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Actualidad | Culiacán"Semana treinta y cuatro"

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Actualidad | Culiacán
"Semana treinta y cuatro"



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Acaricio mi vientre descubierto. Cuando en el reloj del televisor marca casi el medio día, apenas puedo agarrar el control por mi cuenta y por fin dejar de oír las tediosas canciones infantiles que alborotan a mi plebita. Busco una película de mi gusto y enciendo el aire acondicionado. Después de tanto alboroto con la fiesta de ayer, hoy apenas puedo levantarme de la cama. 

Todo mi cuerpo duele. Desde la planta de mis pies los cuales están exageradamente hinchados, mis tobillos, mis piernas, caderas y espalda.

Fueron días de mucho estrés y esfuerzo por lo que hoy dormí hasta tarde y cuando tuve que levantarme para cambiar y darle su desayuno a Isabella, apenas pude. Néstor se había tenido que ir a trabajar cuando el sol aun no salía y no quería despertar a nadie, así que me tocó hacer todo sola.

Sigo dejando masajes en mi vientre, el bebé esta super inquieto, soy consciente que ya estoy en las últimas semanas de embarazo y tanto el bebé como yo, ya queremos que esta etapa termine.

—Buenos días mis am...—Nini hace silencio cuando me ve cerrar los ojos con fuerza. Deja de lado la bolsa de Oxxo que trae y se acerca a mi lado en la cama—¿Qué tienes amor? ¿Dónde está Isabella?

—Me duele todo, estoy cansada—Digo y él hace un puchero.—Isa está con Tati abajo.

—Te traje unas botanas y dulces. Serafín se llevó ayer todo lo que sobró de la fiesta.

—¡¿Todo?! Eran kilos de comida, Néstor.

—Pues si, dijo que no tenía ánimos de cocinar y no pude decirle que no.

—Que ustedes sean tan amigos no me conviene loco.—Él ríe y se pone de pie tomando la bolsa—Voy a pedirle a Mabel que te prepare algo rico y nutritivo.

—Gracias, cariño.

Le lanzo un beso al aire que corresponde guiñándome un ojo antes de salir del cuarto.

Al cabo de unos minutos, la película me aburre, no puedo mantenerme quieta por tanto tiempo pero tampoco me siento bien como para andar chambeando.

Busco en mi guardarropa la pañalera que me regaló ayer mi mamá. Considerando que me quedan muy pocas semanas para el parto y pocos días para programar la fecha de éste, lo mejor sería comenzar a preparar las bolsas.

Mientras esperaba a que Néstor vuelva a subir, así me acompaña a arreglar la pañalera. Comencé a preparar mi ropa.

Siempre estuve acostumbrada a mantener una figura muy parecida a la de una buchona sin rozar lo vulgar. Las curvas pronunciadas y una diminuta cintura son lo que me habían desaparecido, la ropa diminuta que acostumbraba a usar fue reemplazada por grandes vestidos de maternidad.

La China | El Nini 09|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora