La vida te cambia cuando te das cuenta de que, por muchas cosas que te hayan ocurrido, al final no estás solo en este mundo. Hay una persona para lo que se necesite. El resto de la gente no importa, sí, algo sí debe importar, pero no es a lo que me refiero. Lo único que tengo en común con la República es la guerra que tenemos encima y una gobernadora que ha salido de la Élite de Eva de Zana. Aunque trate de ser de hierro y que nada me importa, la verdad es que hay muchas cosas que me duelen.
El amor te puede cambiar, te guste o no. Destroza y vuelve a construir sobre las cenizas. Quise a mi madre, lo sigo haciendo, y cuando murió terminé rota y perdida. Pero eso me forjó y sentí que ella era todo lo que necesitaba en mi vida. He recibido mucho dolor cuando ella dejó de estar. Quise pensar que mi padre nos ayudaría, pero eso no pasó y eso todavía te duele más. Más dolor.
Sangre, gritos, el eterno silencio de mi madre, el cuchillo sobre las sábanas teñidas de rojo. Los ojos de mi madre sin color. Los gritos de rabia. Los llantos del niño y cómo todo terminó en silencio. Lo mejor que he hecho en mi vida antes que perdonarle la vida a Julian fue salvar la vida de Pete.
—Vuelvo al puerto, a ver si hay alguna novedad—es lo que me dice Rider tras la cena. Previamente cenamos pollo con cuscús, un plato abundante en el sur, que parece que a Julian le ha gustado. Hoy no tengo mucha hambre, pero como para recuperarme y para ganar peso. No pienso desaprovechar toda la comida que me dan. Amarga, como casi todos los días. Siempre aguantando las miradas mortales de Rider hacia Julian y el cansancio de Julian...—. Quedaos en el refugio. Yo me encargaré de todo. Todavía tienes que descansar, nena—es lo que me dice, sin más—. A ver si con suerte me acuesto con alguna mujer, para variar—mi cara cambia. No quiero que Rider vaya haciendo este tipo de gilipolleces en Túnez, donde no están permitidas—. Eh, que es broma, joder Alexia, pareces mi madre—niego poco a poco—. Espero que no se entretengan en Sicilia, porque sin alcohol no sé qué voy a hacer.
—Igual te desintoxicas un poco—es lo que le digo.
—Sí, claro, eso es lo que deseáis todos—Rider se levanta de la mesa y se marcha de nuevo para pasar la noche en vela, para variar en él.
Julian me tiende una de sus suaves manos y yo la acepto.
Me lleva el bastón con la otra mano y sirve para ir recuperándome de la pierna y no dejarla inútil. Me ayuda mucho más andar con un sitio en el que dejar parte de mi paso, pero no debo acostumbrarme. El tobillo sigue un poco inflamado. Me quedan un par de cortes en la espalda que Julian asegura que pronto estarán cerrados. Me fío de su palabra porque se niega a que me vea las marcas de la espalda. Tampoco le he pedido que me deje ver la espalda, porque prefiero no verlo. El sol empieza a ponerse en el horizonte.
Como en la mayoría de los lugares, son habitaciones individuales, pero los dos no queríamos dormir solos. Nos las hemos apañado para que la cama sea cómoda, aunque sea una cama estrecha para dos. No nos molesta demasiado, porque no es una cama muy pequeña. Para una persona es hasta ancha. En la habitación me limpio el maquillaje en el baño, el oscuro que rodeaba mis ojos. Lo hago con toallitas y agua, quitando también los restos que se quedaron en mis mejillas tras llorar. Mientras lo hago, Julian cierra la ventana por completo y pone todas las persianas bajadas al máximo porque no es un refugio subterráneo y hay muchos riesgos de tormenta de arena por el viento que se ha levantado.
Después él me mira con los brazos cruzados, apoyado en el marco de la puerta del baño, con una camiseta gris de manga corta puesta, una que usa de pijama. Me mira algo sonriente pero sereno. Parece feliz. A pesar de todo, Julian está feliz.
—Mientras caminabas por delante de nosotros, Rider se dignó a hablarme.
—¿Qué clase de mierda te ha dicho ahora? —le miro sorprendida. Eso es raro
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La Marca del Ejército (#LMDLR2)
Science-FictionSEGUNDA PARTE DE LA MUERTE DE LA REVOLUCIÓN. ¿Qué estarías dispuesto a sacrificar por lo que más deseas? Tras la ida al Imperio, Alexia cree encontrar las soluciones a sus problemas al encontrarse con sus hermanos, los cuales viven a salvo en el I...