-¡Mira quien eres, valora la mujer que eres, deja de meterte con puro pistolera flaca!
-Ni tu ni nadie me dirá qué hacer de mi vida.
-¿Esto es lo que quieres ser? ¿Una corriente pistolera? Eres una Zambada, Lucero, no puedes acabar en la demencia y...
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Actualidad | Rancho de Nini
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Han pasado tres noches desde que Néstor no viene a dormir y hoy ya me siento lo suficientemente inquieta como para preocuparme.
Y me molesta mucho, me siento como cuando éramos novios y me dejaba con el Jesús en la boca hasta que aparecía como a las tres de la mañana.
Las cosas en la organización han estado tensas. Vicente está enfadado con lo que hicimos y no nos quiere ver ni por fotos y luego me trato de bipolar y miedosa cuando supo que estaba usando el rancho de Néstor.
-Haces todo tu desmadrito y luego te escondes en lo de tu novio para que te defienda. Que fácil así, total nosotros te resolvemos el pedo con los Guzmán. ¿O los herederos se olvidaron que arriba de Nini hay muchísima más gente controlando culichi?
-Pues si tanto te preocupa estar bien con esos, luego yo les hablo. Tengo problemas más importantes como para escucharte llorar, Vicente.
-¿Y esos problemas están aquí con nosotros o está patrullando Culiacán? Que un bato no te desconcentre del trabajo, Lucero.-Hago como si lo escucho mientras que pienso que tendría que ir a mis laboratorios lo más pronto posible. Hace meses que no me paso por ahí.
En cuanto a mis problemas, mi hermano no se equivocaba, resolver ese asunto de mi hija y la relación con su padre me han atormentando. No quiero que en un futuro mi hija me reclame pero ¿y si no estoy haciendo lo correcto?
Desde hace tres días que Nini me ha estado ignorando, entiendo que esté enojado peor aun así él nunca dejó de lado a su bebé y el proyecto de su habitación. Convive con ella en cada rato libre que tiene, le ha comprado tanta ropa y juguetes que no creo que llegue a usar tantas cosas. Hasta un Escalade le regaló según para su comodidad. Es una niña muy consentida por su papá.
Y que esa versión de Néstor me esté ignorando me tiene demasiado inquieta. Quise hablar con él dos veces pero la primera sólo me ignoró y a la segunda me dijo unas palabras muy feas.
-¿Podemos hablar?-Le digo cuando se acercó a mí para tomar a Isa. Sin siquiera mirarme.
-Ya dejaste todo muy en claro ¿Qué tienes para decir ahora? Si no es para aceptar mis responsabilidades como padre, no me interesa hablar contigo.-Que me hablara tan fríamente claro que me dolió pero no lo demostré. Aunque por horas me quedé pensando en aquello.
Me doy otra vuelta en la cama. ¿Qué hago?
Miro en la cuna que compró Nini, Isabella duerme en una posición idéntica a la de su padre y quiero llorar por los parecidos. Por más que intente, la sangre llama.
Rendida bajo las escaleras, ya todo está oscuro y en silencio, son las dos de la mañana y ni siquiera sé si Néstor está aquí.
En el exterior no veo a nadie conocido pero la Defender está estacionada por lo que él debe estar aquí.
