-¡Mira quien eres, valora la mujer que eres, deja de meterte con puro pistolera flaca!
-Ni tu ni nadie me dirá qué hacer de mi vida.
-¿Esto es lo que quieres ser? ¿Una corriente pistolera? Eres una Zambada, Lucero, no puedes acabar en la demencia y...
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Cuatro días después | Berlín
°°°
—¿Dónde está mi ahijada más bonita? A ver ¿dónde está?—Sera e Isabella juegan por medio de la videollamada.
La carcajada de mi bebé resuena en la habitación cuando Serafín descubre su rostro y le hace muecas.
Isabella aplaude festejándole las bobadas a Serafín.
—Que yo recuerde no la bauticé—Me gusta pelear y como Nini dice que no va a arriesgarse a quitarme mis "buenas vibras" me toca pelear a mis hermanos.
—Pues lenta estás, morra, ya casi te sale el otro plebe y tu sin bautizarla.—Río.
—Y con tal de que no seas su padrino, no lo haré.
—Oyee. ¿Por qué eres así?
—Le estoy haciendo un bien a mi hija—Él rueda sus ojos y cuando Isabella se concentra mordiendo uno de los relojes de su papá , Sera conversa conmigo.
—¿Y mi cuñado dónde está que no anda de encimoso?
—Fue a buscar comida pero..—Miro la hora—Ya tendría que haber vuelto hace rato.
—Que extraño.
—Tal vez se perdió y tenemos que sacar un alerta Amber.
—¿Qué no es pa los niños eso?
—¿Si, no?—Me encojo de hombros y le resto importancia.
Ya regresará.
Mientras yo disfruto de estar en la cama desde que volvimos de pasear en la nieve. Creí que Néstor haría lo mismo después de la caída que tuvo cuando se resbaló por la nieve pero salió hace unas horas en busca del almuerzo, ya no podíamos seguir consumiendo lo que cocináramos nosotros mismos. También aproveché a enviarle un video a Sera mostrándole como mis hijos esta tarde han estado demasiado inquietos. Mientras el bebé se movía y dejaba formas raras en mi vientre, Isa aplaudía y gritaba.
Estos dos plebes me van a enloquecer.
Suspiro y sigo conversando con Sera, me cuenta como han ido las cosas allí por Culiacán y algunos otros chismes más que solo escucho por hacerle compañía, la tristeza en los ojos de mi hermano es evidente y creo que apenas tomó dimensión de la tragedia que vivió. Por ese motivo tengo mi corazón dividido, estoy disfrutando al máximo estos días en Berlín con mi pequeña gran familia que cree al lado de Néstor pero el saber que mi hermano está sufriendo a la distancia, me inquieta.
—Ya mañana nos regresamos, llegaríamos en un día.
—¿Quieres que llevemos a Isa al zoológico? Con el Gordo le hicimos una sorpresa y necesitamos su opinión.
