V

5.7K 185 14
                                    

{POV; Violeta}

Después del pase de micros, concretamente después de mi actuación, noté a Chiara muchísimo más distante.
A la hora de la cena ni si quiera se había sentado frente a mí, como solía hacerlo. Y mientras estaba en el sofá tomando el café se había ido al sitio más alejado de mí, teniendo un gran sitio justo a mi lado.
Y, por si fuera poco todo esto, antes de dormir no me dijo su habitual "Good night"...

Estaba acostada en la cama, dando vueltas y pensando en esto mientras, de fondo, escuchaba los ronquidos de Naiara.

Me preguntaba si había hecho algo mal, algo que no le había gustado... O simplemente era yo, que estaba viendo cosas donde no las hay. No sabía que era pero quería que acabara, quería estar con mi Kiki como hace días.

De tanto sobrepensar terminé dormida y 5 horas después la música me despertó.
Aunque hoy nos despertabamos más tarde, pues no teníamos clase "Fitness", había dormido menos y peor que otros días y ahora estaba reventada.

No sé cuanto tardé en levantarme, pero cuando lo hice me encontraba sola en la habitación.

"Ahora sé lo que siente Chiara cada mañana."
Pensé.

Paré un segundo para recapitular. Últimamente pensaba demasiado en ella y no sé como de malo era eso para mí. ¿Acaso estaba obsesionada con ella?

Me puse una de mis gafas favoritas, pues tenía los ojos que parecían pelotas de tenis y no quería que los demás me vieran así. Salí y vi a algunos sentados en la mesa, desayunando, y otros haciéndose el desayuno, entre ellos vi a Chiara.
Discretamente me acerqué a ella y me puse a su lado, para empezar a hacerme unas tostadas mientras intentaba hablar con ella.

-Good morning, baby.- Le dije como lo diría un día normal. -¿Cómo has amanecido?- Le pregunté al ver que no contestaba.

-Normal.

Después de escupir aquellas palabras se giró y se marchó de la cocina, dejándome un mal cuerpo.

Y después, por si fuera poco, cuando fui a sentarme a su lado...

-Estoy llena.

Se levantó, cogió el plato en el que aún quedaba un poco de tostada y se fue.

Y todo el día igual, simplemente me evitaba. Si yo iba a su lado se apartaba. Al final yo parecía una pesada que no la deja en paz, pero no entiendo porque tan de repente es así conmigo.

-¡Violeta! ¡Te estoy hablando!- Denna llamó mi atención. -Estas todo el día igual, ¿En qué cojones piensas?

-¿Porqué me hablas así?

La rubia se quedó pensando.

-Perdón, estoy un poco estresada. Pero en serio, estas muy dispersa, ¿Qué te pasa?

Solo supe suspirar.

Ella pareció preocupada por mí y no dudó en sentarse a mi lado, rodeando mis hombros con su brazo.

-Cuéntamelo, igual te puedo ayudar.

-No creo.

-Si no me lo cuentas nunca lo sabremos.

-Esta bien...- me rendí, tampoco hiba a hacerme de rogar. -Es por Chiara.

-Chiara. Ya sabía yo que esa te había hecho algo. Es tan borde... y se cree especial por saber inglés...

-No hables así de ella. No es su culpa, soy yo.

-Y dime, ¿Qué has hecho tú?- preguntó sin prestarme mucha atención.

-Desde que la conocí quiero estar con ella todo el tiempo que pueda, que no es mucho. Al principio creía que a ella también le gustaba estar conmigo, pero ahora creo que me evita. ¿Crees qué soy pesada?

Denna me miró en completo silencio, segundos después suspiró y se preparó para hablar.

-Creo que has notado que Chiara no me cae muy bien, pero tú eres mi amiga y voy a intentar ayudarte.- se sinceró. -Solo puedo decirte que hables con ella. Tenéis que aclarar las cosas.

-Supongo que lo puedo intentar.

{POV; Chiara}

Estaba cansada, tanto físicamente, por los ensayos y los entrenamientos; como mentalmente, supongo que la razón es clara.

Había estado "ignorando" a Violeta todo el día, algo que me dolía en el alma. ¿Porqué? Simplemente por que soy tonta.

Desde el pase de micros me creé una imagen errónea entre ella y Denna, algo que había distorsionado mi realidad.
Después de unas horas caí en que eso eran celos. Tenía celos de que mi amiga se llevara mejor con su otra amiga.

Ahora habían pasado más de 24 horas desde aquello y no sabía ni como mirarle a la cara.

Justo después de cenar, no me apetecía estar junto a nadie y me fui a la sala de ensayos sola, una sala alejada de las demás y completamente aislada.
Ahí teníamos un piano, instrumento que se tocar desde hace años. Me senté y empecé a pulsar las teclas con mis dedos, dejándome escuchar esa dulce melodía que tanto me relajaba.

No sé cuanto tiempo pasó desde que entré, pero, de repente, unas frías manos que tocaron mi espalda me asustaron.

Me giré escandalizada para encontrarme con la mismísima Violeta.
El ambiente se tornó a algo incómodo, al menos por mi parte, y notaba a Violeta algo nerviosa.

-Te estaba buscando, hace horas que nadie te ve.- dijo con una sonrisa, feliz de verme.

-Estaba aquí.

-¿Sola?

Elevé mis hombros en forma desigual y aparté mi mirada de la suya, rezando por qué se fuera, pero no lo hizo.

-¿Puedo?- preguntó, señalando al sitio a mi lado que había en el banco.

Asentí y ella se sentó junto a mí, demasiado cerca.

-¿Qué quieres tocar?

No le respondí con palabras, simplemente comencé a tocar.
Una melodía fácil y conocida, que sabía cien por cien que ella conocería. Y así fue.

No tocaba nada mal y se complementaba a la perfección conmigo. Hizo que el minuto y medio que duró la obra se me pasara como un simple pestañeo.

Ambas apartamos las manos del piano y suspiramos, entonces ella me miró.

-Tenemos que hablar.

-Tenemos que hablar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"TOGETHER"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora