LXXIX

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{POV; Violeta}

Debo de admitir que, por la mañana, mientras Kiki y yo jugábamos, se me paralizó el cuerpo al ver el cuello de ella. Realmente me asusté.
Por un lado me pregunté si tanta cosa la había hecho yo, ¿Pero si no quién más lo hubiera hecho?

Por otro lado pensé que taparlo con maquillaje o cuello alto sería la mejor pues, aunque nuestros compañeros nos habían demostrado que nos respetaban y nos apoyaban, no queda nada bien que le deje el cuello así después de... De eso.

-Si quieres voy a ayudarte.- propuse, pues en verdad me preocupaba.

-No, gracias, ya me las arreglaré solita.

Reí por qué se notaba que lo decía en modo de broma, pero ella era siempre tan testaruda y tan cabezota. No iba a reñir con ella por esa tontería, porque sabía que al final terminaría haciendo lo que le diera la gana y preferí dejarla ir.

El resto de mi mañana la pasé en la clase de Mamen y después fui a ensayar un rato con Álvaro, hasta la hora de la comida.

Para ser honesta, me puse bastante nerviosa durante la toma de tonos, pues nada me salía como yo quería. Por un momento pensé que en realidad no sabía cantar y que no debería estar aquí, pero ambos (Álvaro y Manu) lo notaron y decidieron dejarlo ahí, que ya ensayaríamos más esta tarde o mañana.

-Oye, Violeta, no te desilusiones, ¿Vale?- me dijo Manu antes de salir del auditorio. -Eres muy buena y tu voz es preciosa, simplemente hoy no tienes el día. Disfruta y no te martirices.

-Muchas gracias.- Le hablé, sonriente y salí de allí con mi compañero.

-Él tiene razón.- confirmó el castaño. -Me encanta tenerte como mi compañera, eres buena y trabajadora, y estoy seguro de que más tarde esto te saldrá de fábula.

Sonreí tímida.

-Muchísimas gracias, en serio.

No estaba acostumbrada a que personas con las que no tenía tanta confianza prestigiaran mi trabajo y, la verdad es que se siente muy bien.

Después de comer, mientras hablaba con Kiki paradas en medio del pasillo, no sé porque pero estábamos ahí, la vi hacer unos gestos y unas expresiones muy raras.

-¿Qué coño haces?- pregunté, viendo como casi se redoblaba la espalda, mirando a no sé que de detrás mía.

Ella rió nerviosamente y me dio un mini abrazo junto a un "Kiss". Aunque pudiéramos besarnos aquí delante si queríamos, aún se nos había quedado la costumbre y siempre, delante de cámaras, lo hacíamos así.

-Me tengo que ir, baby, ¿Luego nos vemos?

-Claro, amorx.- contesté, un poco confundida, pero intentando parecer normal.

Cuando me giré para ver como se iba, no vi a absolutamente nada ni nadie que le haya hecho marcharse, pero no le di importancia.

{POV; Chiara}

Mientras hablaba con mi novia, después de comer, vi a Ruslana asomada en la puerta de la terraza, haciéndome señas para que fuera hacia allí.

-¿Qué coño haces?

No sé que debía estar haciendo, pero Violeta lo vio extraño.
Yo simplemente me excusé y, después de darle un abrazo y un "Kiss", me fui con la otra pelirroja.

Al llegar ahí vi lo que tenía montado en la terraza.
La pequeña mesa con un mantel puesto, vajilla de la buena, el sofá adornado con las luces blancas que usamos para el árbol de Navidad, en el centro de la mesa un jarrón con una amapola...

-¿Crees qué le gustará?- preguntó, nerviosa, mordiendose las uñas.

-No le gustará, le encantará.

Embobada, me paseé por ahí, admirando todos y cada uno de los detalles que Ruslana había preparado para su amada.

-Es perfecto.- pensé en voz alta. -Pero... ¿Por qué una amapola y no una rosa? Normalmente se pone una rosa.

-Ya, bueno... Naiara me dijo hace unos días que esa era su flor favorita, que nadie nunca se la había regalado y que, si alguien algún día se la regalaba... Bueno...

-¿Qué si alguien se la regalaba qué?

-Pues eso, que automáticamente se anamoraría de esa persona.- habló, tímida.

Yo reí por el simple hecho de lo monas que me parecían como pareja. En verdad se las veía tan enamoradas.

Me pregunto como me verían los demás estando yo en ese estado.

"TOGETHER"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora