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Actualidad | Culiacán

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Actualidad | Culiacán


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—Yo te dije Nini que mi hermana es una plebe atrabancada, tienes que saber domarla loco.—Oigo la voz de Serafín retumbar. Mis párpados pesan y comienzo a recordar todo lo último que viví hasta que me durmieron para practicarme una extracción.—Si tu sabías eso tenías que decirnos a nosotros.

—¡Me enteré cuando se fue de la casa! ¿Tu crees que si hubiese sabido la hubiese dejado ir, Serafín! No mames.

—No peleen, pobre de mi niña tener que soportarlos hasta en la clínica.—La dulce voz de mi madre me hace abrir los ojos, es la que más paz tiene en el cuarto.

Noto como en la sala de estar que tiene el cuarto de la clínica, están mamá y Nat con un rostro de fastidio y los otros dos, Nini y Serafín, mirándose mal.

—Este pendejo amá, no es capaz de cuidar a mi hermana embarazada.

—La bala que iba a su cabeza se desvió porque me quiso matar a mí primero, agradéceme.

—Yo termino el trabajo del Chino mejor.

—¡Serafín ya!—Por el grito de mamá abro mis ojos.

—¿No pueden estar un día sin chingar?

Ellos me miran y se acercan a mí.

—¿Cómo estás?

—¿Cómo te sientes?

—Pues bien, hace falta más que un balazo en el hombro para matarme.

Sonrío. Ellos niegan.

Cuando Rodrigo apuntó fue directo a mi cabeza, aunque al accionar esta se desvió y dio en mi hombro. El dolor en mi hombro fue agudo y arrasador, tanto que solté mi arma para tapar la zona de donde brotaba la sangre, al dejarme caer de rodillas vi como desde atrás tomaron mi arma y dispararon cuatro veces, escoltas sostuvieron e inmovilizaron a Rodrigo, más gente entró a ayudarme, Pancho corrió a pedir refuerzos y preparar camionetas para irnos al hospital.

No emito sonido, estoy aun aturdida por el disparo y por el dolor, siento como me alzan y me sacan de aquel cuarto. Cuando reacciono y camino por mí misma hacia la camioneta, noto que es Nini quien me saca de allí y hace un torniquete en la herida con su propia remera, fue él quien disparó también.

—¿Cómo se te ocurrió hacer todo esto tu sola?

—¿Pero me salió bien o no?—Le sonrío a Sera, miro mi hombro, está vendado y mi brazo inmovilizado.—¿Cuánto tiempo voy a tener esta madre? Me va a arruinar los oufits.

—En un mes ya estarás como nueva, según el doctor—Nat acaricia mi mano—Que chingona eres, fuiste muy valiente. Nini ya nos contó.

—¿Cómo supiste?—Me dirijo al hombre que está parado a mi derecha en la camilla, recargado y acariciando mi cabello.

La China | El Nini 09|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora