Capitulo 11

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9:30 a.m
Me desperté sin ganas. Solo quería dormir un rato más... Pero al recordar que hoy es el día. Me desperté de tirón, como si me iba a morir si no me levantaba de la cama astagfirulah.

Me fui al baño hice wodo y recé, me quedé unos 20 min recitando el coran hasta que mi madre llamó a mi puerta.

- Amira, hbiba. Has visto los pelos que tienes ahora mismo.- se rio de mí.-. Tira, anda. Vete a ducharte y peina esos pelos.

Me mire al espejo, es cierto que ahora mismo mis pelos parecían los de Aisha Kandisha.

Me duche y me hice una trenza. Buff a saber cuando me pondré el hijab, me gusta mucho como me queda pero... no sé siento que todavía no estoy preparada.

Salí del baño y me dirigí al salón donde se encontraba mi madre con una Abaya muy bonita azul clarito, con su hijab blanco y unas sandalias blancas. Que guapa mi madre masha'allah todo lo que se pone le queda genial. Mi padre simplemente iba en un traje negro y blanco. Muy elegante él JAJAJA.

- Que guapos que vaís, por favor.

- Jajaja, anda ves a vestirte elegante.- me dijó mi madre 

- La verdad... es que iba a ir así.- dije mirándome de arriba a abajo. Llevaba un jersey beis y unos vaqueros azules.
 
- Así?.- me preguntó mi padre.

- Sí... no voy tan mal

- Hija mía... no es que vayas mal, es que... bueno tienes que ir elegante, por que no te pones el vestido azul que te compre o una abaya... no sé.- dijo mi madre mientras miraba mi outfit.

- Vaalee, me pongo otra cosa.

- Gracias, cariño.

Al final opte por un vestido rosa que me compro mi tía de Holanda y me queda como un guante. Es precioso el vestido, es largo y lleva unas dos tiras en los lados que se juntan atrás con un nudo. Parezco una princesa de Disney con eso puesto.

- Estas preciosa, como una princesa.- dijó mi padre entrando en la habitación, mientras yo me veía en el espejo de cuerpo entero que tengo en la habitación.

- Gracias, papá.

- Sabes, ha pasado el tiempo volando. Hace unos años te veía jugando con las barbies con tu hermana Wiam. Luego... cuando ella se fue con Sara a Marbella, es cierto que estabas más apagada, pero te centraste en ti misma y pasaste de sacar malas notas a sacar dieces tbark'allah, y no te niego que aún que no te lo diga mucho, estoy muy orgulloso de ti. - empecé a notar como mis ojos se llenaban de lágrimas que me limpie con la mano.-. Después nació tu hermano Amin que aún que siempre os intentáis evitar os queréis mucho y yo lo sé. Empezaste a escabullirte yendo a la casa de Sabrina, encerrandote en tu habitación estudiando, ayudando a tu madre solo cuando él estaba en clases de fútbol. Y eso para que, hija? Para que no se encariñe, como tú lo hiciste con Wiam o como? Nunca he entendido ese tema.

- Yo con Amin no tengo ningún problema, Papa.

- Entonces?

- No sé, es como que él y yo somos muy diferentes, cada uno está centrado en lo suyo y por eso no nos hablamos. Él... no sé, creo que no me quiere como hermana. Siento... no sé cómo que me odia o algo así.

- Amin no te odia, él te quiere mucho, pero tú le intentas evitar y él se centro en lo suyo al ver que tú no le haces ni caso. Intenta hablar con él, cielo. Ten por lo menos una conversación con él.

- Venga, vale. Donde está?

- En su habitación, preparándose.

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