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En la espaciosa sala de estar de la mansión Gremory, todos los miembros del séquito Gremory se encontraban reunidos, junto con los padres de Rias, sumidos en una atmósfera de discusión y planificación. Mientras tanto, Tiamat estaba un poco apartada del grupo, absorta en una llamada que la mantenía completamente concentrada y alejada de la conversación que tenía lugar a su alrededor.

Rias, con una expresión seria pero determinada, lideraba la reunión desde el centro de la sala, mientras los demás miembros del séquito escuchaban atentamente sus palabras. Los padres de Rias observaban con orgullo a su hija, confiando en su capacidad para liderar y tomar decisiones sabias.

El ambiente estaba cargado de anticipación y tensión, ya que todos estaban conscientes de la importancia de la situación que estaban discutiendo. Los padres de Rias intercambiaban miradas significativas entre ellos, mientras los miembros del séquito compartían sus opiniones y sugerencias sobre el tema en cuestión.

Mientras tanto, Tiamat permanecía inmersa en su llamada, su expresión seria y concentrada mientras escuchaba atentamente lo que le estaban diciendo al otro lado de la línea. Aunque estaba físicamente presente en la sala de estar, su mente estaba claramente en otro lugar, ocupada por asuntos que requerían su atención inmediata.

Rias: Mi opinión es que deberíamos seguir vigilandolos tal y como lo estamos haciendo. Luego si vemos que la situación amerita nuestra intervención, lo haremos.

Akeno: Tiamat dijo que ese tipo le daba malas vibras, Draig también, creo que eso es motivo suficiente para actuar.

Rias: No podemos ser impulsivos, Akeno, a pesar de eso Diodora es un heredero, si lo atacamos o lo que sea, puede traer muchos problemas a la casa Gremory.

- Mientras cada miembro del séquito Gremory expresaba sus opiniones y sugerencias sobre el tema en discusión, Tiamat permanecía absorta en su llamada, su atención completamente centrada en las palabras que resonaban en el círculo mágico que descansaba en su oreja. Su rostro reflejaba seriedad y concentración mientras escuchaba atentamente cada detalle que le transmitían al otro lado de la línea.

Aunque estaba físicamente presente en la sala de estar, su mente estaba completamente inmersa en la conversación telefónica, ajena a la discusión que tenía lugar a su alrededor. Los demás miembros del séquito continuaban intercambiando ideas y debatiendo sobre el tema en cuestión, pero Tiamat permanecía ajena a sus palabras, enfocada únicamente en la información que recibía a través de la llamada.

Su presencia en la sala era palpable, pero su atención estaba claramente dirigida hacia la conversación telefónica que estaba teniendo lugar, indicando la importancia y urgencia del asunto que estaba tratando. Mientras tanto, el resto del séquito continuaba con su discusión, conscientes de que Tiamat se uniría a ellos una vez que terminara su llamada.

Tiamat: ¿La información que conseguiste es segura, Rossweisse?

Rossweisse: Confía en mi, Tiamat, aún tengo que decirle a Nirvana lo que conseguí, pero primero tengo que decírtelo a ti que estás ahí. Tienes que detener a Diodora, al parecer está afiliado a la faccion de los antiguos reyes demonio, es un traidor.

Tiamat: Entonces simplemente voy y lo asesino.

Rossweisse: NO!!! Eso traerá mucho problemas al inframundo, capturalo para que lo interrogen.

Tiamat: Claro claro, haré lo posible. ¿Conseguiste información respecto a la monja?

Rossweisse: Solamente algo muy vago. Al parecer ese chico Diodora, se hizo el mismo la herida para que la monja se fije en él. Tiene una especie de fetiches con las monjas, y la niña Asia es su siguiente objetivo.

Mi razón de existir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora