XCIX

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{POV; Violeta}

-¿Mamá? ¿Papá? Ah, si, si, ya estaba despierta, no os preocupéis.

Esas palabras dichas por mi novia fueron las que me despertaron, dejándome verla levantarse repentinamente de la cama, sin absolutamente nada de ropa encima.

Nuestras miradas se juntaron y ambas reímos al vernos, mientras ella seguía con su llamada.

-Yo estoy bien, ¿Y vosotros? ¿Cuándo creéis qué podréis volver?- preguntó mientras se iba vistiendo poco a poco.

Yo también me vestí lo más rápido que pude y salí de mi cuarto, aunque no hacia falta, queria dejarle la intimidad suficiente.

Una vez abajo, le di los buenos días a mis padres y a mi hermana y me dispuse a hacer un desayuno rico para las dos, hasta que unos minutos después, ella bajó.
Sus piernas temblaban, sus manos jugaban con la costura de una de mis camisetas que llevaba puesta y mantenía su cabeza agachada, evitando el contacto visual con nadie.

-¿Amor?- pregunté, preocupada, sin saber muy bien como había pasado de estar tan contenta esta mañana a ahora estar así.

Y, sin perder un segundo, ella se lanzó a mis brazos, apretándolos fuertemente.

-No puede ser... Esto no puede ser... No ahora...- oía como murmuraba sin llegar a ningún lado, liándome y preocupándome cada vez más.

-Eh, eh, tranquilízate y explícame lo que te pasa.- Le dije, llevándola al sofá, pero ella se negó a sentarse.

Si algo había aprendido desde que estoy con ella es que las personas, por lo menos Kiki, muchas veces necesitan su espacio, pero no demasiado, hay que saber cuando actuar y cómo, algo que yo estaba aprendiendo.

-¿Puedes decirme qué te pasa? Por favor.

-¡¿Qué me pasa?! Mis padres, eso me pasa.- gritó, apartándose de mí lo máximo posible. -No acabamos de afrontar un problema y ya nos estamos metiendo en otro, ¡¿Nunca vamos a poder ser una pareja feliz?!

De tantos gritos que no me decían nada ni me llevaban a ninguna conclusión, yo también estaba perdiendo los nervios.

-Por favor, Chiara... -Dije en un tono muy bajo, agarrando una de sus manos y acariciando sus mejillas. -Amor... Tienes que explicármelo bien...

Notaba sus lágrimas caer por sus mejillas hasta parar en mis dedos y verla así me estaba doliendo demasiado.

-Mis padres... Me han llamado... Ellos, e-ellos...

-Vamos, dímelo, tu puedes.

-Saben que estamos saliendo... Alguien de la academia ha contactado con ellos y se lo ha dicho y a ellos no le parece bien... No quieren que me gusten las mujeres, Violeta.

Nada más dijo eso, mi mente solo pensó en él. En aquel chico moreno, de pelo negro y rizado que había estado dos semanas enteras actuando extraño con ella.

-Está bien, amor, está bien.- murmuré, acercándola a mí lentamente y dejando un suave beso en su frente.

-No está bien, no. No quieren ni verme. Han dicho que no quieren tenerme como hija... No quieren que vuelva con ellos...

Su respiración cada vez era más irregular y sus lloros no cesaban, algo que realmente me estaba poniendo triste a mí. Simplemente no podía entender el porqué sus padres habían reaccionado así, pero sabía que si ellos no estaban allí para ella, yo sí estaría.

Tomé sus frías manos y las entrelacé con las mías, notando aquel contraste de frío y calor el cual nos hizo estremecer. Y después, pegué su cuerpo al mió, intentándo dejar en claro sin utilizar las palabras que yo la protegería de todo.

-Escúchame bien lo que te voy a decir, ¿Vale?- Le avisé, intentando ponerme firme. -Tú misma lo has dicho, hemos pasado miles de problemas, dentro y fuera de la academia, pero miranos... Seguimos en pie y cada día más felices al tener a la otra a nuestro lado, ¿Y sabes porqué?

-¿P-porqué?

-Porque hemos sabido hablar las cosas y arreglar todo lo que haga falta, aunque nos haya dolido. Y cuando no, aún así, hemos estado juntas pasase lo que pasase. Y eso no va a cambiar ahora.

-Vivi...

-Espera.

Quería decirlo todo antes de que me interrumpiera y saliese con alguna de las suyas.

-Por supuesto que seguiremos teniendo problemas, es lo normal, pero ¿Sabes qué haremos? Cogeremos nuestras manos tal y como están ahora y miraremos hacia adelante, nunca hacia detrás, y así lo lograremos vencer todo y a todos.

-Lo de mis padres... ¿T-también lograremos vencer eso?

-Lo haremos y si no, no importa, porque seguiremos estando juntas.

-¿Siempre juntas?

-Siempre.

FIN

"TOGETHER"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora