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22 de Noviembre de 2023 | Culiacán, Sinaloa
"Últimos cuatro capítulos"

°°°


Néstor me da su mano para ayudarme de bajar de la camioneta, me ayuda con la cola del vestido y me toma por la cintura una vez que bajo.

—Con cuidado, amor—Asiento.

Ingresamos a una de las casas más cercanas que teníamos a la finca donde celebraríamos nuestra primera boda. Aquí vendríamos a cambiarnos por algo más cómodo y nos marcharíamos a nuestra fiesta donde ya nuestros familiares nos esperan.

—Hay que darse prisa antes de que Ismaelito llore—Digo subiendo las escaleras de la entrada—En treinta minutos nos vamos—Le aviso a Pancho quien asiente y asegura ir a montar guardia al primer anillo de seguridad.

—¡Amor!—Néstor me regaña cuando me ve tropezar con mi vestido en los escalones de la escalera.—Ten más cuidado que no quiero quedarme viudo.

Sonrío divertida al entrar al cuarto.

—¿Así que el gran mentado Nini ya es mi esposo?—Juego con el cuello de su camisa y él enreda sus manos por mi cuerpo.

—Así es pues, eres la afortunada de tenerme de marido.

—Oilo—Alzo mis cejas divertida y me dejo besar por él. Suspiro cuando sus manos hacen un puño la tela de mi vestido en mi trasero y jadeo al sentir como muerde mi cuello.—Amor... No podemos demorar.

—Uno rapidito—Susurra entretenido en mi cuello—El primero casados ¿Sí?

—Ta bien—Termino cediendo ante sus caricias y sus besos.

Néstor es al único al que no me le podría resistir jamás.

Acaricio su cuerpo mientras que él se encarga de deshacerse de mi vestido.

Me mira con un ápice de diversión entre la lujuria que predomina en sus ojos oscuros.

—Mira que sorpresitas se carga mi esposa—Dice al notar mi conjunto de lencería. Muerde su labio y sus manos van a mi cintura la cual aprieta a su antojo. Se deja caer sentado en la cama y me sienta sobre él a horcajadas. Me muevo suavemente sobre él, tentándolo mientras lo beso y me encargo de desaparecer su camisa y desabrochar su pantalón de vestir.—Necesito estar dentro de ti ya—Susurra con su voz ronca, su aliento choca en mi oído estremeciéndome.

—Hazlo ya—Le doy el total permiso de romper mis bragas. Hago un puchero pues no em lo esperaba—Eran nuevas amor.

—Luego te compro más—Me mira posesivo mientras siento como juega con su miembro en mi entrada.

Cuando me dejo caer sobre él mis piernas tiemblan al sentir la brusquedad de su invasión. Hecho mi cabeza hacia atrás y cuando su boca va a mis pechos, sentir sus dientes rozar mis pezones, una de sus manos acariciar mi clítoris y con la otra me ayuda a marcar un ritmo de embestidas que a los dos nos hacen tocar el cielo.

Gimo sin preocuparme de que alguien nos vaya a oír, desde que lo vi esperarme en el altar estaba deseando este momento.

Cuando sus manos dejan un fuerte golpe en una de mis nalgas me detengo.

Ese ruido no pudo haber sido por esa nalgada.

Frunzo el ceño y él me mira igual de confundido.

—¿Qué tienes, mi reina?

—¿Escuchaste eso?—él niega—¿Traes tu radio?

—No, la dejé en la camioneta.

—Puta madre—Me bajo de él que está aun mas confundido que antes, enrollo en mi cuerpo la sábana blanca y me acerco a una de las ventanas.—Estoy segura que escuché ruido de boludos.

La China | El Nini 09|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora