CAPÍTULO 20: PUNTO FINAL.

1.3K 127 3
                                    

-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-

Iris se encontraba arreglando su cabello en la entrada de su casa mientras se miraba en el espejo que decoraban la pared junto a la puerta de salida. Se sentía bien y por sobretodo, no tenía resaca por lo de anoche.

Sonrió ampliamente al verse en dicho espejo. Le gustaba lo que veía y eso ya era demasiado.

Presentía que sería un buen día.

—Entonces, ¿Quieres ir por un café o tienes mucho trabajo?—Pregunto el ojiverde apoyándose en la pared junto al espejo.

Lo miro.—¿Invitas tú?

—Por supuesto.

—Entonces encantada te acompaño por un café y luego, me dejas en la oficina para trabajar.—Murmuro con una sutil sonrisa. Theo, asintió levemente dirigiéndose a la puerta para abrirla y dejarla pasar primero.—Que caballero. Ya puedes dejar de actuar como uno, ya me caes bien.

—No actuó como uno.—Aseguró frunciendo el ceño por el comentario de la chica.—Realmente lo hago porque me nace.

Iris no le creía demasiado porque era hombre y se había criado entre los hermanos Shelby's.

—Maneja.—Pidió, arrojándole las llaves de su auto. El ojiverde las agarro en el aire antes que golpearan su pecho.—Y puedes quedarte con el auto mientras me vayas a buscar al trabajo.

—Luces muy feliz.—Comento abriéndole la puerta del auto. Ella subió con una sonrisa.

—Me siento feliz.

—Eso es maravilloso. Te sienta muy bien la felicidad.—Murmuro antes de subir en el lado del conductor.—Digo, se te nota radiante y no apagada como estabas ayer.

—Oh.. si, espero terminar el día igual de feliz que ahora.—Confesó mientras se concentraba en mirar el camino.

—Así será.

Sin duda, la ojiazul no tenía idea de lo que le esperaba para ese día. Iba a tener que afrontar muchas cosas para las cuales no estaba preparada.

HORAS MÁS TARDE.

—¿Te vas a casar?

Pregunto con total asombro en su voz, sin contar el enojo que recorría su cuerpo entero. Thomas, levantó su mirada encontrándose con una italiana totalmente furiosa en la entrada de su oficina y aunque en el fondo sabía que esto pasaría, no estaba preparado para enfrentarla.

—Contesta. Thomas.

—Si, me casare con Grace.

La castaña queria matarlo por ser tan sincero e hiriente, parecía que los sentimientos de ella no le importaban para nada. Suspiro mirando el techo, intentando pensar con claridad lo que iba a decirle en ese instante antes de perder la cabeza por completo.

Su cuerpo entero estaba tembloroso y apenas lograba hilar las palabras con claridad. Nunca se había sentido de esa forma, pero el enterarse de aquello había sido demasiado fuerte e inesperado.

¿Así se sentía un corazón roto?

Esto iba más allá de cualquier cosa.

—Eres un idiota.—Escupió.—¿Por esto fuiste a casa anoche? ¿Querías una última noche de sexo antes de casarte, shelby? Me das vergüenza.—Murmuro con fastidió. No podía creerlo, simplemente no podía hacerlo y eso era lo peor.

Se sentía como una pesadilla.

—Cálmate, Iris.

—¿En serio tienes el valor de pedirme que me calme? No lo entiendo, Thomas.. no se que sientes, no se que quieres y ahora te vas a casar.—Musito en un tono bajo, casi inaudible. Estaba rota por completo.

Por algúna razón esta vez la "traición" e indiferencia de Tommy se sentía diferente, dolía más.

—Sientate y hablemos.—Murmuro de forma tranquila. Se levanto de su asiento y se acercó a ella, intentando tocar su mano pero la ojiazul se alejo al instante.

—¿Hablar qué?—Pregunto confusa.—¿No entiendes lo que significa esto, Thomas? Esto es un punto final entre nosotros.

Estaba segura que esto cambiaría radicalmente sus vidas. Era algo demasiado grande, ya no solo era que él estuviera con otras mujeres y luego la buscará a ella, que ya era lo suficientemente doloroso, ahora se iba a casar y eso tenía un peso distinto en su corazón.

—¿Un punto final?

Asintió.—Si, se acabó y esta vez de verdad. Espero seas muy feliz con tu esposa, tommy.

—Iris, espera.—La tomó de la muñeca, frenandola justo delante de la puerta de salida. Ambos se miraron fijamente durante unos segundos, la joven ya no podía aguantar las lágrimas..

—¿Qué quieres? Alguien te espera en casa, Tom.. y no soy yo.

—A ti también te esperan en casa, Iris. No creas que no lo se.

Asintió.—Si, a mi también.

Acepto aquello solo para no quedarse atrás. No quería seguir siendo su perrito faldero de siempre.

—Ve con el niño bueno, pero no será como yo.—Contesto alejándose de ella para volver a su asiento detrás de su escritorio.

La ojiazul se río sutilmente con ironía al escucharlo. Era un hombre tan sorprendente.

—Ella tampoco, Tommy.—Le sonrió nuevamente.—Mucha suerte con volver a sentir lo que sentías conmigo, Cariño.

—Te veo en el casamiento.

Murmuro, mirándola. Clavando un poco más la daga en su corazón.

—Ahí estaré.

WeaknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora