XCII

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{POV; Violeta}

Después de aquel beso, el cual no me esperaba para nada, pero tampoco me molestó en absoluto, tuve que volver a la sala de espera y allí me reuní con Masi.

-Violeta, cariño mío.- me dijo nada más verme, abrazándome. -¿Qué tal?

-No lo sé, la verdad, no sé ahora mismo como me siento.

Ambas nos separamos y me ofreció asiento, a su lado, en el sofá.

-¿No estás triste?

-Para nada.- hablé, segura, sonriendo. -No sé cómo me siento, pero triste no.

-Vaya... Eres la primera expulsada que veo que me dice esto.- dijo, con una clara sorpresa.

-Llevo toda la semana sabiendo que sería yo la expulsada, pero además, prefiero ver a Chiara triunfar, aunque no sea a mi lado.

Admito que me dolió decir esas últimas palabras, pero era la verdad.

La rubia me sonrió y comenzamos a hablar sobre otro tema, según ella, para dejar de pensar en esto. Rato después tuvo que marcharse a anunciar el nómada favorito y, tras casi una hora de esperar, por fin pude tener contacto con mis otros compañeros. El último contacto.

-Saluda a Salma y a Denna de nuestra parte.- me dijo Juanjo mientras me abrazaba.

Después fui con Naiara y Ruslana. Las miré a las dos con una sonrisa antes de que me dieran un abrazo cada una.

-Cuidadla.- les susurré   antes de seguir con la despedida.

Y, por último, tuve que despedirme de la persona más importante para mí ahora mismo. Había sido mi pilón aquí, en la academia, y yo había sido el suyo y, ahora no me creía que eso ya no fuera más así.

Nos unimos en un abrazo especial, uno diferente a los demás, por que lo que sentíamos entre nosotras era diferente y bueno, por que nos lo merecíamos. Después de aguantar esta semana nos merecíamos el cielo.

-No llores y ves a por todas.- le dije, limpiando sus lágrimas, antes de que el coche me recogiera y me llevara de vuelta a mi casa.

{POV; Chiara}

Cuando me dijo aquello, por más que quisiera, no pude decirle que estaba nominada junto a Bea.
Me ponía triste y en parte también me confundía, pues creía que mi actuación no había estado tan mal, pero otra parte de mí se alegraba.
Con suerte sería yo la siguiente expulsada y volvería con Violeta, aunque así no conseguiría mi sueño de ganar OT.

Durante todo el viaje en autobús estuve rara. Estuve en silencio, sin saber muy bien si estar contenta o no. No sabía lo que debería sentir ni cómo afrontar esto sola.

Llegué a la academia y, todas las lágrimas que no me salían en el viaje, comenzaron a salir y salir sin parar una vez entré a mi cuarto. Estaba sola, pues Cris se había cambiado hace días y los cambios se harían mañana, así que podía llorar tanto cuanto quisiera. Y eso es lo que hice durante algunos minutos.

-Chiara... ¿Ya estás dormida?- escuché a alguien susurrarme desde la puerta.

-N-no.- contesté con un tono más triste del que me gustaría.

-¿Estás llorando?

Distinguí dos voces y una, claramente, era la de Ruslana, quien se acercó a mí y me abrazó sin mi permiso.

Violeta siempre preguntaba antes de hacer algo así por que me conocía demasiado bien, y cuando noté su cuerpo junto al mío no pude evitar reaccionar algo agresiva.

-Deja.- Le dije, apartándola.

-Chiara...

-Solo estábamos aquí para que no durmieras sola, a no todos le gusta.- interrumpió la otra chica, quien era Naiara, abrazando por detrás a la menor.

-Quiero dormir sola.

-Quizás...

-Quiero dormir sola, por favor.- repetí, esta vez con un tono más fuerte.

-Está bien, pero que sepas que no puedes estar todo lo que te queda de concurso así. Esa actitud te hará ser la siguiente expulsada.

-¿Y qué pasa si quiero ser la siguiente expulsada?- solté, dándoles la espalda.

-Pues que estarás con Violeta.- contestó Ruslana rápidamente. -Estarás con ella y seréis muy felices, pero ¿Sabes qué le haría a ella feliz? Que ganases o, por lo menos, que lo intentases.

-¿Te crees qué ella quiere verte triste día si día también, a través de una pantalla? No.

-Imagínate que ganas, o que llegas a la final. Ambas estaréis muy felices y después tendréis toda una vida para estar juntas.

En aquel momento no lograba comprender del todo sus palabras o, directamente, no me importaban. Quería a Violeta conmigo, aquí y ahora y sino, no sería feliz.

-¿No vas a contestar?- preguntó Naiara, a lo que yo contesté con más silencio, intentando no romper en llanto ahí mismo, frente a ellas.

-Nos vamos a ir, pero que sepas que por esta tontería no te vamos a dejar sola, nunca. Nos tendrás cuando quieras y para lo que necesites.

El sonido de la puerta cerrándose fue el aviso a mis ojos para que comenzaran a soltar lágrimas descontroladamente, tantas que terminé durmiendo sobre ellas aquella noche.

"TOGETHER"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora