CAPÍTULO 31: "¿DONDE ESTÁS?"

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La castaña se adentró a su nueva habitación sintiéndose totalmente vacía en ese lugar. Miro la cama, pensando en todas las noches que había compartido con Thomas y un escalofrío le recorrió el cuerpo de pies a cabeza. Se dejó caer en la cama respirando profundamente, dándose cuenta que el perfume de Thomas no invadía ese cuarto como lo hacía en el suyo.

Parecía un sueño. No entendía aún de dónde había sacado la valentía para irse sin decirle nada a nadie aun sabiendo que no había sido la mejor decisión y que mucha gente estaría enojada con ella por hacerlo, pero en el fondo sabía que eso era lo que su vida necesitaba para cortar los lazos con Thomas para siempre.

La decisión estaba tomada. No volvería nunca más a caer en sus mentiras y egoísmo.

Suspiró acercándose al teléfono que tenía en el cuarto y con las manos temblorosas marco el número de su hogar, creyendo que sus padres estarían ahí, buscándola..

—¿Hola?—La voz de Victoria llego a sus oídos y su corazón dio un vuelco, porque no estaba acostumbrada a estar tan lejos de casa.—¿Hola?—Repitió esperando una respuesta.

—Hola, Vic..—Murmuro manteniendo su voz lo más firme que pudo aunque sonará temblorosa.—¿Como están? ¿Están todos bien?—Pregunto escuchando los sollozos del otro lado de la línea.

Esto le dolía tanto.

—¿D-donde estas?—Pregunto entre sollozos. La estaba matando escuchar a su hermana de esa forma.—¿Estas bien? Todos están tan preocupados por ti.. dime donde estas e iremos a buscarte con Papá.

Se mordió el labio inferior intentando no dejar caer las lágrimas acumuladas en sus ojos. Suspiró pesadamente mientras intentaba buscar las palabras correctas para ella.

—Estoy bien, ninguno de ustedes debe preocuparse por mí.. todo esta más que bien.—Aseguró aunque no fuera del todo cierto.—Solo quería que supieran eso, para que no siguieran preocupados.

—¿Donde estás, Iris?

—Eso no importa.. solo necesitaba unos días para mí, a solas.—Contesto jugando con sus anillos.—Volveré cuando sienta que es el momento para hacerlo, mientras tanto solo puedo decirte esto.. que estoy bien.

—Iris, vuelve por favor.. no puedes solo desaparecer del mundo.—Insistió creyendo que lograría convencerla de volver a casa.—Él está mal, Iris.. ¿Paso algo entre ustedes?

—¿Quién?

—Thomas.. él se siente diferente..

—¿Diferente cómo?

Suspiró.—No lo se, diferente. Ayer vino a hablar con papá.. estuvieron como tres horas en tu oficina solo hablando, pero papá no quiso contarnos de que hablaron.

—Oh.. bueno, debo irme.. ¿si? Te quiero, dile a papá y a mamá, que estoy bien. Tal vez en unos días vuelva a llamarlos para saber como estan.—Murmuro suavemente.

—También te quiero..

La llamada se corto y las primeras lágrimas cayeron por sus mejillas, sintiéndose débil. Sabía que sería un proceso difícil de atravesar, pero no se daría por vencida.. no podía volver corriendo a sus brazos solo porque él lucía triste o diferente, ese ya no era su jodido problema.

Thomas, ya no era su problema.

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