55. JULIAN

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Alexia está sentada con Pete entre sus brazos, así que me acerco a ella porque tengo claro que esto no es fácil. Ella me hace un pequeño hueco en la camilla y mueve un poco a Pete para no hacerle daño. Ella tiende su mano hasta el pelo de Pete y lo aparta de su frente. El niño se calma contra el hombro de ella. Ella besa su frente. Lo mece para calmarle.

Me doy cuenta del tipo de mirada que le hace, como una madre a su pobre hijo indefenso. Como si quisiera protegerlo de todo. Pienso que Alexia sería una madre estupenda, que me gustaría verlo, aunque es probable que nunca lo vea. No es algo que me moleste, solo algo que me da pena. No es porque Alexia se niegue porque no le gusten los críos, es por puro pánico. Algo estoy viendo, pero no me refiero a esto. Y es vergonzoso pensar en algo así después de todo. Después de que me amenazasen, de revivir a alguien prácticamente...

Hoy es un día estresante.

Veo el gesto que le hace a Pete para calmarle y deduzco que es algo que lleva haciendo toda su vida. Lo mira como una madre mirando a su hijo con orgullo, aunque en este caso sea su propio hermano pequeño. Me siento como si la vida me estuviese dando la oportunidad de ver a Alexia en ese papel, un previo de lo que me gustaría ver dentro de unos años cuando todo esto termine. Si es que alguna vez Alexia se ve capaz de ello. Y si no... No importa, estará su sobrino y con él podríamos tenerlo todo sin más.

Cuando todo termine, me gustaría tener una casa en la costa y cerca del mar Mediterráneo, con arena blanca y agua turquesa cristalina. Una casa cercana a una cala escondida llena de escondrijos con el agua más transparente de todos los rincones. Un final donde los dos juntos estemos en el porche de una casa blanca que dé al Mediterráneo y alejados de todo. Con el olor de los campos de flores que hay por la costa.

Alexia con un anillo en su dedo anular de la mano izquierda, quizá con un estómago más crecido. Y entonces me bajo del ensueño, porque Alexia no se plantea siquiera ser madre. Es algo por lo que se niega a pasar. Puede que ella quiera a Pete como tal, pero teme terminar como su madre. Lo pensó incluso con Rose: ella no quiere tener hijos. Y me encantaría que en un futuro los tuviésemos, pero vamos a ser sinceros, no puedo borrar sus recuerdos ni evitar que el miedo la consuma si eso pasa. Alexia necesitaría ayuda psicológica para superar ese tipo de miedo y no sé si ella estaría dispuesta de todos modos.

Luego está el tema de qué pasaría si muriese. Yo tengo miedo de eso.

Recuerdo a Lauren, la madre de Rider y de Kristine, de mellizos y se mueve como si no hubiese pasado por nada. Hace tiempo que los tuvo, está claro, pero Lauren es una líder rebelde de Roma que se mantiene estupendamente. Tanto Patrick como Lauren siguen en Atenas, si nada ha cambiado. También sé que el ejemplo de Lauren no le servirá a Alexia, porque su vida ya le ha dado muchos golpes. Si me quedo con Alexia, todo será complicado.

Pero me gusta complicarme. Por eso nunca podría alejarme de su lado.

Ella ha pensado en tener críos, pero siempre se convence de que un parto te lleva a la muerte. Soy un soldado de la República, he crecido en ese mundo ideal donde parir es el mínimo de los problemas. He crecido en un lugar donde ser madre es la mejor de las noticias, una alegría, un regalo, la luz de la casa. Ese es mi mundo. El mundo de un niño rico que se graduó sin problemas en la Academia Militar de Roma, que fue capitán de una brigada implacable. Un niño que lo tuvo todo al alcance de su mano sin problemas. Un soldado que traicionó a su propio país porque se dio cuenta de quién mandaba.

Y a pesar de todo, sigue dentro de mí todo lo que me enseñaron.

Mis padres me transmitieron ese estilo de vida tan... Tradicional. Un estilo de vida donde una familia con hijos posee ventajas y riqueza. Mi madre siempre presumía del niño que tenía, mi padre era más reacio, pero siempre decía que era el ojo derecho de mi madre. Alexia está hecha de otro tipo de pasta del que todos deberíamos tener una parte, pero no todo. Ella te da su historia y con eso te abre los ojos y no sabes quién eres. Alexia me ha dado un futuro, quizá no el ideal para los míos, pero a quién le importa ahora. Si no tenemos hijos, seguiremos teniendo nuestro honor. Y su sobrino estará igual de cuidado tanto por ella como por mí.

La Marca del Ejército (#LMDLR2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora