La Marca del Ejército (#LMDLR2)

35. ALEXIA

 Me sorprende ver que el ascensor es lo suficientemente grande como para poder entrar todos juntos, incluyendo a la camilla. Nunca había usado el ascensor porque no teníamos acceso al sótano, que es un hospital donde se trata a cualquier enfermo de Túnez, exclusivamente. Está bastante desinfectado.

Rose ahora está empezando a ser más consciente de la situación y solo tiene fuerzas para coger la mano de Max entre las suyas, que llora de una manera que me duele hasta a mí. Rose tiene la cara llena de salpicaduras de su propia sangre, como sus manos, y el bajo de la nariz junto a la barbilla están llenos de sangre que no pueden limpiar porque le han puesto una máscara de oxígeno. Pero a Max no le importa la sangre de las manos de Rose, y me doy cuenta de que esto él ya lo ha visto, y seguro que ha tenido que limpiarla.

Roxan me confunde. Es muy inteligente y ha ocultado que conoce el idioma del Sur. Probablemente es porque en el Imperio las cosas van distintas y su educación sea diferente o... Quién sabe. En una guerra civil, muchas clases oficiales no se dan. Las excepciones son aquellos maestros que hacen clase donde pueden y las instituciones oficiales de la República, las Academias Militares.

¿Qué habría hecho su padre? ¿Tan malo es que ella odia el idioma de la República? Porque yo no odio el árabe.

Cada persona es distinta, lo sé, pero hay algo en mi cabeza que no cuadra. Porque Roxan tiene un acento cerrado del norte del país, lo que quiere decir que lleva toda su vida en el Norte. Cabe la posibilidad de que sus padres sean de origen republicano, porque no es el acento de América. O quizá se trate de madre imperial con padre republicano, y sé que él es el republicano porque me ha dicho que el idioma de él era el español.

No entiendo nada. Estoy confundida.

Sea quien sea su madre, probablemente se trate de una mujer que o bien huyó al Imperio cuando Roxan nació, jugándosela ante la mafia que te vendía el paraíso para ir al Imperio, pagando miles de billetes por ir un bote de mierda. O simplemente su padre sea un republicano que conquistó el corazón de una joven Imperial en el Norte y que, tras obtener lo que quería, más de una vez, incluso con la niña, finalmente la dejó tirada. Eso suele pasar.

Rose tose un poco, pero no nos asustamos porque aclara la garganta.

No os preocupéis por mí, me pondré bien—Rose se lo dice a Max, mientras ella acaricia la palma con su pulgar.

—Claro que sí, mi vida—se lo dice él mientras acaricia su corto pelo con la mano que ella no sujeta—. Te pondrás bien—ella le sonríe.

Es una sonrisa tétrica, con unos dientes manchados de sangre.

—Cuando me ponga bien, iré a por esa zorra que te ha hecho tanto daño y lo pagará caro—me lo promete ella, mirándome. Pongo yo también una mano sobre su corta melena, que se parece demasiado a la de Rider—. Lo juro.

—No. Te juro que yo iré a por ella. Tú júrame que te pondrás bien—sus ojos están rojos por las lágrimas.

—Te quiero mucho Alexia—habla ella, más débil. Cierra los ojos.

—No dejes que los cierre—dice Roxan. Max la sacude levemente.

—Eres la mejor amiga que nadie nunca podría tener. Una matona de mierda con un buen corazón—tose levemente. El doctor dice que no debemos asustarnos—. Has estado ahí, en las buenas y en las malas. En mis locuras. Y por eso te quiero tanto. Nunca me olvidaré de ti—sus palabras me llegan al corazón.

Rose me habla como si esto fuera una despedida. Como si de verdad fuera a morirse. ¿Y si se muere? ¿Qué tengo que decir si ella nunca más vuelve a escuchar mi voz?