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Después de un día lleno de risas, conversaciones animadas y momentos inolvidables, llegó el momento de la despedida. Nirvana, Tiamat y Rossweisse se encontraban en el palacio de los dioses Aesir, listos para emprender el regreso al inframundo.

Con una mezcla de gratitud y melancolía, se despidieron de sus amigos y seres queridos en Asgard. Abrazos afectuosos y palabras de despedida resonaron en el aire, mientras expresaban su agradecimiento por la hospitalidad y el compañerismo que habían experimentado durante su estancia en los reinos celestiales.

Finalmente, llegó el momento de partir. Con determinación y esperanza en sus corazones, Nirvana, Tiamat y Rossweisse se despidieron del mundo celestial y se encaminaron hacia el portal que los llevaría de regreso al inframundo. Con cada paso, se desvanecían en la distancia, dejando atrás recuerdos imborrables y la promesa de un futuro lleno de aventuras y desafíos.

El portal se cerró tras ellos con un suave zumbido, marcando el final de una visita inolvidable a los reinos celestiales. Ahora, con la vista puesta en el horizonte y el corazón lleno de determinación, se preparaban para enfrentar los desafíos que les aguardaban en su hogar en el inframundo, listos para continuar su viaje hacia el destino que les esperaba.

Mientras Rossweisse contemplaba con asombro y emoción cada detalle del inframundo, maravillada por la magnitud y la oscuridad de su nuevo entorno, Nirvana avanzaba con su típica expresión impasible, su rostro ocultando cualquier emoción que pudiera estar experimentando en ese momento. Para él, el inframundo era simplemente otro lugar en su vasto repertorio de experiencias, y no mostraba ningún signo de sorpresa o asombro ante su llegada.

Mientras tanto, Tiamat se mantenía ocupada en comunicarse con Serafall, informándole sobre su regreso al inframundo y compartiendo detalles sobre la visita a Asgard y la llegada de Rossweisse. Con su característica habilidad para la comunicación y el manejo de situaciones delicadas, Tiamat mantenía a Serafall informada y actualizada sobre los acontecimientos, asegurándose de que estuvieran al tanto de todo lo que ocurría en su ausencia.

Mientras caminaban por los sombríos pasillos del inframundo, cada uno perdido en sus propios pensamientos y ocupaciones, sabían que su regreso marcaría el comienzo de una nueva serie de desafíos y aventuras. Juntos, estaban preparados para enfrentar lo que el destino les deparara en su hogar en el inframundo, listos para continuar su viaje con valentía y determinación.

Nirvana: ¿Qué te parece el inframundo, Rossweisse?

Rossweisse: He oído muchas historias y es muy increíble, estoy un poco nerviosa por conocer a uno de los reyes demonio.

Nirvana: No te asustes mucho, Serafall es una persona tranquila.

- Mientras caminaban por los oscuros pasillos del inframundo, Rossweisse asimilaba las palabras de Nirvana con cierto alivio. La tensión en sus hombros pareció disminuir ligeramente, y una sonrisa de gratitud se dibujó en su rostro mientras contemplaba el entorno con renovado interés.

A su alrededor, las sombras danzaban en las paredes, creando un paisaje misterioso y fascinante que capturaba su atención. Aunque aún sentía un ligero nerviosismo ante la idea de encontrarse con un rey demonio, la promesa de Nirvana de que Serafall era una persona tranquila le brindaba un poco de consuelo y tranquilidad.

Con cada paso que daban en el inframundo, Rossweisse comenzaba a sentirse más segura y confiada en su entorno. Sabía que enfrentaría desafíos y peligros en su nueva vida en este mundo oscuro y misterioso, pero también estaba dispuesta a enfrentarlos con valentía y determinación.

Mientras continuaban su camino, la emoción y la anticipación llenaban el aire, marcando el comienzo de una nueva aventura en el inframundo para Rossweisse y sus compañeros. Juntos, estaban listos para enfrentar lo que el destino les deparara, con la certeza de que su unión y determinación los llevarían a través de cualquier desafío que encontraran en el camino.

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