XXVIII

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{POV; Chiara}

Solo llevábamos dos días de la semana y yo ya estaba agotada. No tanto por lo físico, como hacer ejercicio, los ensayos, levantarme pronto... A eso ya me estaba acostumbrando.

Pero a lo que no me iba a poder acostumbrar era a pasar la mitad del día sin ver a Violeta. Literalmente, estábamos las dos tan ocupadas que solo nos veíamos a la hora de las comidas (desayuno, comida y cena), al dormirnos y al despertarnos al día siguiente.
Y como esto siguiera así toda la semana me iba a dar un parraque.

Por otra parte, voy a ser sincera, la que me ha tocado no es la mejor canción del mundo, pero eso no es lo que no me gusta.
El tema va sobre el amor de una pareja, pero como somos tres, no se quien, ha decidido que lo hagamos sobre un trío. Un trío donde yo soy la única mujer, obviamente, y conociendo muy bien mi sexualidad, puedo decir que no me agrada mucho todos los acercamientos que tengo con ellos.

Y los quiero mucho, Lucas y Alex son mis amigos, pero eso: MIS AMIGOS.
Todos los roces que tenemos no se parecen ni un poquito a todos los que he tenido con Vivi.

{POV; Violeta}

Menuda semana de mierda que llevaba y acababa de empezar. Estaba cansadísima por culpa de entrenar demasiadas horas seguidas, pero al fin y al cabo eso era lo que debía hacer si quería seguir en la academia, pues estaba nominada junto a Denna.

Por otro lado, me molestaba no poder dedicarle todo el tiempo que me gustaría a mi novia, pero sabía que lo entendía, ya que ella también estaba muy ocupada.

Al menos, desde la llamada a Julia estoy mucho más tranquila, sé que había hecho lo correcto porque sino ahora mismo no estaría tan feliz junto a Chiara.

Después de comer vi a Vivi hablando con Naiara y Ruslana, no sé de que, pero hiba a averiguarlo.

-Hola, chicas, ¿Qué tal?

-Emmm...- murmuraron la pelirroja y la pelinegra a la vez, parecían nerviosas. (Ruslana y Naiara).

-Bien, bien, de hecho ellas ya se iban, que se les ha olvidado hacer la cama del cuarto, ¿Verdad?

Ambas se miraron y asistieron para irse casi corriendo hacia la dirección contraria de los cuartos.
Esto olía a quemado.

-¿Les pasa algo? Están como raras, ¿No?

-No, que va, yo las he visto bastante normales. Dentro de lo que cabe, claro, ellas de por sí no es que sean muy normales, ya lo sabes.- habló rápido casi sin vocalizar. -Serán los entrenamientos que nos tienen fritos a todos, ¿A ti no?

Me quedé mirándola algo confundida, recapitulando cada palabra que había dicho y notando el ambiente más raro que he sentido en mi vida.

-Si, yo también estoy muy cansada.- contesté sin más. -Y, oye, ¿Cómo van tus ensayos con estos dos?

-Ufff... Mira, si te contara...

El ambiente cambió drásticamente a uno bastante más normal, al que solíamos tener habitualmente.

-No me digas que te estás volviendo hetero.- dije riendo.

-Ni loca. De hecho, es al revés, cada vez tengo más claro lo mucho que me encantan las mujeres.

Ambas reímos y, por muchas ganas que tuvimos de besarnos, obviamente no pudimos por las cámaras.

El resto de la tarde, como estaba siendo lo normal en esta semana, no nos encontramos en todo el rato. Incluso antes de cenar, después de ducharme, fui directa a la sala de ensayos para hacer una última práctica del vocal por hoy, antes de que cayeran las diez.
Pero tuve un pequeño problemita con una pelirroja y una pelinegra.

-Que no puedes, Violeta, no insistas.

-No solo tú eres la que tiene que ensayar.

Me dijeron Ruslana y Naiara, prohibiendome entrar a cualquiera de las dos salas aisladas, para que no se escuche mi voz fuera y pueda practicar tranquilamente.

-Pero que hay dos habitaciones y vosotras tenéis la canción juntas,¿Porqué no os metéis las dos a una y yo me voy a la otra?

-Ehhhh...

-No, no puede ser.- se adelantó a decir la madrileña. -Siempre que ensayamos juntas ella me molesta, no para de murmurar cosas mientras yo canto.

-Eso no es verdad.

-Si lo es, Naiara, admítelo.

-¿Si? Pues que sepas que siempre que haces las voces de atrás terminas escondiendo la mía, haber si aprendemos lo que es hablar en voz baja.

Las dos discutían de cosas sin sentido, cosas que podrían hablar tranquilamente en una de las salas y dejarme a mí la otra, pero al paso que iba la discusión cada vez me parecía menos posible el ensayar antes de cenar.

-Pero, ¿Qué culpa tendré yo? ¿Porqué no me dejáis ensayar y ya está?

-¡Porqué no!- me hablaron las dos a la vez.

Me fui de allí algo mosqueada con ellas, pensando en lo infantiles que eran las dos, cuando a lo lejos, en la puerta de la terraza, vi como Chiara me llamaba con la mano.

"TOGETHER"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora