia y parejas... Me hice a la idea de que había gente muy desesperada dispuesta a todo por recibir ese pago. Realmente lo tomaron como la mejor oferta y no les importaría nada entregarme. No les costaría nada y cuanto más desesperada esté la gente, cuanto más al límite, hacen todo lo que tienen en la mano por sobrevivir, aunque eso les condene a ser unos egoístas. Así es la gente cuando está en una situación al límite, gente que hace lo que sea por vivir. Sea lo que sea, incluso si de ello depende mi muerte. Que me torturen.

El ser humano es el más egoísta de todos en múltiples aspectos. No existe otro peligro mayor para un ser humano que otro ser humano. La gente que me quiere entregar me está matando, incluso si no lo hacen de forma directa. Estarán dispuestos a entregarme a la boca del lobo y si tienen un mínimo de compasión, lo harían cuando ya estuviese muerta. Yo sé que he hecho cosas muy crueles y extremas, que he matado a mucha gente. Pero... Hay algo que me dice en mi interior que no soy tan mala como se dice. He robado comida, mataba a aquellos que podían delatarme, sin más. Muy pocas veces he robado dinero, solo para las urgencias y para poder pagar a los que me iban a llevar al Norte de Europa con sus barcos de mierda, que me costó cuatro mil billetes. Estaba muy desesperada y al final... Humillar a soldados no era más que un daño colateral que me daba más vida.

¿Qué he hecho yo para ser la más buscada? Hay gente más cruel que yo, violadores atroces que descuartizan a sus víctimas después de haberlas hundido.

¿Por qué yo soy el número uno?

Dudo que sea por el mero hecho de estar con Julian. Una parte de mí quiere pensar que Charline está pirada, pero sé que no es cierto. Tiene que haber un motivo de peso para ir a por mí con esa fuerza, lo bastante como para que los demás soldados y generales lo apoyen. Tanto apoyo como para tener el apoyo del banco del país para poder entregar ese millón y medio a la persona que me venda. ¿Qué tengo yo de especial? ¿Qué hice para que todo el mundo acepte que yo tengo que morir?

Las fotos de mi rostro vuelven a inundar las redes de nuevo. Tengo cicatrices que son demasiado características, como la que parte mi ceja al final, o la del cuello. Y esas marcas se ven en las fotos. Los paneles virtuales de ciudades como Roma, la capital, están llenos de mis fotos. Bajo mi nombre está ese mismo anuncio: Alexia Giseth, rebelde. Ese maldito nombre que me habían dado, el asesino sin rostro. Valgo un millón y medio de billetes republicanos y me pintan como si fuese un peligro. Pero la frase que más me asusta es la de "viva o muerta". Leo eso una y otra vez. La cabeza me va a estallar porque no lo comprendo.

¿Por qué no eran ni Lauren ni Patrick los más buscados? No lo digo porque sean peores que yo, simplemente ellos son los líderes rebeldes de Roma, además de Santander, una zona que había destruido la Ciudadela del Ejército y que había anunciado oficialmente su rebeldía. Charline está desesperada por querer terminar con todos los rebeldes y no quiere darse cuenta ni ver que la mitad del país son simpatizantes de la Revolución. ¿Qué coño hace? ¿Por qué me busca a mí con tanta ansia en cambio de a la líder rebelde de Roma? A fin de cuentas, robaba comida, aunque tuviese que matar por ella. No fui cruel con nadie. Todas esas muertes fueron rápidas, aunque sí violentas. No quiero caer con que la única razón por la que me quiera muerta sea por Julian, pero no tengo nada más a lo que aferrarme.

La velocidad entre los túneles que ya forman parte del la República es imperceptible. Sé que vamos veloces porque así nos lo ha dejado claro Rider, asegurándolo. Pero no distingo nada más que un borrón de cables y oscuridad.

Qué irónico es el nombre de nuestro país. No hay más que pensarlo detenidamente para darse cuenta de que no tiene ningún sentido. Normalmente, cuando te dicen que el país al que perteneces se llama la República del Sur de Europa, se te viene a la cabeza que eres un ciudadano de un país mucho más libre que si te mencionan que perteneces al Imperio del Norte de Europa. Como si el hecho de llamarse República le diese un alto grado de libertad.