XCV

2K 127 4
                                    

{POV; Violeta}

Aquella mañana del jueves, que estaba sola en casa, me dio un gran antojo de desayunar tortitas. Parecía una embarazada.
Pero, para mí desgracia, cuando fui a la cocina vi que no tenía nocilla y, para mí, las tortitas sin nocilla no son verdaderas tortitas.

Me vestí como si fuera a atravesar una alfombra roja, me puse una de mis gafas favoritas y salí en busca de mi nocilla.

No tuve que buscar mucho. Estaba en el supermercado al que siempre voy, en el tercer pasillo, a la derecha, junto a las tabletas de chocolate. En verdad tuve que controlarme para no coger una de chocolate y oreo, pues no había traído dinero para las dos cosas, pero pude resistir.

-Volveré a por ti...- susurré en mitad del pasillo, como si estuviera loca.

En verdad me había afectado esto de estar encerrada en la academia.

Salí del supermercado, feliz, con el bote de nocilla entre las manos, cuando dos chicas me frenan repentinamente.

-Perdón por molestar, en serio, ¿Podemos hacernos una foto?

-Perdón, de verdad, puedes firmarme aquí.

Al principio me quedé en poco desconcertada, pero luego recordé que era Violeta Hódar, de Motril, Granada, la misma chica que ha sobrevivido en la academia casi un mes y medio, la misma que se había ido este lunes en la gala siete.
En resumen, ahora era famosa y tenía que sufrir la vida de famosa.

-Claro, chicas, venid.

Quizás el sufrimiento aparecerá con el tiempo, yo de momento iba a disfrutar.

Me hice unas cuantas fotos con ellas, le firmé un sombrero y a la otra la funda del móvil y aún nos quedamos charlando un poco.

-Igual es un poco bruta la pregunta, pero, ¿Tú y Chiara...?

-Pregunta lo que quieras, sin vergüenza.

-¿Sois novias, verdad?

-A ver, ¿Vosotras que creéis? Claro que lo somos.- contesté, como si fuera lo más obvio del planeta. (Igual lo era)

-Es que sois preciosas, hacéis una pareja perfecta.- habló una de ellas, más emocionada por nuestra relación que por la de ella, si es que tenía.

-Yo lo sabía, lo llevaba diciendo desde la gala de Navidad.

-¿Tan obvias somos?

Ambas se miraron y con una leve sonrisa, asintieron a la vez.

Estuvimos unos minutos más hablando sobre mi injusta expulsión, según ellas y después decidí que ya era hora de volver a casa, se me estaba pasando la hora de desayunar y no había ido a por nocilla para nada.

{POV; Chiara}

Estaba corriendo, ni si quiera sabía de que o hacía donde, pero corría rápidamente sin cansarme.
Corrí tanto que a lo lejos pude ver a Violeta.

Estaba como levitando en el espacio y, aunque corriera hacia ella sin parar, parecía como si nunca me acercara.

Gritaba su nombre hasta que sentí como mi voz desaparecía poco a poco y, cuando parecía que por fin iba a poder acariciar su suave piel, comenzó a cantar.

-¡I want to be free! ¡I want to be free!- cantó con una voz horrorosa, con el volumen a tope.

-¡Chiara! ¡Chiara!- escuché decir a otra voz que no era la de mi novia. -¡Chiara, despierta!

Mis ojos se abrieron, dejándome un primer plano de la cara de Ruslana vista desde arriba.

-Pensaba que estabas muerta, tía.- dijo, tan normal como si me hubiera dado los buenos días.

-Estaba soñando.

Me incorporé lentamente en la cama, sin poder recordar lo que pasó ayer en el cuarto junto a ellas y, lo más importante, habiendo olvidado mi sueño.

-¿Era una pesadilla?- preguntó, sentándose a mi lado, preocupada.

-No, no, tranquila...- negué, con una sonrisa, intentando no alarmarla. -Recuerdo que aparecía Violeta y que era hermosa... Pero ya no me acuerdo de más...

-¿Has tenido un sueño húmedo con Violeta?- preguntó Ruslana y Naiara y Bea, quienes aún seguían en el cuarto, comenzaron a reír.

-¡Claro que no! Yo nunca... ¡No!

-Eso es un si.

-Que no, no tengo ese tipo de sueños.

-Si lo has tenido, uuhhhh...- habló la pelirroja, riendo.

-Vuelve a decirlo y te mando a la mesa de un almohadazo.- amenazé, agarrando la almohada.

-¿Pues sabes qué te digo?- preguntó, levantándose y acercándose lentamente a la puerta. -Le voy a contar a tu novia que has tenido un sueño húmedo con ella.

-¡Ven aquí!

Salté de la cama, empuñando mi arma (la almohada), y corrí como nunca, persiguiéndola por toda la academia hasta atraparla y darle su buen hostiazo, merecidísimo.

"TOGETHER"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora