CAPITULO 43: AMOR.

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Fue cuestión de segundos para que Thomas acortara la distancia que había entre ellos, adueñandose de los labios de la joven italiana. Iris, siguiendo aquel beso enredó sus dedos entre los suaves cabellos del ojiazul profundizando un poco más aquel beso que tanto había estado esperando desde que lo volvió a ver. La castaña le agradecía al universo porque esa noche tenía la casa para ella sola.

Thomas, la agarró de la cintura acostándola en el sofá con delicadeza antes de comenzar a dejar pequeños besos en su cuello bajando lentamente hasta llegar al pecho de la ojiazul donde tuvo que frenar su camino de besos para desabotonarle la camisa blanca que llevaba esa noche.

—Tommy..—Jadeo viendo la oscuridad en los ojos azules del contrario antes de apoyar su mano en la nuca de él, atrayéndolo hacia ella para volver a besarlo bruscamente.—Te necesito tanto, amor.—Susurro contra sus labios haciéndolo perder la poca cordura que le quedaba.

—¿C-como me llamaste?—Pregunto mirándola fijamente a los ojos. Ella le sonrió a la vez que un rojo intenso se apoderaba de sus mejillas. Podrían haber compartido mil noche juntos, pero jamás lo había llamado de otra forma que no fuese por su nombre o como mucho su apellido.

—A-amor..

Shelby se sonrió al escucharla, tomando nuevamente sus labios. Estaba totalmente perdido con ella, no tenía ningún tipo de escapatoria.

Sin dejar de besarlo, la castaña comenzo a desprenderle los botones de su camisa para acto seguido quitársela, dejándola caer en algún lugar de la sala de estar.

—Alguien esta apresurada—Musito con diversión viendo como la castaña le desprendia el pantalón. Ella levantó la mirada sintiéndose avergonzada por su comentario, ¿Estaba siendo muy atrevida? No lo sabía.—Vamos, sigues en lo tuyo, amor.—Murmuro apoyando su mano sobre la suave y sonrojada mejilla de la joven.

—¿A-amor?—Pregunto.

Él ya la había llamado de esa forma varias veces cuando estaban juntos, pero de alguna forma esta vez se había sentido distinto.

—Si, amor, sigue.—Repitió hundiendo su mano en el cabello de la castaña, tirando ligeramente de el.

—Dios.. Tom..

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La ojiazul suavemente y en silencio iba delineando lineas invisibles sobre el torso desnudo de Thomas mientras este la tenía abrazada por la cintura. Levanto la mirada encontrándose con los intensos ojos azules del blinder.

—Buenos días, Tommy.—Murmuro con una sonrisa pequeña, recibiendo un beso en la frente como respuesta inmediata.

—Buenos días, Preciosa. ¿Como amaneciste?—Consulto acariciando su espalda desnuda. Ella volvió a acostarse en su pecho disfrutando de sus caricias.

—Muy muy bien.

—Me tengo que ir.—Le informo viendo como el sol de la mañana entraba por la ventana del cuarto. Era hora de comenzar su día.—Pero tú puedes quedarte en la cama.

—No.. También debo levantarme.—Musito observando como él comenzaba a vestirse.

—Quiero que vayas a casa esta noche, ¿Puedes? Quiero presentarte a Charlie, aun no lo conoces.—Murmuro mientras terminaba de prenderse la camisa.

—Si, claro..

—Entonces te veo en la noche.

—Así sera.

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