Rubius regresa sediento de venganza contra su hermano, quien le arrebató todo: sus padres, su novio, sus sueños y su vida. Pero la revancha se complica cuando debe esquivar cada malévolo plan de su hermano. En un giro inesperado, al caer en una de s...
—¡Que se jodan! ¿Quiénes se creen que son?— De repente, Rubius lanzó un violento puñetazo dejando un hoyo en la pared. Si Samuel no hubiera reaccionado lo suficientemente rápido, basándose en la fuerza de ese golpe, habría terminado con la mandíbula rota o peor.
—Deberías cuidar más tu vocabulario—Samuel frunció el ceño.
Aunque también era muy lindo cuando decía malas palabras.
El ojiverde estaba increíblemente borracho, pero todavía le quedaba algo de conciencia.
Sintió que la persona que lo abrazaba no quería hacerle daño y era increíblemente gentil, por lo que poco a poco bajó la guardia.
Permaneció en su regazo y ya no luchó por escapar, solo continuó hablando en su estupor de borrachera.
—Es solo porque sienten que estoy debajo de ellos … De lo contrario … con esta cara … podría encontrar un … un muslo grande para apoyarme … Creen que pueden reprimirme … Buscaré uno ahora… ahora mismo…
(En chino un muslo grueso para apoyarse significa un respaldo con mucha influencia. En pocas palabras: un sugar daddy)
Al escuchar esto, Samuel arqueó las cejas, luego tomó bruscamente las manos del menor y las colocó entre sus muslos.
—El que tiene los muslos más gruesos de la capital está justo aquí. ¿Aún quieres ir a buscar uno?
Rubius apretó aleatoriamente los músculos de su pierna y palpó a su alrededor antes de exclamar en voz alta:
—¡No es nada grueso! ¡No es grueso en absoluto!.
Samuel:
—...
Realmente le dijeron que "no era lo suficientemente grande".
No había manera de que ningún hombre aceptara esto.
Lo peor fue que la mano delgada había tocado un lugar que no debería haber sido tocado, e incluso le había dado unas palmaditas allí.
—Hmm, ¿qué es esto... tan molesto... me golpeó la mano...
Su tono estaba lleno de desdén.
La expresión del azabache se volvió fea.
Si lo dejaba continuar así, podría hacer algo que iría en contra de su moral.
La persona que había estado afuera ya se había ido hacía mucho tiempo, por lo que Samuel inmediatamente abrió la puerta y sacó a Rubius.
Llegaron al aparcamiento subterráneo.
Quien les abrió la puerta con aire de suficiencia fue Luzu.
—¿Por qué estás aquí?— El azabache frunció el ceño.
—Fui a tu casa para buscarte, pero ni tú ni Pequeño Tesoro estaban allí, ¡así que vine a buscarlos a los dos! Hermano, realmente no conoces el código de hermanos. ¿Cuándo compraste este auto? ¡Es incluso más genial que el que me diste! ¡Siento que no valgo nada para tí!— Luzu parecía como si le hubieran hecho daño.
El mayor lo ignoró y llevó al rubio al asiento trasero.
El castaño estaba sentado al frente y giró la cabeza para mirar la ropa desaliñada de Samuel y Rabis, su rostro era el de un chismoso.
—¿Dónde la recogiste? ¿Por qué tardaste tanto? Mira a tu hijo, casi se convierte en una piedra.
El bollo se había presionado contra la ventana de cristal tan pronto como vio al ojiverde.
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Al pelinegro originalmente le preocupaba que Rubius fuera un borracho ruidoso y agresivo, pero quién sabía que cuando Pequeño Tesoro se acercó a él, no reaccionó de ninguna manera extrema, solo lo miró y luego lo abrazó como si fuera una cómoda almohada.
Samuel no era del tipo que alimenta los chismes, y lentamente se quitó la corbata y la chaqueta.
—¿Que pasó hoy?
Ante la mención del quién era el mejor (la investigación), Luzu inmediatamente se iluminó.
—Según mis fuentes, todo salió bien. Incluso usaste a Juan, así que, por supuesto, Rabis cautivó con éxito a toda la multitud, ¡y los medios respondieron positivamente hacia él!
—¿A quién vio esta noche?
El castaño intentó recordar.
—Además del elenco y el equipo, estaba Fargan Doblas, y también estaba...—Luzu miró la expresión de su hermano y tragó saliva antes de continuar.— Mangel Rogel... Supongo que se emborrachó así porque vio a su exnovio, que ahora está con su archienemigo, Lolito Doblas, así que probablemente no se sintió bien...
Aunque el castaño se había encargado deliberadamente de hablar con cuidado, el rostro de Samuel se oscureció en un instante.
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