-¡Mira quien eres, valora la mujer que eres, deja de meterte con puro pistolera flaca!
-Ni tu ni nadie me dirá qué hacer de mi vida.
-¿Esto es lo que quieres ser? ¿Una corriente pistolera? Eres una Zambada, Lucero, no puedes acabar en la demencia y...
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Actualidad | Culiacán "Casa de Lucero"
°°°
—Ahora sí ¿Qué quieres saber?
—...
—Y apresúrate que quiero ir a dormir, estoy cansada.
—Te diría que si quieres te acompaño a descansar pero probablemente me des una madriza con niña y todo.
—¿Qué comes que adivinas?
—Pues por mucho tiempo a la hija del Mayo, la famosa China Zambada ¿la conoc...?
—¡Ya cállate y pregunta!—Él ríe y pronto se recompone.
—¿Con qué necesidad te condenaste con el fenta, Lucerito? Tu sabes que no hay vuelta atrás.
—Comencé con el Chino el tráfico de armas, éramos los mejores en eso y me lo tumbaron todo, empecé con Sera pasando mari y también me hicieron a un lado, empezamos a vender coca, pasó lo que pasó y me tocó irme. ¿Con qué querías que me hiciera de vuelta si mi familia me quería tener de muñeca de aparador?
—Pues no sé, lava dinero, ábrete boutiques, hazte influencer, algo más normal, Lucero.
—¿Yo hablándole a un teléfono? Toda mi vida viví escondida en una sierra, Nini.—Él me mira en completo silencio, está pensando.
—Y lo más normal fue meterte al negocio más peligroso del momento.
—Siempre lo hice, además da dinero rápido. Si quiero que mi hija viva como una reina así como crecimos mis hermanas y yo, tengo que chambear.
—Y no podías vivir de tu apá o tus hermanos.
—A ver ¿por qué me reclamas? ¿Te volviste agente de la Dea o mi papá acaso?
—Condenaste a nuestra hija a crecer sin madre.
—Primero, no es tu hija, segundo que te valga madres y tercero—Enumero con mis dedos—Si fuese tu hija tu también tienes tus laboratorios y peor aun, tu patrón no sabe.
Ahora su relajo se acaba y me mira serio.
—¿Cómo sabes?
—En Culiacán todo se sabe, Nini. ¿O te olvidas que Culiacán también es mío?—Repito la frase que me dijo el día de la fiesta.
—Sería nuestro pero como ahora eres una señora de las lomas, es sólo mío—Río sin gracia.—Iván quiere producir en tus laboratorios.
—Negativo, que produzca contigo si quiere.
—Ta bueno pues, no te voy a insistir, solo sería más peligroso.—Asiento.
—Entonces ¿eso era todo?
—Ahora hablemos de lo más importante. ¿Cuándo me dejarás relacionarme con mi hija?
