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Actualidad  | El Álamo

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Actualidad  | El Álamo

"Semana veintiuno"

°°°

Sigo meciendo en mis brazos a Isabella, mi celular marca las siete de la tarde cuando al menos comienza a dejar de llorar. Estuvo así tres largas e interminables horas. No puedo moverme porque se queja y comienza una pataleta.

Mamá me trae un biberón nuevo y se lo ofrezco, después de varios intentos lo acepta y comienzo a darle de comer mientras se va durmiendo lentamente.

—¿Puedes ir a ver qué sucedió allá abajo?

—Tus hermanos no me dejan pasar, parece ser que hay un doctor con ellos.

—¿Qué hace Nini con ellos?—Mamá me mira igual de confundida pero no me resuelve ninguna de mis dudas.

Cuando Isabella finalmente se duerme la dejo en la cama, la rodeo con almohadas y acompañada de mamá salimos del cuarto.

—¿Dónde vas?

—A ver qué sucede.

—No es lo mejor, te puedes alterar y hacerle mal al bebé—Ella me mira preocupada—Mejor ve con tu hermano y yo me encargo de lo otro.

La ignoro y sigo caminando a paso firme hacia los cuartos del primer piso. No me cuesta encontrar dónde está sucediendo todo cuando veo a mis hermanos mirar desde el pasillo hacia una de las habitaciones. Están recargados iguales en la pared y ambos tienen un dedo en su boca mordiendo nerviosos sus uñas.

—¿Qué sucedió? ¿Qué hacen ustedes con Nini?—Pato y Vicente se sobresaltan y me miran.

—Lo balearon tres veces.

—¿Quién? ¿Estaba en el operativo?

—No lo sé. Cuando Isa comenzó a llorar él nos llamó, estaba cerca y herido, cuando llegamos ya estaba inconsciente, sólo se nos ocurrió traerlo aquí.

—Culiacán está caliente, hay guachos por todos lados, no podíamos llevarlo a un hospital—Asiento y miro al cuarto.

—Sorprendentemente ninguna de las tres balas dañó un órgano, vaso sanguíneo o hueso. Tuvo un Dios aparte—Dice el doctor al acercarse a nosotros—Les recomiendo llevarlo a chequeo médico de todas formas.

—Cuando todo se calme sí, antes no es posible—Dice Vicente y el doctor asiente quitándose la bata bañada en sangre.

—Ahora está anestesiado, probablemente despertará en una hora.—Él comienza a escribir en una hoja—Aquí están los medicamentos y las instrucciones—Se la entrega a Pato que se niega.

—Ahí désela a su mujer—El doctor me da la hoja y no dudo en ingresar al cuarto cuando ellos mandan a llamar a uno de nuestros hombres para que despidan al doctor y compren los medicamentos.

La China | El Nini 09|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora