-¡Mira quien eres, valora la mujer que eres, deja de meterte con puro pistolera flaca!
-Ni tu ni nadie me dirá qué hacer de mi vida.
-¿Esto es lo que quieres ser? ¿Una corriente pistolera? Eres una Zambada, Lucero, no puedes acabar en la demencia y...
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Actualidad | El Álamo
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-El Chino todavía está suelto.
-¿Fue él entonces?-Su silencio me responde-Bien, ahora ¿por qué me preguntaste aquel día si era capaz de traicionar a mi papá? ¿Qué tiene que ver él en esto?
Él moja sus labios y tras pensarlo, finalmente responde.
-Por el tratado que tiene tu papá con Los Chapitos, hacer una guerra con ellos sería traicionarlo.
Asiento comprendiendo y liberándome de un peso, pensé que era algo mucho más grave.
-No se hará ninguna guerra si no se enteran.
-No se te ocurra hacer nada-Él intenta levantarse pero se queja en el intento-Yo me encargo de eso.
-¿Muriéndote en el intento? No gracias.
-¿Ahora te preocupo? Te recuerdo que me dejaste a mi suerte, no fuiste capaz de decirme tu pinche tratito con el Chino. No seas hipócrita plebe.-Involuntariamente mi boca y mis ojos se abren, Néstor nunca me había tratado.
-¿Por qué piensas que no quería que te nos acercaras? ¡Yo sabía lo que había hecho y jamás pude tocarte un pelo! No merezco que me trates así.
Él ríe-Hablamos mañana mejor, ya me enojé de acordarme aquello.-Se cruza de brazos y sin más me evita la mirada.
Por mi parte me encojo de brazos y me pongo de pie.
-Pues ahora hablamos cuando a mí se me de la gana-Él me mira salir pero no dice nada. Suspiro al cerrar la puerta y me marcho a dormir con mi bebé.
(...)
-Uy qué cara ¿No estás feliz que te salvamos a tu Romeo?
-Lo hubiesen dejado ahí no más-Mascullo sentándome a desayunar. No pude pegar un ojo en toda la noche pensando si realmente había estado mal.
O sea, entregué su cabeza pero luego me arrepentí. No estuve tan mal, creo.
-Ora qué les pasó.
-Nada, Sera.-Ellos se miran y hacen una mueca pero no me interrogan más.
-La enfermera que le buscamos a mi cuñado ya llegó hoy bien temprano.-Dice Mayito. Gris me mira extraño.
-Yo te recomiendo ir a ver.
-No seas sapa, Gris.
-Y tu no seas cabrón.
Confundida me levanto a ver qué dicen. Abro la puerta sin tocar y comprendo inmediatamente.
Aun con el pomo de la puerta en la mano, tomo un respiro hondo. Néstor quien está siendo ayudado a recostarse, me mira por encima del hombro de la enfermera. Me sonríe con malicia cuando me ve verlos sin expresión.
