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¿?: Oye Elohim, ¿crees que debería morir?

Elohim: ¿Por qué dices eso?

¿?: Mi vida no tiene sentido, he estado aquí por no sé cuanto tiempo, soy incluso más antiguo que tú, y aún así no sé qué sentido tiene mi vida...

Elohim: Nirvana... sólo tú puedes encontrar la razón de tú vida. No pienses en que tienes que morir, si viniste a éste mundo es por una razón.

Nirvana: Gracias, Elohim

- Con una pequeña sonrisa cerraría sus ojos mientras que estiraba un poquito

Nirvana: Creo que llegó el momento de despedirnos, yo... quiero conocer que es lo que soy, y para qué he venido a éste mundo.

Elohim: Suerte, mi gran amigo.

- Diría sonriente para luego simplemente ver como Nirvana desaparecía sin nada que decir.

Cientos de años después

- Pura destrucción, sangre, gritos y caos. Luego de tanto tiempo finalmente había explotado la guerra entre 3 facciones distintas, los Angeles, los demonios, y los Angeles caídos. Una guerra que inició por codicia, por hambre de poder.
Años de guerra habían traído graves consecuencias al mundo sobrenatural, hasta llegar a un punto crítico de la guerra.

Elohim: Gabriel, mi amada hija, llévate lejos a tus hermanos, aleja a todos. Yo acabaré con esta maldita guerra

Gabriel: Padre, qué estás diciendo, no te abandonaré

Elohim: Gabriel, vete de una vez.

Gabriel: Padre...

- Con una tristeza enorme, y entre llantos, Gabriel, la Angel más hermosa del cielo, retiraría a sus hermanos y demás Angeles del campo de batalla, quedando en ella los moribundos reyes demonios, algunos caídos, y los más importantes, los dragones celestiales

Dragones, los seres más poderosos del mundo, la raza más antigua y poderosa.

La guerra de las facciones había traído a 2 de sus mayores ejemplares, el dragón rojo y el blanco, rivales que buscan matarse el uno al otro. Fueron atraídos por la concentración de poder, y por su culpa las bajas se fueron por la nubes

Elohim: Dragones celestiales, mis estúpidos hijos que iniciaron esta estúpida guerra por sus ganas de poder, y mis demás hijos que pecaron y fueron castigados por la caída, ésta guerra ha llegado a su fin

- Una concentración masiva de poder se llevaría a cabo en el cuerpo de Elohim, llamando la atención de los 2 dragones celestiales. Los caídos ya habían huido al igual que los demonios restantes, dejando atrás a sus moribundos reyes.

¿?: Estúpido dios bíblico, acaso osas el interferir en nuestra pelea?

¿?: No interfieras en lo que no te incumbe, Elohim.

Elohim: Dragones celestiales, ustedes solo trajeron dolor a ésta guerra, y yo seré el que los castigue

- Finalmente había acumulado toda la energía en su desfallecido cuerpo

Elohim: Éste es su castigo, dragones...

- Un poderosa grito, seguido de una onda de choque mágica increíble impactaron a los dragones, quemandolos y lastimandolos. Sin embargo eso no era suficiente para acabarlos. Ambos dragones se resistían a morir, usando todo su poder para poder resistir.

Elohim: Maldición, acaso falle...

- De repente una onda de poder lo invadió, haciendo que sus ojos se llenen de lagrimas.

Mi razón de existir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora