La China | El Nini 09|

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Ha llegado el momento de decir adiós, nuevamente.

 Para comenzar quiero dejarles saber que esto no es culpa de nadie, son simples consecuencias de decisiones que tomé en la realidad que me tocó vivir y debo aceptar.
Mi único consuelo ahora es ese. Así como algún día yo misma decidí construir una familia al lado del amor de mi vida, así mismo conseguimos acabarla dos veces. Tal vez algún día y en otra vida, se me conceda ese anhelo sin tener que pagarle alguna deuda al karma.

 Karma, el méndigo karma. Tal vez mi condena la estoy pagando en vida, desde pequeña y por muchos años hice mucho daño, provoqué mucho sufrimiento el cual, aunque me obligara, no siento arrepentimiento y pagar con la sangre de mi sangre es mi karma.

Pero hoy decido que ya no va a ser así. Volví dispuesta a no huir toda mí vida como una cobarde pero no pude mantenerlo por mucho, o tal vez sí y ¿Quién dice? regreso para seguir complicándole la existencia a más de uno pero por el momento si por el bienestar de lo poco que me queda de interés, tengo que hacer esto, así será.

Desde pequeña ustedes fueron mi contención, me brindaron todo su amor y conocimiento. crearon una mujer hecha y derecho sin miedo a tomar y aceptar cualquier decisión. Por eso hoy, tomo esta.

Me voy y lo hago para siempre. Me voy a un lugar donde mi Isabella no corra con la misma suerte que mi niño hace años atrás, donde pueda llevar un embarazo tranquilo y donde mis hijos tengan de una madre que los disfrute, una mamá normal que no esté preocupada por las cosas y exigencias de la empresa.

Lo siento papá, la empresa me venció, no fui tan fuerte como tu. Solo quise ser como mamá, mi ilusión es vivir en paz con mi familia.

Y mi familia hoy es mi hija y el bebé que viene en camino.

Nosotros vamos a estar bien se los prometo, si sacrifiqué tantas cosas, hasta a su mismo padre, quiero hacerlo valer la pena, aunque nunca compense aquello.

Solo me resta decirles que les agradezco por todo el amor que siempre me han entregado, cada uno y a su forma ha intentado protegerme e hicieron de mis días más bonitos. Llevo mi tierra, mis raíces y a mi familia en mi corazón y mente para siempre pero hoy me toca despedirme, otra vez. Les agradezco a todos por recibirme y por también dejarme ir, sé que aunque esto nos duela a todos, saben que esto es lo mejor para mí y mi bebé. Una despedida nunca es fácil y menos en estas circunstancias, me hubiera gustado hacerlo en persona para darles un último abrazo por que sí, esta despedida no es un hasta luego sino un hasta siempre.

Gracias por siempre haber confiando en mí y por haberme apoyado a pesar de mis errores. Los amo.

Hasta siempre Familia Zambada.

Tres meses después

—¡Mabel se me fuga la niña!—Evito sobresaltarme y esforzarme poniéndome de pie, la señora que se ha encargado de ayudarme con prácticamente toda mi nueva vida, se ríe esperando la bebé que gatea con sigilo hacia el ventanal que conecta el jardín.

—¿Para dónde va princesita?—Mabel pone de pie a mi bebé, hace unos meses que aprendió a mantenerse parada con un poquito de ayuda, mi niña está tan grande ya y está creciendo muy rápido.

—Vente mi amor—La animo a volver a gatear hacia mí, entre risas lo hace y vuelve, la espero sentada en el piso. Ella llega hacia mí y la festejo, con un dedito en su boca me festeja también y se esconde en mis piernas cuando le da vergüenza. Se queda allí mientras le hago piojito hasta que sube mi blusa y besa mi vientre. Así me quedo un buen rato, dándole mismo a mi bebé y ella besando mi pancita, acariciándola y por segundos mirándome en silencio.