Capitulo 10

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Bua solo quedaba un día para que viniese Aymen a pedirme la mano, estaba tan nerviosa y tan ocupada que no sabía que hacer con tanto estrés.

- Tía callate ya de una vez. Va a salir todo bien y punto. Venga anda.- me dijó Sabrina, estábamos en el supermercado por que mi madre nos había dado una lista más grande que yo que sé de comida.

- Vale... emm tu vas a por el helado, la harina, las servilletas y los pasteles y yo hoy a por los zumos, el pollo, el cus cus y el azúcar, vale? .- dije al ver que apuntaba todo en las notas del móvil.

- Sisi, perfecto. Y nos encontramos en la caja.

- Ajam.

Cogí todo, menos el cus cus que estaba lo más arriba de la estantería y no podía cojerlo.

- Te ayudo?.- me preguntó un chico rubio, alto y con los ojos azules.

- No, no hace falta.

- Si que hace, espera que te ayudo. - dijó cogiendo el cus cus.

- Gracias. - dijé cortante

- De nada, me llamo David por cierto.

- A... bueno, me tengo que ir. Gracias.

- Adiós.

Este chaval, como si me interesara su nombre. Fui a la caja con Sabrina, que me miró raro.

- Va todo bien?

- Sisi, es que por la cara viene un chaval y me ayuda cuando le he dicho que no hace falta y me dice su nombre como si me importará.

- Que borde eres, eh. Que el chaval solo quería ser majo.

- Pues que se vaya a pescar él y su majería que yo ya estoy ocupada por uno.

- Madre mía.- Dijó rodando los ojos.

Llegamos a mi casa, le dimos todo y Ordenamos un poco la casa. Al terminar recogimos la casa de Sabrína y nos vestimos para salir. Yo me puse un conjunto de invierno ya que ya empezaba a hacer frío y una trenza, me maquille un poco y me heche colonia.

Sabrina iba guapisima, se puso un vestido de invierno, una coleta alta, unas botas negras y un bolso del mismo color.

- Nos vamos?.- me preguntó.

- Sisi, vamos.

Nos fuimos a un Starbucks, yo me pedí un café con leche y ella un Capuccino. Empezamos a contarnos la vida ya que llevábamos ya una semana sin hablarnos como antes por la culpa de los exámenes y los estudios.

- Bua, tengo un examen pasado mañana.- me dijó.

- Por dos, a veces me dan ganas de morirme.- dijé al recordar los dos exámenes.

- Buff, odio estar en segundo de bachillerato.

- Callate y di alhamdulilah que solo nos queda un año.

- Alhamdulilah.

- Oye... Se que es una idea muy rara, pero me gustaría tener una pastelería.

- Que?.- dejó de beber su Capuccino para mirarme.

- Sí, tipo... no sé. Tener una pastelería, decorarla a tu gusto y cocinar con tu familia unos pasteles, ganas dinero y bueno... a mi siempre me ha gustado cocinar así que gano dinero por hacer lo que me gusta.

- Bueno... haber no es tan mala idea.

- Sisi y abrir desde las 9:00 a.m hasta las 20:00 p.m

- Esta bien, la verdad.

Nos terminamos los cafés mientras nos contábamos cosas y nos fuimos a casa. Cada una a la suya.

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