Rubius regresa sediento de venganza contra su hermano, quien le arrebató todo: sus padres, su novio, sus sueños y su vida. Pero la revancha se complica cuando debe esquivar cada malévolo plan de su hermano. En un giro inesperado, al caer en una de s...
Madame de Luque observó a la pareja de padre e hijo, ambos rígidos como madera. Realmente le rompió el corazón.
—Samuel, ¿escuchaste lo que dije? ¿Y qué está pasando con Pequeño Tesoro? No ha comido un grano de arroz en toda la noche. ¡Mi precioso bebé solo está mirando el celular!
El pelinegro todavía estaba masticando las costillas agridulces, así que no le contestó.
—¡Pequeño Tesoro está esperando la llamada telefónica del tito bonito!
Madame de Luque estaba confundida,
—¿Cuál tito bonito?
Luzu agitó la mano.
—¡Ay! papá, mamá, no tienen que preocuparse. ¡Mi hermano ya encontró a alguien que le gusta!
La señora estaba sorprendida pero aún incrédula.
—¿Estás diciendo la verdad? ¡Luzu, no nos mientas!
La expresión del padre era seria mientras dejaba sus tenedores en el plato para observar a su hijo menor.
—¿Por qué mentiría? ¡Es la verdad! ¡Si no me crees, puedes preguntarle a mi hermano mayor!— Dijo mientras miraba al pelinegro.
—Samuel ¿es cierto eso?—Preguntó el Maestro de Luque con brusquedad.
—¿Por qué no dices algo?—Instó la madre.
Samuel:
—Sí.
Madame de Luque sintió que iba a morir de impaciencia; como si hubiera esperado medio día para escuchar solo un "Sí". Su estómago estaba lleno de ira.
—Mocoso engreído, ¿por qué no puedes decir más de una palabra? ¡Hablar contigo es una pérdida de tiempo!
Samuel dijo:
—¿Ah sí?
Genial, entonces podía decir más de una palabra.
Madame de Luque todavía no se tranquilizó y preguntó con sospecha:
—Samuel, la persona que te gusta... ¿es alguien que te está ayudando a encubrir tu... Ya sabes... Impotencia?
La cara de Samuel se puso oscura, sus dientes casi rechinaron y le contestó de mala manera:
—No.
Luzu se rió tanto que casi se cae de la silla.
—Por supuesto que no mamá. Nadie está encubriendo nada, él es un omega y muy hermoso por cierto. ¡A nuestro Pequeño Tesoro le gusta tanto que incluso está esperando su llamada!
Cuando Madame de Luque escuchó esto, quedó extasiada.
—¡Los dioses nos han bendecido, los dioses nos han bendecido! Samuel, ¿De qué familia es? ¿Cuántos años tiene? ¿De dónde viene? ¿Qué hace? ¿Qué tan grande es su casa? ¿Por qué no lo dijiste antes? Nosotros...
Luzu la interrumpió apresuradamente.
—¡Mamá, cálmate! Aún no ha pasado nada entre ellos. ¡No te lo dijimos porque teníamos miedo de que intervinieras y arruinaras todo!
Si descubrieran quién era Rubius, su reputación poco admirable y el hecho de que actualmente trabajaba en la industria del entretenimiento, sus planes seguramente se estropearían.
En ese momento, el Maestro de Luque dijo:
—Dado que a Samuel le gusta, entonces debe ser una persona decente. No te preocupes tanto.
—¿Qué no me preocupe? ¿Tú no estás preocupado? ¿Quién es el que se preocupa tanto que no puede dormir por las noches y tiene que salir al porche a fumar?— Madame de Luque expuso sin piedad a su propio marido.
Pero después de decirle todo lo que le tenía que decir a su esposo, se relajó.
—El estándar de Samuel es tan alto que el omega que le gusta debe ser bastante bueno. ¡Incluso a Pequeño Tesoro le gusta!
Después de que todos se calmaron, el celular que Pequeño Tesoro había estado sosteniendo toda la noche sonó de repente.
Este era el teléfono personal de Samuel, por lo que no mucha gente sabía el número.
Luzu corrió a ver que decía la pantalla. Y definitivamente era el número de Rubius.
—¿Ese chico es el que está llamando?—Preguntó la señora de Luque con entusiasmo, corriendo como si fuera a encontrarse con su nuero.
Luzu asintió con la cabeza y luego ayudó a Pequeño Tesoro a contestar el teléfono.
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El bollo no sabía utilizar los teléfonos móviles. Samuel le había comprado uno antes, pero no le gustaba usarlo y quién sabe a dónde fue a parar.
Al mismo tiempo, toda la mesa de personas estaba completamente concentrada en el dispositivo.
Luzu fue el más descarado, acercándose bastante al niño para escuchar a escondidas.
