CAPÍTULO 13: UNA OPORTUNIDAD.

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Los ojos verdes del pelinegro se clavaron fijamente sobre la joven Di marco mientras ella hablaba alegremente con sus padres. Pero, su mirada se sentía distinta a la de thomas sobre ella y lo había notado desde el primer segundo en el cual lo conoció. Theo era cálido a comparación del shelby al que tanto amaba.

—Entonces, ¿Estas de visita?—Pregunto el ojiverde ganándose la atención de la castaña, quien le sonrió.—¿O te quedaras aquí?

—Solo estoy de visita.—Contesto amablemente mirándolo. No estaba segura de cuanto tiempo iba a quedarse, pero sabía que iba a volver con su familia porque los necesitaba para sentirse viva.—Me quedaré unos días y volveré a mi hogar en small heath.—Le aclaro.

La ojiazul sabía que el pelinego no era un chico de small heath en lo absoluto y solo necesito verlo para saber que eso era así.

—Sería bueno que te quedes.—Intervino su madre en un tono suave logrando que ella pusiera los ojos en blanco, no quería volver a hablar de eso, mucho menos con visitas delante.—Theo seria buena compañía para ti, Iris. Victoria y Eric tienen una gran amistad, se divertirán mucho todos juntos aquí en casa.

Suspiro.—No dudo de eso, sería más que divertido pero en small heath tengo trabajo.. tengo que volver a hacerme cargo de mis cosas.—Murmuro intentando no perder la paciencia con su madre.

—Lo importante es que disfrutes los días que estés aquí, ¿No crees? Estas aquí para descansar del trabajo y las cosas estresante.—Dijo theo.—Podríamos salir a andar a caballo los cuatro juntos.—Propuso.

—Si, Iris, sería genial.—Intervino la menor de las Di marco con mucha emoción mirando a su hermana, esperando que aceptara.—Los chicos tienen un establo enorme con muchos caballos hermosos.

Le sonrió.—Si, estaría genial.

—¿Quieres ir mañana?—Propuso el ojiverde con una sonrisa, sin sacarle la mirada de encima.

—Me encantaría, Theo.

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La joven de cabellos castaños tenía una gran sonrisa curvando sus labios mientras miraba como Eric ayudaba a Victoria a andar a caballo. Le recordaba tanto al día en el cual thomas le enseñó a ella, quitándole el miedo a los caballos.

—¿Sabes montar?—Pregunto el ojiverde acercándose con dos caballos. Uno completamente negro y el otro era blanco.—Son Lexy y Deisy.—Se las presento con una sonrisa.

—Si, se montar, no te preocupes.—Le aeguró acercándose para poder acariciar el pelaje suave que tenían, le encantaban.—¿Son tuyas?—Pregunto con curiosidad.

Asintió.—Si, regalo de cumpleaños y navidad.. hace ya bastante.—Le contó con una sonrisa.

—Que lindas.

—¿Vamos a dar una vuelta?—Propuso antes de subirse en Deisy, la yegua de color blanco.—A Deisy no le gustan mucho los extraños, pero Lexy adora a todos mientras la mimen mucho.—Le explicó.

—Si, me encantaría.

La ojiazul se subió, lista para cabalgar por el enorme campo que tenía la familia Rogers. Todo era hermoso y cálido.

—Y.. ¿Estas sola?—Pregunto mientras andaban lentamente por la zona, recorriendo el lugar.—No me malinterpretes, pero tu padre siempre dice que le gustaría verte casa, pero que hay un hombre idiota en tu vida que no te deja ser feliz.—Murmuro suavemente con sus mejillas ligeramente sonrojadas por la pregunta.

Ella se río sutilmente.

—No te preocupes.. Estoy soltera desde siempre diría yo, no tienes que hacerle caso a mi padre.—Aclaro con una sonrisa divertida.—Ellos creen muchas tonterías que no son, tranquilo.

Él le sonrió.—Entonces, ¿Tengo una oportunidad?

—¿Oportunidad de qué?

—De cortejarte.

—¿Quieres hacer eso?—Pregunto con sorpresa.

—Si, me encantaría, eres la mujer más hermosa que he visto en toda mi vida, Iris.—Aseguró mirándola.

Ella asintió sin poder borrar la sonrisa que adornaba su rostro en ese preciso momento.

—Entonces creo que si, si tienes una oportunidad para hacerlo, Theo.—Le contesto mientras un color carmesí intenso se adueñaba de sus mejillas.

Thomas la iba a matar si se enteraba de esto, no tenía dudas de eso, pero no le importa mucho tampoco.

—Gracias, me alegra saber esto.

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