Rubius regresa sediento de venganza contra su hermano, quien le arrebató todo: sus padres, su novio, sus sueños y su vida. Pero la revancha se complica cuando debe esquivar cada malévolo plan de su hermano. En un giro inesperado, al caer en una de s...
Desde que tomó su motocicleta, Rubius había usado una camisa de cuero negra ceñida y pantalones de cuero. Después de correr, se quitó el casco y los guantes, y su cabello cayó sobre sus hombros como una cascada. Se veía tan elegante y apuesto, era simplemente demasiado hermoso.
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Al ver su apariencia, Luzu casi no pudo evitar silbar.
—Titi, ¿realmente pensaste que no me atrevería a tocarte?—En un rincón de la sala de estar, Samuel había atrapado a su hijo, que no tenía otro lugar adonde correr. En sus brazos, el pequeño luchaba por escapar, como una pequeña bestia enloquecida mostrando sus pequeñas garras.
—¡No!— El ojiverde se apresuró a arrebatarle a Pequeño Tesoro.
El niño levantó su cabecita para ver quién era y se congeló por un segundo antes de que sus grandes ojos se pusieran rojos y se sumergiera más profundamente en el abrazo de Rubius, aferrándose con fuerza y negándose a soltarlo.
Al ver el lindo y suave bollo de ayer temblando con tanto miedo en sus ojos, el corazón del rubio se retorció dolorosamente.
Tan enojado que ya no le importaba que la otra parte fuera un gran jefe temible, le lanzó las siguientes palabras.
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—Señor de Luque, sé que soy un extraño y no me corresponde decir nada, pero realmente necesito decirle algo. La forma en que lo cría está muy, muy mal. Los niños tan pequeños necesitan calidez y amor, especialmente porque la condición de Pequeño Tesoro es especial. Ha tenido un trauma enorme y no tiene un padre o madre omega a su lado, deberías ser más paciente y tolerante con él. ¿Cómo puedes ser tan feroz? ¿No ves lo asustado que está? ¿Y sin embargo te atreves a levantarle la mano?
Samuel:
—Me equivoqué.
Luzu:
—... Jeje.
Al escuchar a su propio hermano mayor admitir tan claramente sus errores, el castaño sólo pudo reírse para sí mismo.
Cuando te dije que hay algo malo en la forma de criar al niño, me reprendiste de inmediato. Y, sin embargo, cuando Rubius te dice exactamente lo mismo, ¡escuchas obedientemente y lo aceptas!
Después de la llegada del rubio, Pequeño Tesoro era como un cachorro que había visto a su dueño y escuchaba obedientemente cada palabra, completamente diferente al pequeño león salvaje y feroz de antes. Permitió que Rubius le tomara la mano y lo llevara de regreso a su habitación.
En el sofá, el ojiverde acarició ligeramente la cabeza del niño.
—¿Qué pasó? ¿No estaba todo bien en la mañana?
Luzu suspiró.
—¿Cuál más podría ser el problema? Pequeño Tesoro te extrañaba y quería verte, pero mi hermano no lo permitió. No le dejó llamarte porque tenía miedo de que te estuviéramos molestando. Al final, comenzó a hacer un berrinche y a correr por todos lados, y explotó la sala de estar. Mi hermano no quería que los berrinches del niño se convirtieran en un hábito, así que los dos se pelearon. Y ahí fue cuando llegaste aquí…
—¿Todo eso fue solo porque no pudo verme y no pudo llamarme?—A Rubius la explicación le resultó un poco difícil de creer. Aunque Samuel había dicho antes que el bollo ahora dependía de él,¿realmente tuvo tanto impacto en el pequeño?
—¿Qué piensas? ¡Realmente subestimas tu influencia!" Al ver que el contrario todavía no entendía, explicó:
—Ese día en el almacén del bar cuando te desmayaste, Titi no dejó que nadie se acercara a ti. ¡Al final, mi hermano tuvo que llevarte personalmente en sus brazos al hospital!
Por reflejo, Rubius miró al pelinegro.
—¿Samuel me llevó en sus brazos al hospital...?
—Y luego, en el hospital, Pequeño Tesoro vio que no estabas allí y pensó que habías muerto. Se enfureció y casi saltó por la ventana. Sólo se calmó después de que mi hermano le dio la nota que le habías escrito. También anoche, quería verte, así que se mató de hambre para amenazar a mi hermano. En cuanto a hoy, como llamaste y le dijiste que comiera, comió demasiado, así que no pudo usar el hambre como amenaza, así que se le ocurrió esto...
¿Comió demasiado? Anteriormente, él le había dicho que comiera un poco más durante la llamada telefónica, entonces, ¿fue culpa suya?
