39. ALEXIA

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Tal y como Dalton prometió, las vacunas llegan un par de días más tarde. Le tuve que dar el número exacto y Dalton trajo todas, ni más ni menos.

A Rose también le ponen la inyección, por precaución debido a su estado. No tiene fiebre y luce más sana, aunque sabemos que no está. Parece que su cuerpo ha aceptado el tratamiento. Los huesos están soldando con más facilidad que antes. No sabe que está embarazada, lo que se me hace raro, porque normalmente es la mujer la que le dice a su pareja que está embarazada, y aquí Max lo sabe, pero ella no.

Él dice que ayer Rose no sangró ni una gota y hoy también sigue en esa buena racha. Los médicos creen que su cuerpo se protege lo que puede solo porque está embarazada, y eso es lo que mantiene la calma antes de la tormenta. Además, el cuerpo también tiene que curar sus huesos. Son demasiadas cosas como para que el cuerpo se centre en sangrar. Creen que el hecho de que esté en cinta hace que el cuerpo controle los sangrados y que el mismo cuerpo trate de frenarlos lo máximo posible, por la seguridad de la madre y del bebé.

He hablado con calma con Max, sobre cuándo tendría pensado contarle a Rose que está embarazada, que es una mujer y se lo puede oler. Nosotras debemos tener un sexto sentido. Max no está seguro de querer hacerlo hasta que los dos estén a salvo y estables. Rose no tardará en sospechar de ello. Ya tiene náuseas, vomita, y eso no es un síntoma de los sangrados. Tendrá antojos, le crecerá el vientre. Es una mujer, no somos tontas, nos lo imaginamos.

Cuando le dije a Max que se iban a ir a Estados Unidos para recibir tratamiento médico, se echó a llorar como nunca le había visto sobre mi hombro, abrazándome con fuerza y dándome las gracias por haber dicho que no a esa oferta y habérsela dado. Juró que estaba en deuda conmigo, así que solo dije que se dejase de estupideces porque me bastaba con saber que Rose estaría a salvo.

Ahora, una semana y media más tarde, con el mes de noviembre empezado, lo único que hacemos es discutir otro día más en una de las salas de reuniones del edificio rebelde.

Es lo que nos dedicamos a hacer, mientras Roma sigue hundiéndose en muertos.

—He escuchado mil rumores, aunque están bastante contrastados... Todas mis fuentes me dicen que Charline sigue en Roma. ¿Dónde? No lo sé—Rider habla siempre los rumores que le llegan. Teniendo en cuenta la situación de Roma, esos rumores casi nunca pueden ser fiables. No hay rebeldes en Roma y los pocos que hay o se están escondiendo o muriéndose. Esa es la plaga que sigue asolando Roma. Dalton no ha dado su brazo a torcer—. Debemos tener en cuenta la cuarentena, aunque Courtois tiene el poder suficiente como para saltársela. Me parece una hija de puta, pero no tiene pinta de que se haya largado dejando a su pueblo hundido en la mierda—Rider sigue hablando mientras se pasea por la sala que nos han prestado en Túnez para nuestras reuniones donde nunca llegamos a nada—. Nuestra chica está en Roma, al ochenta por ciento. Nosotros no podemos entrar por la cuarentena, pero en peores sitios me he colado.

—Lo importante es permanecer unidos a partir de ahora—le dice Careg.

Cuando lo miro soy incapaz de imaginármelo con Rose compartiendo una cama. Pero conociendo a los dos es de inútiles no haber sospechado que eso podría suceder. Él siempre fue de esos y Rose siempre fue de esas. Pero han cambiado, porque Careg no se aprovechó de mi debilidad cuando me enteré de que Julian era un soldado y lo dejé. Y Rose ha cambiado enamorándose de verdad. Careg sabía que Julian era un capullo, pero ese capullo no me hacía ningún daño a mí.

Y sabía que Julian era el único que me estaba recuperando, a pesar de ser un soldado.

—Sobre lo del control de la cuarentena, quizá podemos burlarlo con las catacumbas de Roma—es lo que sugiero yo. Las sugerencias suelo hacerlas yo porque soy la única persona que Rider tolera lo suficiente como para no callarme. Y al menos me escucha—. No tengo ni idea de eso... Somos los pocos que quedamos desde el principio y yo soy una experta en burlar la seguridad.

La Marca del Ejército (#LMDLR2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora