Actualidad | Culiacán
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Hace un rato me había duchado y preparado para ir de rutas con los Chapitos, estaba meciendo a la bebé para hacerla dormir cuando papá se sentó conmigo en el jardín. Allí le pregunté qué sabía él de la supuesta aparición del Chino.
—Yo te respondo si tu me respondes lo que obviaste el otro día, mija.
—¿Qué te hace pensar a ti que puede ser el Chino?
—Él venía por ti y Vicente cuando te pedí que lo levantaras, nunca entendió que ya era caso perdido ayudarlo.
—Tenemos demasiados enemigos ¿Qué te hace pensar que sería alguien que está muerto?—Se mantiene en silencio—¿Qué sabes tu que no se yo?
—Investiga. ¿Qué harás cuando yo no esté?
—Apá ya tengo muchos problemas, resuélveme uno al menos.
—Eso no sería problema si me hubieses hecho caso.
—¡No iba a traicionar al único amigo que tuve en mi vida! El Chino era como un hermano más.
—Entonces no lo hiciste—Dice con tranquilidad, claramente él ya lo sabía—Te voy a ayudar a encontrarlo sólo por la seguridad de mi nieta pero te mereces que te deje sola y que lo soluciones por tus medios por mentirosa—Mejor hago silencio, él tiene razón.—¿Nini dónde está?
—Trabajando—Miento. Realmente no sé, sólo le pedí a Ovidio que no lo llevara hoy a las rutas, él aceptó con la condición de pasar a buscarme pero papá no debe por qué saber eso y menos lo que está pasando. Lo mandaría a tablear así como lo hace Nini con la gente, estoy segura.
—Ese hombre es tu sombra, que extraño no está aquí.
—Voy a acostarla—Evito el tema y me pongo de pie entrando a la casa.
—Como mientes hija de la ching...—Lo escucho murmurar pero me hago la otra y voy al cuarto de mi mamá donde está haciéndose las uñas.
—Que chula estás mi muñeca—Me chulea abriéndome los brazos. Como niña chiquita dejo a mi bebé en la carriola y me acuesto en la cama con mamá—Estas preciosa pero esos ojitos tristes no me mienten—Ella acaricia mi cabello dándome consuelo, yo me acuesto en sus piernas.—Y ya le dijeron a tu papá la violencia con la que estás trabajando. ¿Volviste a cobrar por dar piso?—Asiento. Cuando mis hermanos no me querían en la empresa de este lado, sino que solo como una cara bonita con empresas totalmente legales que servían para lavar dinero, em tocó arrancar como pistolera y sicaria con el Chino. Luego no les quedó otra que aceptar lo que yo quería y me dieron otro puesto en la empresa.
—Me aburro si no trabajo, amá, tengo que ocupar la mente sino.
—¿Te peleaste con Nini?
—Me dejó pero hoy se va a arrepentir.
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La China | El Nini 09|
Fanfiction-¡Mira quien eres, valora la mujer que eres, deja de meterte con puro pistolera flaca! -Ni tu ni nadie me dirá qué hacer de mi vida. -¿Esto es lo que quieres ser? ¿Una corriente pistolera? Eres una Zambada, Lucero, no puedes acabar en la demencia y...