-¡Mira quien eres, valora la mujer que eres, deja de meterte con puro pistolera flaca!
-Ni tu ni nadie me dirá qué hacer de mi vida.
-¿Esto es lo que quieres ser? ¿Una corriente pistolera? Eres una Zambada, Lucero, no puedes acabar en la demencia y...
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Tres semanas | El Álamo "Semana veintiuno"
°°°
Bajo corriendo las escaleras de la casa buscando asustada a mi madre. No puedo creer lo que mis ojos acaban de ver y tengo mucho miedo.
—¡Amá! ¿Dónde está amá?
—No corras Lucero, puedes lastimarte—Ignoro a mayito y vuelvo a subir las escaleras corriendo. Mamá no está en los cuartos. Me tomo un tiempo pues ya me agité demasiado e hice más cardio que nunca en estos cinco meses de embarazo.
—¡Mamáaa!—Grito con todas mis fuerzas volviendo a bajar, ya no me interesa despertar a mi hija. Mi mamá tiene que darme una respuesta.
—¿Por qué tanto alboroto? ¿Estas bien mija?—Consigo a mi mamá en la cocina desayunando con mis hermanos. Tomo grandes bocanadas de aire pues me super agité.—Ay Dios esta mujercita—Mamá pone su mano en mi espalda ay me ayuda a enderezarme.
—¿Me puedes explicar qué es esto mamá?—Señalo mi vientre y ella me mira obvia.
—Pues cuando coges como conejo y sin protección, no creas que la cigüeña te va a traer el plebe. Nombre plebe ¿qué cosas preguntas?
—¡No seas grosero Vicente!—Zynthia regaña a su marido
—¡Mi vientre no estaba sí anoche! ¡Se me explotó amá!—Ella ríe y asiente abrazándome.
Apenas me miré en el espejo no té el gran cambio que había tenido, según yo, de la noche para la mañana, aunque sigue siendo una pancita super pequeñita para tener cinco meses y algo más.
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—Te has estado alimentando y descansando bien, además en algún momento te tenía que salir.
—Mira no más que chulada—Pato se sienta a mi lado y se agacha a hablarle y besar mi vientre.—¿Veda que me saldrás bueno cabroncito? Tu vas a andar conmigo pa todos lados.
—Mira si es niña y tu diciéndole cabrón.
—Ya te dije—Me señala con su tenedor—Tienes la panza bien baja y puntuda, es niño. la abuela te diría lo mismo.
