La Marca del Ejército (#LMDLR2)

QUINTA PARTE

ROMA

(II)

Capital de la República del Sur de Europa, provincia de Italia, control militar

"Todos los días rezo para que más gente tenga la misma suerte que tuve.

Vi cómo caían como las moscas, uno tras otro, sin que nadie pudiese evitarlo. La gente temía lo peor cuando un familiar manifestaba los signos de la plaga, una fuerte tos con sangre, una fiebre inhumana y sangrados por las orejas. Cada día que pasaban veían a sus familiares desangrándose por dentro, con mil hemorragias internas que los mataban lenta y dolorosamente. Los médicos no querían atender a nadie, ninguno abrió su puerta para mí, a pesar de que aquella era su obligación, porque aquello no tenía cura. Te tiraban por la ventana unos calmantes, pero nada más.

Me dejaron tirado en la calle mientras me moría porque mi familia ya había muerto y estaba solo, en la intemperie de Roma, rodeado de gente que también iba a morir. Veía a los ciudadanos de Roma debatiéndose dónde enterrar a los muertos mientras a pocos metros estaban los próximos cadáveres aun respirando. Todavía la gente no sabe dónde enterrar a todos los muertos que hay en las calles, pero si no lo hacen pronto, la plaga podría mutar y ser todavía peor.

Creedme: daba igual quién fueras, el dinero que tuvieses, de qué lado estabas en la guerra, a quién dabas tu apoyo. Yo fui un soldado de la República hasta que la plaga me azotó y ayudé a personas en la calle que antaño fueron rebeldes. Y no nos guardamos ningún rencor, porque ellos me han dado un nuevo hogar. La plaga ha roto con todas las fronteras humanas y ha entrado en la guerra como arma final. No es nuestra, no es algo propio del Ejército, quien lo haya hecho pagará por ello.

Y a pesar de que me habían jurado que me iba a morir porque me había contagiado, viví para contarlo. Ese era el milagro que todos necesitábamos oír."

—Texto de Pietro Elvan para la revista The Sun Empire. Diciembre de 2089.