CAPÍTULO 27: "NO IRÉ, TOM"

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La ojiazul tenía su mirada pérdida en el vaso de whisky que tenía en su mano. Lo movió ligeramente viendo como el líquido en su interior se movía, mientras que de fondo lograba escuchar la voz de Michael, pero no le estaba prestando la suficiente atención como para entender de lo que le estaba hablando. Sintió como el contrario la quiso tomar de la mano y fue en ese momento que salió de su transe, quitando su mano.

—¿Qué ocurre?—Le pregunto mirándolo. Estaba un poco confundida porque no sabía de que le estaba hablando el contrario. Sabía perfectamente que lo estaba ignorando y que era muy notorio, pero prefirió no decir nada al respecto.

—Eso me pregunto yo, Iris.

Bajo la mirada pensando en alguna excusa coherente.—Lo lamentó, estaba pensando en el trabajo.. mañana tengo muchas cosas para hacer y resolver, es eso.—Mintió dejando el vaso sobre la mesa de madera.—Agradezco la invitación, pero creo que ya debería irme a casa antes que sea mucho más tarde.

Asintió.—Esta bien. Te llevo a casa entonces.

—Gracias, Mike.

El contrario pago la cuenta antes de salir del lugar juntos y así caminar hasta la casa de la contraría. Caminaron en silenció disfrutando de la tranquilidad del lugar. No había sido algo incomodo y la castaña agradecía eso.

—Espero que lo hayas disfrutado, Iris. Ojalá podamos repetirlo en otro momento.—Musitó cuando llegaron a la casa de la ojiazul.—¿Qué dices? ¿Crees que podamos repetirlo?—Pregunto poniéndola en aprietos.

—Si.. si claro, lo vemos en otro momento Michael.—Contesto intentando de esa forma evadir el tema y no comprometerse. No había sido una buena idea aceptar esa salida después de todo.

—Esta bien, descansa Iris.

—Igualmente, Michael.

Le sonrió ligeramente antes de entrar a su casa, cerrando la puerta a sus espaldas pero unos segundos después logro escuchar golpes en la misma otra vez haciéndola retroceder para abrir la puerta mientras se quitaba sus pendientes.

—¿Qué paso micky..

Su pregunta quedo en el aire cuando conecto con la mirada del contrario. No era Michael, era Thomas y no parecía estar muy contento.

—¿A qué crees que estas jugando, Iris Di marco?—Pregunto seriamente haciéndola retroceder antes de cerrar la puerta a sus espaldas sin ningún tipo de delicadeza y asi la llevó hasta poder acorralarla contra la pared más cercana que tenía. Ella lo miro frunciendo el ceño, sabiendo que ahora debería escuchar otro de sus reclamos por salir con alguien.

—¿De qué hablas?

—Sabes muy bien de lo que te estoy hablando, Di marco. No finjas no saber de lo que te hablo.—Murmuro entredientes sin poder ocultar su enojó con ella.—¿Michael? ¿De verdad eres así?

—¿Así cómo, Thomas?

Él quedó en silenció durante unos segundos como si estuviera analizando lo que iba a decir en ese momento para no arrepentirse después, pero el enojo no lo dejaba pensar con claridad y termino diciéndolo.

—Tan promiscua, ¿Qué harás ahora? ¿Iras por John? ¿Eh?—Pregunto seriamente viendo como los ojos azules de ella se cristalizaban con cada palabra que salía de su boca.—¿Crees que eso me lastima, Iris? ¿Qué me genera algo en verdad?

—Vete de mi casa, Thomas.—Pidió manteniendo su voz lo más firme que podía en ese instante. Él no hizo caso a sus palabras, como siempre.—Dije que te vayas, Thomas.—Insistió intentando empujarlo, pero fue en vano. Él la agarro de la muñeca haciéndola soltar sus pendientes, los cuales cayeron al piso haciéndose trizas.

—No quiero verte cerca de Michael, ¿Entiendes? No hagas que yo vaya a explicarle las cosas.. se que no quieres que yo lo haga.—Murmuro presionando ligeramente su agarre en la muñeca de la castaña, quien solo cerró los ojos para pasar el dolor.

—Deja de meterte en mi vida, Thomas. Ya no tienes ningún poder sobre mi, ¿Puedes entender eso de una jodida vez?—Musitó con enojo.—Estoy cansada de hacer mi vida a raíz de lo que tú decides. Se acabo toda esta mierda, ya no quiero jugar a tu juego sucio.

Él le sonrió.—¿Y qué harás? Toda tu vida gira en torno a nosotros, a mi familia.

—Me iré y esta vez de verdad. No sabrás nada de mi, será como que nunca hubiera existido para ti.—Aseguró soltandose de su agarre en el momento que él aflojo un poco el mismo.—Y esta vez no estoy jugando. Estoy cansada de ti.

—Ya lo veremos..

—Vete, Tom.

Él se alejó.—Te espero mañana en la oficina. No faltes o te meterás en problemas, Iris.

—No iré, Tom.

Él no le creía.

—Te veo mañana.

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