VIII

5.5K 206 5
                                    

{POV; Violeta}

La música acabó al igual que nuestra actuación y, aunque estuviera cansada, con la respiración entrecortada, no dudé en correr hacia fuera de la habitación en busca de Chiara, sin pedirle permiso a Noemí antes.

Lo primero que hice fue buscarla en el comedor, pero no estaba allí. El siguiente sitio en el que más lógica tenía para mí esconderse eran los baños, nunca había mucha gente y siempre estaban abiertos.

Fui y efectivamente, tenía razón.
Vi a la pelinegra en una esquina, acurrucada sobre ella misma.

-Pero, Kiki...

Ella me miró extrañada, no se esperaba que yo apareciera allí.

-¿Qué haces aquí?- dijo con su fina voz.

-Eso te pregunto yo a ti.

Ella apartó su cara de la mía, algo que me dió un poco de lástima pero no pude evitar sonreír. Era tan bonita cuando hacía ese tipo de cosas, pero odiaba cuando no me contaba lo que le ocurría.

Me senté a su lado y cogí su mano, iba a echarle una pequeña bronca por estar aquí sola, pero su mano estaba congelada como un cubito de hielo.

-Oye, por favor, estás helada... ¿Porqué no te pones una sudadera?

-Lo iba a hacer, pero justo acabas de llegar tú.- explicó.

-¿Y qué haces aquí? Te has perdido toda mi actuación con Denna.- Le dije mientras le ponía mi chaquetilla por encima. No le haría mucho pero era mejor eso que nada.

-Si... Era una urgencia de mujeres.

-¿Sentarse en la esquina del baño pasando frío es "urgencia de mujeres"? Porque yo no he tenido esa urgencia en mi vida, Kiki.

Y de repente, ella rió. Se había reído de mí.

-¿Qué te hace tanta gracia?- pregunté.

-¿Me estás echando la bronca? ¿Ahora eres mi madre?- preguntó con sarcasmo, sin dejar de reír.

-¿Perdona? ¿Me estas llamando vieja?

Yo también comencé a reír.
Las dos reíamos en un ambiente cómodo a pesar del sitio en el que estábamos y el frío que hacía.
Nos reíamos felices hasta que una rubia de estatura media, entró y nos interrumpió.

-Así que aquí estáis, ¿Cómo no lo he pensado antes?- preguntó, hablandose a ella misma.

-Hola, Denna.- dije yo.

-¿Qué haces aquí?- preguntó Chiara.

-¿Cómo que "qué hago aqui"? Os estaba buscando, sobretodo a ti, británica. Llevas casi media hora con tus "urgencias de mujer".

La pelinegra se levantó con la cabeza mirando a suelo, dispuesta a irse. Pero yo me adelanté, me levanté y la cogí del brazo, impidiendo que se marchara.

-¿Porqué le hablas así?

De verdad que no la reconocía, Denna nunca hablaría así de nadie.

-¿Cómo?

-Que no tienes respeto alguno. Puedes decirle las cosas de buena manera, no así.

-¿La defiendes?

-Si, si lo hago, ¿Algún problema?

{POV; Chiara}

Yo seguís callada, había una parte de todo esto que no entendía.
Y es que Violeta me estaba defendiendo, ella misma lo había dicho. Si no me estaba imaginando cosas, me estaba poniendo por encima de su amiga.

-No te reconozco... Defendiéndola a ella sabiendo que yo tengo la razón.

-Mira, Denna, no te hagas la víctima. Siempre te comportas así cuando hablamos de ella, ¿Me vas a decir porqué?

-Porque ella está enamoradísima de ti, ¿Acaso no lo notas? ¿Eres idiota?

Las tres nos quedamos en silencio. No sabía como reaccionar, ni si quiera yo me había dado cuenta de eso.

-¿Y si lo está qué? Que te la sude. No es tu problema.

Violeta acababa de escuchar que estoy enamorada de ella y me seguía defendiendo, seguía mirando por mí.

Pero yo seguía sin hablar, mi cuerpo estaba temblando y sentía mi cara arder.

-Tu también vas a enamorarte de ella, ¿Verdad? Vas a alejarte de tu amiga por tu amor... Una amor que va a durar unos meses como mucho. Eres impresionante, Violeta.

Pareció que Denna ya se había quedado a gusto con todo lo que había soltado, así que cogió, dió media vuelta y se marchó. Nos dejó a la pelirroja y a mi solas y, por lo menos yo, estaba incómoda.

Mis piernas flaqueaban, mi garganta estaba seca, mi labios tiritaban agresivamente... Entonces sentí la mano de Violeta acariciar mi brazo.
Rápido me aparté, dejándola confundida.

-¿Kiki?

-P-perdón...

Sin mirarla corrí hacía las habitaciones, para la hora que era, seguramente los demás ya estaban desayunando. Yo no tenía hambre, no tenía ganas de nada. Me acosté y me tapé. Hasta las cinco no teníamos ninguna otra clase y aprovecharía para descansar.

"TOGETHER"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora