LXXII

2.6K 135 3
                                    

{POV; Chiara}

Era domingo y mañana teníamos la gala, por lo que hoy nos pasaríamos el día entero ensayando y perfeccionando todo, lo cual me dejaría sin tiempo para pasar con mis amigos. Pero, que más me daba, si con la persona que de verdad quería estar no podía.

Aún no sabía porque Violeta no se acercaba a mí, ni si quiera me hablaba, pero sabía que no era cosa suya como otras veces.

Cada vez que juntábamos nuestras miradas, que al parecer era lo único que podíamos hacer, veía culpa y tristeza en sus ojos. Veía como algo la obligaba a ignorarme, pero aún tenía que descubrir que o quien era ese algo.

Lo primero que pensé fue en Salma, ella tenía todas las papeletas para ser la culpable, pero veía a mi novia tan alejada de ella como de mí, así que no podía ser.

Estos días, mientras estaba en mi tiempo libre, siempre buscaba una zona libre de cámaras para poder llorar a gusto, porque sentía que no podía ni conmigo misma.
Hasta que una noche, en el baño, Naiara me pilló en mi peor momento desde que eso había empezado.

-No quiero que te metas al baño, sola.- habló mientras me abrazaba. -Quiero que, sea por lo que sea o a la hora que sea, me llames y te desahogues conmigo. Sé que no soy Violeta y no estoy intentando remplazarla, solo quiero que sientas que siempre va a haber alguien para ti.

Estos días que he estado más sola he aprovechado para ensayar con Cris lo máximo posible, no lo disfrutaba, pero por lo menos me hacía olvidar mis problemas. Y después de una ducha corta, ya que si pasaba mucho tiempo comenzaba a pensar de más, iba al comedor o a la terraza con la libreta que me regaló mi hermana y la usaba para abrirme.

Desde que Violeta ha estado así conmigo, todo lo que le solía decir a ella lo escribía y allí contaba lo más íntimo de mí, algo que nunca nadie podría leer. A veces eran simples palabras, describiendo mis sentimientos, pero en otras ocasiones me ponía más creativa y componía alguna que otra canción.

No se sentía lo mismo, ni si quiera era algo parecido, pero me estaba ayudando bastante a no volverme loca.

Ese sábado por la noche, cuando solo estábamos Salma y yo en el cuarto, las dos tumbadas y tapadas, con las luces ya apagadas, me llené de valor para hablarle.

-Violeta está muy rara.- dije en voz alta, esperando a que ella dijera algo más.

Hubo un momento de silencio y, cuando pensé que ya se había dormido y que no contestaría, oí su voz.

-A ti tambien te evita, ¿Verdad? Pensaba que me estaba volviendo loca.

Encendí una lamparita y me incorporé en la cama, viendo como ella hacía lo mismo.

-Yo sé porque te ignora a ti.- confesé.

-¿Por qué?

-Desde que dijiste que estabas enamorada de ella...- dije algo tímida, pues aún me costaba aceptarlo. -Me ha dicho que eres más cariñosa y más coqueta y que eso la agobia. Y, como intentó hablar contigo y no funcionó muy bien, a decidido aplicar la ley del hielo.

En verdad, contado así era un poco agresivo. ¿Quién sería capaz de hacerle el vacio a alguien simplemente por ser demasiado cariñoso?

-Gracias por decírmelo, Chiara y bueno... Perdón.- se disculpó, cosa que me sorprendió. No pensaba que a esas alturas fuera a pedir perdón. -Sé que a ti también te ha llegado a incomodar mi comportamiento y lo entiendo, lo he hecho muy mal.

-No te preocupes, te perdono. Se nota que te arrepientes.

-Lo hago, pero entiéndeme tú a mí. Cuando estas enamorada de alguien verdaderamente, haces locuras que nunca harías sin estar bajo los efectos del amor.

Me sorprendía su lógica pues, tenía razón, si, pero trataba al amor como si fuera una especia de droga.

-Yo también sé porque te ignora a ti...- hablé finalmente.

-¿Si? ¿Porqué?

-Es por culpa de Noemí, ella la obliga. No lo entendí muy bien, pero se ve que no le gusta nada vuestra relación y busca distanciaros para que dejéis de amaros, por lo menos dentro de la academia.

-¿Noemí es capaz de eso?- pregunté.

Me contesté yo sola cuando el recuerdo de mi primera vez en su despacho apareció por mi cabeza, recordando aquella cruel e injusta bronca que nos echó.

-Chiara...- me llamó después de unos segundos calladas. -Perdón por todo otra vez y gracias por haber hablado conmigo, creo que si por mi fuera no hubiéramos hablado más en lo que me queda de programa. Osea, un día.

-No digas eso, yo espero que te salven. Gracias a ti he tenido una perspectiva diferente de lo que es el amor y he podido entender que le ocurre a mi novia. Gracias, enserio.

-De nada, Chiara.- habló con una bella sonrisa en su rostro, la cual me trasmitía paz y me decía que todo esto ya había terminado, por lo menos una parte.

"TOGETHER"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora