SEGUNDA PARTE

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ATENAS

Provincia de Grecia, control rebelde

"Caminábamos bajo las estrellas en el cielo e iluminados por la luz de la Luna, con los aullidos nocturnos de los lobos a nuestro alrededor. Recuerdo las plegarias de una mujer que iba sobre una yegua algo mayor... Cómo rezaba para que ningún soldado nos encontrase. Si nos encontraban y averiguaban que nos queríamos ir del país, nos matarían sin piedad, o nos llevarían presos, con lo que, también acabaríamos muertos. Escuché a una niña decir que estábamos yendo en buen camino, gracias a la estrella polar en el cielo. Tan débil, pero tan correcta.

Recuerdo la sensación de estar en la nada, de haberme quedado mirando lo que quedaba de Nápoles tras el bombardeo. Aquel bombardeo de hace un año. De ver cómo volaban trastos por los aires, de escuchar gritos. De ver cómo el agua del mar llegó hasta el portal de mi casa. De tener que enterrar a mi mujer porque ese día era el día en que ella compraba el pescado mientras yo cocinaba otras cosas, embarazada de cinco meses.

Era el día en que decidí irme de casa. En el que dije: aquí lo he perdido todo, y duele quedarse aquí. Estaba cansado de tener que soportar palizas de soldados, para que hablase, para que pudiera decirles algo sobre quién había hecho esto, pero no sabía nada. Toda la ciudad recibió golpizas porque todos los ciudadanos podíamos ser culpables de aquel bombardeo. Siempre me negué, porque no tenía sentido que lo hiciera sabiendo que mi mujer embarazada iba a comprar al puerto el pescado. Y me sentí innecesario allí.

Se matan unos entre otros, y en el camino se llevan a cientos de inocentes. ¿Y sabéis qué es lo peor? No les importa llevarse esas vidas con tal de tener lo que quieren. ¿Quién es el bueno o el malo? Los dos utilizan el mismo discurso: son necesarios ciertos sacrificios.

La caminata fue tranquila. Hasta que escuchamos un par de tiros y nos escondimos entre la maleza del camino. La única que no pudo hacerlo con tanta agilidad fue la mujer sobre la yegua. La niña gritó y fue llevada por los soldados.

Fue la primera vez que me di cuenta de que, en esa guerra, morir es la mejor manera de conseguir la paz."

—Fragmento del libro "Cien palabras al viento" (A hundred words in the wind), de Amanda Stirling. Editorial Polar, 2086.

La Marca del Ejército (#LMDLR2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora