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Serafall: Recuerda, Airi-chan, van de excursión, no busquen problemas.

Nirvana: La gente de Kyoto es amigable, diviértanse, no causes problemas, algunas veces los Yokai no tienen muy buen genio.

- Finalmente, luego de tanto tiempo de espera, había llegado una de las fechas más importantes para el salón de Airi, su viaje hacia Kyoto. En ésta ocasión solamente iba a viajar los del mismo año de Airi, por lo que Rias, Nirvana y demás no podían viajar hacia Kyoto, sin embargo iban acompañados de Azazel por lo que Airi no estaría sola

Airi: Prefiero estar entrenando con el viejo en lugar de esto, maldicion...

Nirvana: Dale de un respiro, Tanin también necesita descansar de vez en cuando, recuerda que el también tiene obligación en el inframundo al ser una de las piezas de Sirzechs.

Airi: Está bien, lo siento...

Nirvana: Si te cruzas con una Yokai que tiene nueve colas, dile que vas de parte mía, te recibirá bien.

- Continuaron charlando por un tiempo más, hasta que Airi finalmente tenía que subir al tren que llevaría a todos los alumnos hacia Kyoto.

Luego de que Airi haya partido hacia Kyoto, tanto Nirvana como Serafall tomaron rumbo hacia su hogar, habían dejado solas a Gabriel y Penemue, estaban Rossweisse, Rias y Tiamat para controlar que no haya problemas, sin embargo no era muy buena idea dejar a esas dos solas por mucho tiempo.

Nirvana: Voy a tener que agrandar otra vez nuestro hogar si esas dos se van a quedar...

Serafall: Yo me encargaré de eso cariño, tú habías dicho que tenias que hacer otras cosas hoy, haz eso, déjame el resto a mi.

Nirvana: ¿No tienes papeleo que hacer?

Serafall: Ya no cariño, terminé todo mi trabajo en tiempo récord gracias a Rossweisse.

Nirvana: Entonces te lo encargo, Serafall. Por cierto, ¿Azazel va a hacer la alianza con los Yokai?

Serafall: Así es, estuve hablando con Yasaka, la líder de los Yokai y aceptó charlar sobre una alianza, y para ello enviamos a Azazel.

Mientras tanto, en el tren hacia Kyoto.

Airi estaba sumida en un profundo sueño, mecida por el suave balanceo del tren. Todos los miembros del grupo estaban descansando, acumulando energías para el largo viaje que les esperaba. La noche era tranquila y silenciosa, rota solo por el leve murmullo del viento y el sonido rítmico de las ruedas sobre los rieles.


Azazel, sin embargo, no compartía la paz de sus compañeros. Con el ceño fruncido y la mirada fija en el horizonte, había tomado una decisión. Mientras más rápido pudiera establecer la alianza en Kyoto, mejor sería para todos. Sin hacer ruido, se levantó de su asiento y se dirigió a un lugar apartado del vagón. Allí, con un movimiento fluido y casi imperceptible, comenzó a concentrarse.

Una ligera brisa empezó a arremolinarse a su alrededor, cargada de una energía arcana y ancestral. Las sombras parecieron volverse más densas y el aire vibró con un poder antiguo. Azazel cerró los ojos, sintiendo el pulso de la magia en su interior, y en un susurro apenas audible, recitó las palabras que lo llevarían a su destino.

De repente, la atmósfera se partió con un destello de luz y, en un parpadeo, Azazel se desvaneció, dejando tras de sí solo un leve eco de energía.

Reapareció instantáneamente en los tranquilos y místicos jardines de Kyoto. El aire era fresco y cargado con el aroma de los cerezos en flor, y el canto de los grillos llenaba la noche. Azazel respiró hondo, dejando que el paisaje familiar lo envolviera.

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⏰ Última actualización: Jul 01 ⏰

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