Capitulo 34

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Hoy iba a venir Rayan a pedirle la mano a Sabrina, así que deje que Wiam se encargará de la tienda hoy, ya que ella quería estar por lo menos 1 día en la tienda y me puse a ayudar a Rachida con la comida y limpieza por que me apetecía ayudar y además Sabrina estaba en el instituto así que no había nadie que la ayudase, solo la pequeña Noor que nos quiso ayudar cocinando.

Cuando terminamos hice mi famoso bizcocho de nuez, que está riquísimo.

Estuve un rato hablando con Rachida cuando terminamos de limpiar y mientras que se calentaba el bizcocho. Me contó anécdotas de Aymen y Sabrína cuando eran pequeños y con tan solo de pensarlo me moría de la ternura.

- Quedan 2 semanas para tu boda.- me recordó Rachida.-. Estas preparada?

- Estoy muy nerviosa.-. La confesé.-. Me da mucho miedo que algo salga mal y todo se estropee.

- Tu tranquila, que eso no va a pasar. Tú relájate y piensa en que todo saldrá bien y en que después de la boda tendrás una luna de miel perfecta, en la que viajaras a todos sitios insha'allah. Y... aún que no lo quieras aceptar, te quiero dar un poco de dinero para que puedas viajar tranquilamente sin preocuparte del dinero.

- No hace falta, ya hemos ahorrado Aymen y yo y por ahora en total tenemos 21.500 y más lo que estoy trabajando en la tienda de mi tía serian 22.000 y bueno Aymen ahora también está trabajando así que bueno... supongo que ganaremos el dinero suficiente como para viajar tranquilos.

- Ya... pero quiero dártelo como un regalo por vuestra boda.

- No hace falta, en serio.

- Pero te lo quiero dar. Por favor.

- Insisto, vuestra familia ya ha pagado bastante.

- Y yo insisto más, en que la familia del hombre tiene que pagar todo, por lo menos. Sólo que tú eres un poquito cabezota y quieres pagarlo, pero ten por claro que nosotros tenemos dinero y lo podemos pagar todo.

- Venga, vale. Pero tiene que ser poco.

- Ocho mil euros.

- Nonono, bajale un poco.

- Em... siete mil.

- Más bajo.

- Seis mil y es la última oferta, sino subo a 10.000.

- Ahh, no os rendís vuestra familia, verdad?

- Exacto.

Me hizo un bizom y seguimos charlando sobre los viajes y lo bien que se sentía ser madre y bueno no se como llegamos hasta el tema de que podría tener una niña.

Cuando se calentó el bizcocho, lo demás en el horno, con el horno apagado. Y, empezamos a hacer mini pizzas. Amasé  unas 6 o 7 minipizzas mientras Rachida hacía el relleno de las mini pizzas y justo entra Aymen por la puerta.

- Mmm, por qué huele tan bien?

- Por que tu maravillosa esposa ha cocinado unas mini pizzas y un bizcocho de nuez que seguramente este para chuparse los dedos. - Le contesto Rachida.

- Haber que no lo he hecho todo yo, la mayoría de cosas las ha hecho tú madre.

- Ala, ala. Tu mujer sabe mentir eh. Que no te engañe todo lo ha hecho ella.

- Masha'allah tbark'Allah, que mujer tan buena que me ha dado Allah. Bueno me tengo que ir a duchar ahora vuelvo.

De mientras que se fue, le cogí forma a la masa y le empezamos a poner el relleno encima. Tardamos unos 20 minutos para que esté todo perfecto y limpia la cocina, metimos las minipizzas en el horno y nos quedamos esperando.

- Tengo que ir a la casa de tu madre a por unos ingredientes para cuando ya esté terminada las minipizzas, todavía le quedan unos 3 mins revísalo entre que voy y vuelvo, vale?

- Vale.

De repente me llamó Sabrina y me dijo que entrará a su habitación, para hacerles una foto a unos documentos que le tenía que enviar para un trabajo de clase, que me costó un poco encontrar por que no sabía donde estaba. Hasta que escuchó la voz de Aymen.

- ¡¡ Amira, por que huele a quemado?!.- dijó él entrando a la cocina.

Entre corriendo a la cocina y fui tan tonta que se me olvidó ponerme los guantes antes de meter la mano en el horno caliente y quemarme.

- Ay.- gemí del dolor.

Aymen salió corriendo hacía donde mí asustado.

- Cariño, eres tonta. Estás bien? Como se te ocurre meter la mano ahí dentro, sin guantes.

Aymen fue a por unas vendas y a por hielo, y primero me puso hielo en la zona afectada y me vendo la mano.

- Ay, perdón es que estaba apresurada. Madre mía, no sirvo para nada.

- No digas eso, no ha pasado nada. Un error lo puede tener cualquiera. Además si te digo para que sirves cariño mio te juro que no termino.

- Bueno...

- Ven, dame un abrazo.

El contacto entre su piel y la mía hizo que me tranquilizara y de algún modo sentir que estaba en mi lugar seguro, sentirme bien.

- Bueno, tampoco están tan quemadas. Tu tranquila que si no se las come nadie, me las como yo.- Dijó sacando las mini pizzas del horno.

- Tu madre se va a cabrear.- dijé bajando la mirada.

Me levantó el mentón, mirándome con una sonrisa.

- Como se va a enfadar mi madre contigo, si te quiere más a ti que a Sabrina y a mi juntos.

De pronto entro Rachida a la cocina.

- Amira, que tal han salido las minipizzas? Seguramente genial con esas manitas tbark'Allah parece que haces magia en la cocina.- Me miro con una sonrisa a la que yo solo pude contestar bajando la mirada.

- Bueno... un poquito quemadas, pero perfectas por que las ha hecho mi mujer. Y, si no les gusta tranquilas que me las como yo, por eso no os preocupeis.

Rachida, miró las minipizzas y de repente se metió una a la boca, la comenzó a saborear y cuando terminó de tragarse la minipizza, me miró con una sonrisa.

- Si es que, aun "quemadas" saben de maravilla. Están perfectas, al toque.

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