LXXXV

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{POV; Chiara}

Tras oír la música, como todas las mañanas, abrí mis ojos lentamente, viendo a mi novia, quien ya los tenía abiertos y me miraba.

-¿Cómo estás?- Le pregunté con una voz suave, acercándome más a ella, pues esa mañana hacía algo de frío.

-Mejor.

Nos quedamos en silencio antes de que ella tomara la iniciativa y me diera el primer beso del día.

-No podemos tardar mucho, tenemos clase con Mamen.- dijo mientras se levantaba de la cama.

Vi como ella se vestía, estando algo perdida en mis pensamientos. Desde la nominación nuestra relación se notaba más fría, no distante, sino... No sé, pero no era lo mismo.
Quizás era el miedo de separarnos de la otra pues, quien se quedara no tenía más que unos amigos apoyándola. No teníamos a nuestra otra mitad, por tanto, nadie nos entendía mejor que nosotras.

-Deja de babear y levántate, perezosa.- me dijo con una sonrisa, mientras acababa de ponerse la camiseta.

Simplemente reí. Me aliviaba saber que, por lo menos, su sentido del humor seguía intacto.

Durante el desayuno y la clase no pasó nada interesante. Tampoco en toda la mañana, ni en la comida.
La mañana fue algo "aburrida", por así decirlo, al menos para mí.
Al punto que pensé que el problema era yo.

Seguía perdida, ausente, dispersa... No me integraba en las conversaciones de los demás por estar metida en mis pensamientos, pero tampoco podía gestionar todo lo que había en mi mente.
Así era imposible disfrutar del poco tiempo que nos quedaba juntas.

{POV; Violeta}

Estaba en el sofá, con el móvil, junto a Bea, Lucas y Paul, cuando vi de reojo a una chica pelinegra, medio escondida de nosotros.

Sonreí al ver a mi novia y le hice un gesto con la mano para que se acercara.
La había notado un poco rara todo el día, lo cual era normal, y creí que distraerla un poco estando con los demás sería buena idea.

-Estábamos hablando de los gases.- Le informó Bea, mientras ella se sentaba a mi lado.

-¿Los gases?

-Si, los pedos.

-Decía que a mí me entran ganas de pearme por las mañanas, en todas las clases de Toni.- habló Lucas, haciéndonos reír.

Pero ella solo soltó una leve risa, notablemente forzada.
Eso marcó un objetivo en mi cabeza: Hacerla reír, pero de verdad.

-Eso me recuerda a una niñita que conozco yo...- murmuré, mirándola fijamente para que todos lo notarán.

-No lo dirás por mí, ¿No?

-Hombre, a ver que otra persona se tira tantos pedos mientras duerme conmigo.

La vi soltar una carcajada, pero no era suficiente.

-Eso es mentira.

-Tu flipas, ahora no te hagas la princesita.

Me acerqué un poquito más a ella, siguiendo respetando su espacio, y comencé a pinchar con un dedo sus costados, haciéndole unas pocas de cosquillas.

-Esto es al revés de los cuentos de princesas. Le das el beso de buenas noches y se convierte en un sapo hasta el día siguiente.

-Calla.- habló como pudo, riendo, sin importarle los demás.

Aquello era lo que más me molestaba, que le importa mucho lo que los demás opinaran de ella. Pero he de admitir que, cuando se olvida de todo y solo somos nosotras, cuando es ella misma sin importar el lugar o las demás personas, esos son los momentos que más disfruto estando a su lado.

-Dilo, admítelo, di que es verdad.

-Estate tranquila por que la semana que viene ya no lo tendrás que soportar más.

Paré de hacerle esas mini cosquillas y todos nos quedamos en silencio, mirándonos en completo silencio.

Sabía que no había pensado antes de decirlo, que simplemente se le había ocurrido y no había pensado en lo que aquella frase significaba. La entendía, pero aún así me dolía y a ella también.

Vi como su sonrisa se borraba y sus ojos se critalizaban, a la vez que acercaba su cuerpo poco a poco a mí.

-No digas eso, Chiara.

-No pienses en eso.

Dijeron nuestros amigos para ayudarla.

-¿Quieres un abrazo?

Siempre me gustaba pedir permiso o avisarle antes, solo me pasaba con ella y creo que es por su manera de reaccionar al contacto físico repentino.

Ella asintió levemente, sin mirar a nadie a la cara y terminó rompiendo la distancia entre nosotras. Pasó sus brazos por mi cintura mientras los míos reposaba en sus hombros y apoyó su cabeza en mi pecho, suspirando, posiblemente queriendo olvidar lo que acababa de decir.

"TOGETHER"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora