Capítulo 36: Entrando al baño para encontrarlo

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En el auto, Pequeño Tesoro estaba mirando el celular con una expresión seria.

Samuel se soltó el cinturón de seguridad.

—Entraré a buscarlo, espérame aquí.

El bollo inmediatamente tiró de la manga de su padre, indicando que él también quería ir.

El ojimorado miró a su hijo.

—Si por casualidad está borracho, ¿te cargo a ti o lo cargo a él?

El niño hinchó sus mejillas, expresando su desacuerdo. No necesitaba que nadie lo cargara.

La expresión del mayor se oscureció

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La expresión del mayor se oscureció.

—Qué lástima, después de lo que pasó la última vez, mi confianza en ti ha tocado fondo. No creo que puedas cuidar de ti mismo. Si vuelve a suceder, ni siquiera yo podría soportar las consecuencias. ¿Entiendes?

Pequeño Tesoro inclinó la cabeza, luciendo abatido.

Al darse cuenta de que había sido demasiado duro en sus palabras, le revolvió el pelo a su hijo.

—Volveré pronto.

—Señor Sebastián, conduce el coche hasta el aparcamiento subterráneo.

—Sí, jóven maestro.

Bajo las miradas de la multitud parada en la entrada del hotel, se abrió la puerta de un coche y salió un hombre.

Llevaba un traje de color gris acero y su cuerpo era como el de una estatua de jade, exudando un aura dominante increíble.

—Ah, es Sa... ¡Samuel de Luque ahhh! Justo ahora nos preguntábamos qué dios de la fortuna iba a ser, ¡quién sabía que era realmente el dios y rey de la Fortuna! Digo, además del dios, ¿quién más puede conducir tal Coche lujoso? Comparado con él, ¡la familia Rogel es prácticamente nada!

—Dioses míos, atrápenme. Estoy tan en shock, estoy a punto de desmayarme... Sólo lo vi una vez en una revista, ¡quién iba a saber que al venir aquí, lo vería en vivo! Realmente quiero obtener una firma. ¡¡¡Firma mis bragas!!!

—Esos actores famosos y guapos sólo pueden arrodillarse ante nuestro jóven maestro. Si alguna vez entrara en el círculo del entretenimiento, ¡No sobrevivirían!

—Sigue soñando, simplemente encontrarlo así desde lejos ya vale toda la suerte de una persona, ¿Ahora incluso quieres que ingrese al círculo del entretenimiento para poder admirarlo todos los días?

Incluso después de que esa persona entró al hotel, la multitud que estaba afuera de la entrada todavía no se había dispersado y seguían chismorreando como antes.

—El gran jefe de Luque nunca ha ido a ningún lado sin previo aviso. Me pregunto por qué vino solo al hotel tan tarde en la noche. ¿Para qué vino aquí?"

—Quién sabe, no es que haya venido aquí a buscar un omega.

—Qué lástima. ¡Es un alfa tan excepcional pero no se acerca a los omegas! ¿Por qué crees que no le gusten?

—¡Le gustan los alfas!

—Eso es una tontería, si le gustaran los alfas, ¿de dónde vino su hijo? Creo que el jóven maestro es una persona sentimental y todavía está obsesionado con el omega madre de su hijo. ¡Debe haberlo amado tan profundamente que permaneció solo todos estos años!

Cuando llegó al último piso del hotel, se dio cuenta de que el elenco y el equipo ya se habían ido. La multitud que había afuera debía haber sido el último grupo de personas que quedaba ahí, pero todavía no veía a Rubius.

Continuó por el pasillo tratando de encontrarlo mientras llamaba al número del ojiverde una vez más.

Él todavía no contestaba el teléfono.

Al pasar por un baño, de repente dejó de caminar. Desde el baño, podía escuchar el débil sonido de una llamada.

Se quedó allí, escuchó por un momento y se dio cuenta de que el sonido provenía del baño de omegas.

Samuel colgó y el sonido en el baño también se cortó.

Después de encontrar finalmente a la persona que estaba buscando, dejó escapar un suspiro de alivio antes de arrugar las cejas.

No tenía más remedio que entrar al baño de omegas para encontrarlo.

Su teléfono celular había sonado tan fuerte pero él no había reaccionado. Parecía que debía estar bastante borracho.

—¿Rubén?

Probó llamando, pero no hubo respuesta.

Se paró entre el baño de alfas y el de omegas pellizcando la piel entre sus cejas. Su expresión era la misma como si estuviera tomando una decisión sobre un negocio de 10.000 millones de euros.

Unos segundos más tarde, sus largas piernas se movieron hacia adelante mientras se dirigía al baño de omegas.

Unos segundos más tarde, sus largas piernas se movieron hacia adelante mientras se dirigía al baño de omegas

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